Afortunadamente, el día se pasa rápidamente, entre trabajo, llamadas y un par de reuniones, y siendo ahora las ocho de la noche en punto, mientras observo la oficina vaciandose poco a poco, me dirijo a la oficina de Reborn, y al entrar, me lo encuentro de pie, poniendose su americana, listo para irse. Yo me sorprendo al verlo, pues estaba seguro que iba a estar aún trabajando.
-Joder...he venido a decirte que ya eran las ocho...pero veo que ya estás listo- Le pregunto, y él asiente, tomando su maletín.
-Estoy más que listo...ya quiero ir a casa contigo y empezar la celebración de tu cumpleaños- Me dice, acercándose a mí y dejando en mis labios un breve beso- ¿Tú estás listo?- Me pregunta.
-Sí, ya, solo pillo mis flores y me voy- Le digo.
-Vale bien, pues me voy yendo, te veo en casa en un momento ¿Vale?- Me pregunta. Yo asiento, recibiendo de él otro beso más, uno un poco más duradero esta vez, y al separarse, me sonríe, para después, abrir la puerta- Hasta mañana Álvarez- Agrega, de forma seria, adoptando su actitud de jefe distante, y sin siquiera esperar por una respuesta mía, se aleja por el pasillo hasta el ascensor, dejando la puerta abierta. Yo me rio, para después, dirigirme hasta las estanterías de libros y pillar mis flores de la mesa de centro.
El regalo de Reborn del día de hoy me había encantado, ya no solo por el detalle de haberlas enviado a la oficina, algo que me había hecho mucha gracia teniéndolo a él delante, sino que además, me encantaba que hubiera recordado eso que yo le había dicho acerca de que no me gustaba la manera en que se marchitaban las flores, por lo que tomando eso en cuenta, me había regalado flores artificiales, unas demasiado bonitas que si no se tocaban, fácilmente podían pasar por rosas reales. Demasiado contento con mi ramo, salgo de la oficina de Reborn, para después, tomar mi mochila y mi móvil del escritorio, dirigiéndome al ascensor, listo para ir a casa de Reborn y empezar con esa cena de cumpleaños que llevaba todo el día deseando.Luego de diez minutos conduciendo, finalmente llego a su edificio, en donde lo veo a unos cuantos coches esperando, y una vez me ve, baja del coche, acercándose a mí con una sonrisa hermosa, para después, tomarme de la mano.
-Venga, a festejarte- Me dice, haciéndome sonreír, y juntos, nos dirigimos al ascensor, y posteriormente a su departamento, en donde una vez dentro, tanto él como yo nos retiramos nuestras americanas, para después, dirigirnos directamente a la cocina- Vale pues, voy a empezar a preparar la cena- Me comenta, mientras comienza a lavarse las manos- ¿Qué te parece si tú sirves algo de vino? Y simplemente me acompañas mientras hago todo- Agrega. Yo le sonrío, asintiendo, y aunque quería ayudarle, sabía que quería cocinarme él. Hago lo que me dice, sirviendo vino en dos copas, para después, tomar asiento en la barra de la cocina, mientras espero pacientemente, observándolo ir de un lado a otro, pillando ingredientes para lo que parece ser una pasta, y durante los próximos treinta minutos, nos dedicamos a charlar, con Reborn cocinando, mientras yo simplemente lo observo, disfrutando de mi vino y de las vistas, pues verlo pasear de aquí para allá, con gracia, y con ese pantalón que tan bien se le veía, era de verdad una maravilla.
Una vez la pasta parece estar lista, luego de poco más de treinta minutos cocinando, Reborn cierra la sarten, para después, mirarme.
-Vale, ya está- Me dice. Yo le sonrío, poniéndome de pie.
-Bien, pues te ayudo a poner la mesa- Le respondo, mientras comienzo a caminar a la mesa, sin embargo, Reborn me detiene.
-Un momento- Me dice, acercándose a mí- No vamos a cenar aquí- Agrega. Yo frunzo el ceño.
-¿Cómo que no? ¿Entonces dónde?- Le pregunto, confundido. Reborn se ríe un poco, para después, acercarse más a mí y tomar mi mano.
-Ven un momento conmigo, luego venimos por la cena- Me comenta. Yo dejo mi copa de vino en la barra, sin entender muy bien la situación, sin embargo, me dejo guiar por Reborn, quien nos lleva a ambos a la puerta de salida de su apartamento, para después, dirigirse al ascensor- Vale, ahora, cierra los ojos- Me pide. Una vez más, yo frunzo el ceño, aunque algo divertido, pues podía notar que tenía una especie de sorpresa para mí.
-Vale...- Le digo, cerrando mis ojos, mientras escucho como las puertas del ascensor se cierran- ¿A dónde vamos?- Le pregunto, riendo un poco, aunque sabía que no me iba a responder.
-Ya lo verás...¿Confías en mí?- Me pregunta.
-Siempre- Respondo sin dudarlo.
-Bien, pues espera un poco- Me responde, y es entonces cuando siento un tierno beso siendo depositado en mi mejilla, haciéndome sonreír, y luego de unos cuantos segundos más, finalmente escucho cómo el ascensor se abre- Venga, por aquí- Me dice Reborn, tomando mi mano fuertemente, mientras yo lo sigo, con los ojos cerrados y sin ver absolutamente nada, aunque confiaba en él para guiarme por donde fuera que estuviéramos caminando- Un poco más...ahora...detente- Me dice luego de unos cuantos pasos. Yo le hago caso, deteniéndome al instante, mientras escucho una puerta siendo abierta, y es entonces cuando siento aire fresco invadirme rápidamente- Ahora, sigue caminando...con cuidado, guíate de mí- Me dice Reborn. Yo hago lo que me dice, caminando lentamente, siendo guiado por su mano, con su otra mano en mi cintura, y luego de varios pasos, vuelve a hablar- Vale, detente- Me dice, y yo me detengo- Ahora sí, puedes abrir los ojos- Agrega. Yo lo hago, y al abrirlos, me doy cuenta de que nos encontrabamos en la azotea, con miles de luces parpadeantes de la ciudad mirándonos a lo lejos, con una vista demasiado bonita, sin embargo, eso no era lo más bonito de todo, pues frente a mí, en el suelo, se encontraba un camino de pétalos de rosas rojas, el cual llevaba hasta una mesa a unos cuantos metros de nosotros, mientras que justo encima, se encuentran varios cables con pequeños focos amarillos colgando de ellos, iluminando así el todo el lugar. Así mismo, alrededor de la mesa y por algunos lugares de la orilla de la azotea, se podían distinguir varios globos de helio color blancos y dorados, al igual que unos números también de globos con el número "35".
Yo me quedo completamente anonadado, maravillado por todo, por el camino de pétalos, por los globos, por las lucecitas sobre nosotros, por las vistas, simplemente mirándolo todo, maravillado, encantado, sin saber qué decir, pues era todo demasiado bonito y romántico. Enternecido y francamente conmovido, subo mi mirada a Reborn, quien simplemente me observa con una sonrisa en su rostro.
-Reborn...qué...¿Y todo esto?- Le pregunto, mirando de nuevo todo, sin entender en qué momento tuvo el tiempo de decorarlo. Él toma mi mano de nuevo.
-Esto es tu festejo de cumpleaños...- Comienza a decir- Cómo te he dicho, me encantaría llevarte a un restaurante, cenar contigo, para después pasear por la ciudad...no sé...simplemente llevarte a donde tú quieras, tomados de la mano...todo eso...pero lamentablemente no podemos...así que, he querido hacer algo diferente...- Termina por decir. Yo miro a nuestro alrededor, pensando en que esto era mil veces mejor que cualquier restaurante, esto era más especial que cualquier cena. Con mi corazón acelerado de amor, miro a Reborn.
-Esto es...esto es mucho mejor...- Comienzo a decir, sonriendole con cariño- Muchas gracias...no sé...no sé ni qué decir Reborn...está precioso todo- Agrego, emocionado, incluso algo abrumado por lo bonito que era todo, por el pedazo de detalle de Reborn al decorar la azotea para mí. Él me sonríe, para después, hacer una seña con su mano, señalando el camino de rosas frente a nosotros.
-Por favor...adelante- Me dice. Yo le sonrío, para después, comenzar a caminar sobre las rosas en dirección a la mesa, tomando la mano de Reborn, y luego de unos cuantos pasos, llegamos a una mesa circular, decorada con dos velas rojas apagadas sobre un mantel también rojo, con unos cuantos pétalos, tanto encima de la mesa, como alrededor en el suelo. Mientras observo la mesa, subiendo después mi mirada hacia la ciudad alrededor de nosotros, Reborn habla- ¿Qué te parece si tomas asiento, y me esperas por un momento?- Me pregunta- Yo voy por la cena y el vino, y regreso- Agrega.
-Vale- Le digo, tomando asiento.
-Ahora vuelvo, no tardo- Me dice, dejando un suave beso en mi frente, para después, tenderme un mechero- Ve encendiendo las velas mientras tanto- Agrega. Yo le sonrío, tomando el mechero, mientras él comienza a alejarse de nuevo hacia la puerta de la azotea.
Una vez solo, comienzo a encender ambas velas, y una vez hecho esto, miro alrededor de nuevo, admirando cada detalle, cada pétalo, cada globo perfectamente colocado, y entonces una punzada de amor atraviesa mi corazón, pues me imaginaba a Reborn aquí arriba, decorando todo, haciendo ese camino de pétalos, inflando los globos, y es entonces cuando comienzo a sonreír, fascinado por esa imagen mental, enternecido por su forma de querer pasar mi cumpleaños de una manera diferente, no solo con una cena en su casa, sino con todo esto.
Luego de un par de minutos, en los cuales no hago más que amar a Reborn más y más, finalmente lo veo aparecer por la puerta de nuevo, con lo que parece ser una cesta de picnic en una mano, y la sarten de la cena en la otra, y una vez llega hasta la mesa, deja la cesta en el suelo y la sarten en la mesa sobre un cuadro de madera, pues debido a que estaba caliente, no podía dejar la sarten directamente sobre el mantel. Una vez hecho esto, comienza a sacar un par de platos y cubiertos de la cesta, los cuales coloca en su sitio en la mesa, para después, sacar la botella y dos copas de vino, y es entonces cuando cierra la cesta y la hace a un lado.
-Vale, ya está- Me dice, sonriéndome, para después, sentarse frente a mí- Ahora sí ¿Qué te parece si comenzamos a cenar?- Me pregunta. Yo le sonrío, feliz, mientras él comienza a servir pasta en mi plato y en el suyo, para después, servirnos vino a ambos- Ya está- Me dice una vez termina- Espero que te guste- Agrega. Yo le sonrío.
-Eso seguro...- Le digo, tomando una pequeña porción de comida, y una vez la pruebo, miro a Reborn, asintiendo- Joder...buenísimo- Agrego, aún con la boca algo llena. Reborn me sonríe, tomando comida de su plato también.
-Me alegro que te haya gustado- Responde. Una vez termino con la comida en mi boca, vuelvo a hablar.
-Está riquísimo...de verdad- Le comento, para después, mirar alrededor- Y esto...Reborn...me ha encantado, en serio...- Agrego, recibiendo de él una sonrisa- ¿En qué momento has hecho todo esto?- Le pregunto, maravillado por lo bonito de todo, mientras observo las pequeñas luces decorando todo sobre nosotros.
-Bueno, me he tardado varios días, en total estuve unos...tres días decorando...un día los globos y las rosas, luego las luces, luego la mesa...- Me comenta.
-Pero...¿En qué momento? Es decir, hemos estado juntos todos estos días...ya sea que tú te quedaras en mi casa o yo en la tuya- Le comento, y él se ríe.
-Bueno, gracias a que tienes el sueño bastante profundo, pude escaparme un par de veces en la madrugada para hacerlo todo...y tú ni cuenta- Me dice, riendo un poco. Yo me sorprendo al escuchar su respuesta, pues aunque sabía que tenía el sueño profundo, no sabia que hasta el punto de no notar la presencia de Reborn a mi lado por mucho rato.
-Joder...- Respondo, riendo un poco- Pues te ha quedado increíble, muchas gracias en serio...esto es...es mil veces mejor que cualquier cena en cualquier restaurante...porque todo esto lo has hecho tú...gracias amor- Termino por decir. Reborn me sonríe con ternura, tomando mi mano con la suya.
-Nada que agradecer, como te he dicho siempre...me encanta hacerte feliz...vivo para eso...y quería hacer algo diferente, no quería una simple cena en mi apartamento, quería algo especial...- Termina por decir.
-Pues lo has logrado, me has hecho sumamente feliz...me encanta lo que has hecho aquí, no me lo esperaba...y definitivamente es especial...demasiado- Termino por decir. Reborn me sonríe, acariciando aún el dorso de mi mano.
-Me alegro que te haya gustado cariño...- Me responde, para después, besar mi mano. Yo le sonrío, mientras continuamos cenando, charlando de muchas cosas, acompañados por las pequeñas luces colgando sobre nosotros, así como por las miles de luces de la ciudad a nuestro alrededor.
No podía pensar en un mejor lugar para estar, que aquí, en la azotea decorada, cenando con Reborn, y era de verdad mucho mejor que cualquier restaurante, pues él cocinaba de maravilla, y además, qué mejor lugar que uno donde pudiéramos estar solos, en la intimidad, hablando y riendo sin tener que limitarnos en lo más mínimo.
Una vez terminamos de cenar, dejamos nuestros platos a un lado, simplemente bebiendo de nuestras copas, hablando de diferentes cosas.
-¿Dirías que ese ha sido tu mejor cumpleaños?- Me pregunta Reborn. Yo asiento.
-Sí yo diría que sí, ya no porque tuve una fiesta con todos mis amigos y mi familia, sino porque el haber recibido de regalo una Play Station me puso demasiado feliz- Le comento. Reborn me sonríe, con ternura en su mirada.
Nos encontrabamos hablando de los diferentes cumpleaños que había tenido, rememorando los que habían sido mis favoritos.
-Vale ya veo- Me responde, bebiendo de su vino- ¿Y qué es lo que jugabas?- Me pregunta.
-Bueno, realmente de todo, pero a lo que más le daba era al Final Fantasy- Comienzo a decir- No sé si lo conozcas- Agrego, y Reborn asiente.
-Lo conozco sí, no lo he jugado mucho debo decir, pero sé cuál es- Me responde.
-Vale, pues sí, a ese juego le daba mucha caña, es mi juego favorito- Le digo- De hecho, en mi Nickname de la Play, yo me puse Auron por un personaje de ahí- Agrego, riendo un poco. Reborn ríe también.
-¿Auron? Hostia, mola, me gusta- Me dice. Yo me rio, recordando aquellas tardes enteras que me pasaba jugando en la Play al Final Fantasy.
-¿Y tú? ¿Te gustaba jugar a la consola?- Le pregunto, pensando en que jugar video juegos era algo que a mí me gustaba mucho, y realmente nunca le había preguntado a Reborn si a él también.
-De hecho sí, me gustaba bastante- Me responde, asintiendo- Mi juego favorito es el Metal Gear Solid, no veas cómo le he dado a ese puto juego- Me comenta. Yo abro mucho los ojos, sonriendo, pues era uno de mis juegos favoritos también.
-¿En serio? Hostias, a mí me encantaba ese juego también tio- Le comento, riendo. Reborn se sorprende.
-No me jodas ¿En serio?- Me pregunta.
-Sí sí, también le di muchísima caña en su momento, espectacular, juegazo- Le digo. Reborn asiente, sonriendo.
-Hostia puta, pues otra cosa que tenemos en común, madre mía- Me comenta. Yo asiento, riendo un poco.
-Sí sí- Le digo, asintiendo. Reborn se me queda mirando, con una sonrisa en sus labios.
-Ojalá haberte conocido en ese momento, imaginanos, los dos de pequeños jugando a la Play- Me dice. Yo sonrío ante esa imagen mental tan tierna.
-Ojalá- Le digo, mientras él me sonríe con dulzura.
-Te podía haber llamado Auron, mientras jugábamos por horas- Me dice, haciéndome reír, mientras pienso en que ese apodo no sonaba nada mal cuando él lo decía. Ambos reímos ante ese escenario.
-Pues me gusta, suena bien- Le comento, y él asiente, riendo.
-La verdad es que sí- Me dice, para después, beber de su copa de vino- Bueno y...además de la consola ¿Qué otros regalos de cumpleaños recuerdas que te hayan emocionado?- Me pregunta. Yo pienso por un momento, haciendo memoria.
-Pues la verdad es que todo lo que tuviera que ver con video juegos, a veces mis padres me regalaban juegos, o de estas revistas donde venían trucos y tal, ya sabes- Comienzo a decir, y Reborn asiente- Creo que es lo que más me gustaba- Agrego, bebiendo de mi copa yo también- Luego ya cuando crecí, pues solían regalarme ropa, colonias, cosas así, que también me gustan mucho evidentemente- Comento. Reborn asiente, mirándome con una sonrisa en sus labios- Eso sí, uno de mis regalos favoritos, son sin duda las rosas que me has dado hoy...y ya no por el regalo en sí, que me encantó, sino porque viene de ti...y es el primer regalo de cumpleaños que me das- Le comento, sonriendo, sintiéndome feliz. Él me sonríe de vuelta, con una mirada llena de cariño.
-Me alegro que te hayan gustado...aunque no es lo único que te voy a dar hoy- Me responde. Yo me le quedo mirando, riendo un poco ante su respuesta.
-No bueno, si ya sé que más tarde me vas a dar otra cosa- Le digo, con evidentes dobles intenciones. Reborn se ríe a carcajadas, al igual que yo, y una vez se calma, habla.
-No...no coño, eso no- Me dice, aún riendo- Que a ver, también, evidentemente...pero no me refería a eso- Agrega, haciéndome reír- Y de hecho, creo que te lo voy a dar ya mismo- Me dice, y es entonces cuando lo veo sacar una caja de la cesta de picnic, una alargada y no muy grande, para después, tendermela, dejándola sobre la mesa frente a mí- Aquí tienes- Me dice. Yo miro la caja, curioso y sorprendido de que hubiera otro regalo, pues la verdad es que había pensado que las flores y la cena serían todo. Una vez miro la caja, dorada y brillante, subo mi mirada a él, sonriendole con ternura.
-No tenías que comprarme nada...con todo esto que has hecho es suficiente- Le digo.
-Lo sé...pero quiero hacerlo- Me responde. Yo le sonrío, bajando mi mirada a la caja frente a mí.
-Vale...a ver- Digo, tomando la caja y abriendola, sintiéndome algo curioso y expectante, y una vez lo hago, me encuentro con unos papeles en su interior, unos que logro reconocer al instante. Curioso, tomo ambos papeles acartonados, leyendo su contenido, y una vez lo hago, miro a Reborn, demasiado sorprendido- Reborn...¿Qué...y esto?- Le pregunto, leyendo de nuevo los papeles para ver si estaba en lo correcto y no había leído mal. Reborn me observa, con una sonrisa tierna.
-Como hemos dicho durante ese viaje a Liverpool...tenemos que viajar tú y yo de nuevo, pero sin la empresa de por medio...y de verdad me hubiera encantado poder irnos este fin de semana, para festejar tu cumpleaños y para estar solos y tranquilos un rato...pero me fue imposible- Comienza a decir, mirándome fijamente a los ojos- Tengo muchísimo trabajo ahora mismo...no puedo ausentarme, y aunque sea por el fin de semana, sabes que hay veces en que incluso fuera del trabajo recibo llamadas y me ocupo de cosas...- Agrega, y yo asiento, pues eso era algo que ya había presenciado, que le llamaran para trabajo siendo incluso sábado o domingo- En fin...quiero irme de viaje contigo, pero quiero hacerlo bien...quiero que nos vayamos mínimo dos semanas y no solo un par de días...así que...por eso he querido darte eso- Agrega, señalando con la cabeza los papeles frente a mí. Yo continúo mirándolo, aún sorprendido, para después, mirar los vuelos de avión en mis manos, con la fecha de mi cumpleaños pero del siguiente año- Este regalo es una promesa amor...una promesa de que el próximo año, justo en esta fecha, en tu cumpleaños, vamos a irnos de viaje, por tres semanas, solos...vamos a festejar tu próximo cumpleaños en ese lugar...- Comienza a decir, sonriendome- Esos son los vuelos de avión ya reservados...y también está reservado todo lo demás, hospedaje, transporte, paseos, todo- Termina por decir. Sin poder creerlo, bajo mi mirada de nuevo a los vuelos de avión.
-Reborn...esto es...es increíble- Le digo, en voz baja, sintiéndome feliz- ¿Y por qué has elegido este lugar?- Le pregunto, curioso, observando en los vuelos de avión el destino, el cual decía Islas Maldivas.
-Creo que es un lugar muy bonito, nunca he ido pero...sé que es perfecto, es romántico...está alejado de todo...tiene playa...y el hotel donde vamos a quedarnos es increíble, la habitación es justo sobre el mar...sé que te va a gustar- Termina por decir. Yo le sonrío, demasiado feliz.
-Me encanta...en serio...pero...no sé...no quiero que te gastes tu dinero en mí, es decir, sé que es para los dos pero...no sé...- Respondo, pues sabía que un viaje de este tipo, costaba bastante. Reborn frunce el ceño, negando con la cabeza.
-No te preocupes por el dinero...no es ningún problema- Comienza a decir, acercando su mano a la mía- Llevo toda mi vida trabajando, ahorrando, pensando en el futuro, en mi jubilación, todo eso...- Agrega, sonriéndome- Nunca me sentí con la necesidad de gastar en algo como esto, en un viaje a un sitio así...pero ahora estás conmigo...ahora te tengo a ti en mi vida, alguien con quien quiero crear recuerdos, viajar, conocer...quiero volver a sentir eso que sentí en Liverpool, quiero olvidarme de todo, estar solo contigo...paseando, conociendo...quiero tomar tu mano sin miedo, quiero besarte a mi antojo, quiero hacerte el amor en una habitación frente al mar...- Continúa explicando, erizando mi piel- El dinero no es problema, afortunadamente me lo puedo permitir...y quiero hacer este viaje contigo, este y muchos más...así que es mejor que te vayas acostumbrando a este tipo de cosas...porque por fin tengo en qué gastar todo eso que he ahorrado, lo que gano...por fin tengo a alguien en mi vida que me hace sentir esa motivación de viajar, de gastar en algo como eso, algo que es necesario para nosotros- Agrega, sonriéndome- Te amo Raúl...y en un año, te lo voy a estar repitiendo, pero ahora frente al mar...- Termina por decir. Yo le sonrío, sintiéndome feliz, emocionado, sintiéndome ilusionado, pues sabía que las Islas Maldivas era un lugar muy bonito, y qué mejor que conocerlo con Reborn. Demasiado contento, me pongo de pie, acercandome a Reborn y sentándome en él, con una pierna a cada lado de su cuerpo, para después, dejar un suave beso en sus labios.
-Muchas gracias por este regalo...me encanta- Le digo, sonriendole- Y me encanta que por fin hay fecha para nuestro primer viaje juntos, sin la empresa de por medio...gracias de verdad, me has hecho muy feliz...me emociona muchísimo ir y conocer ese sitio contigo...- Le digo, genuinamente contento, demasiado. Reborn me sonríe de una manera excesivamente dulce.
-Hacerte feliz me llena el alma amor...no tienes nada que agradecer- Comienza a decir, posando sus manos en los piernas, acariciandolas con suavidad- Y también me emociona muchísimo ir contigo...y ahora serán tres semanas...tres semanas teniendote solo para mí...una maravilla- Termina por decir, haciéndome reír. Me acerco a él, besandolo de forma intensa, agradeciéndole con mi beso todo lo que había hecho el día de hoy por mí, regalándome flores, con una cena preciosa y demasiado especial en la azotea, y ahora con la reservación de un viaje para mi próximo cumpleaños. Era todo demasiado perfecto, y me hacía muy feliz, Reborn y sus detalles tan bonitos conmigo, me hacían demasiado feliz.
Continúo besandolo, por bastante rato, disfrutando de su lengua en la mía, en la privacidad de la azotea, y debido a que me encontraba en sus piernas, podía sentir esa parte de él emocionandose, despertando, lo que me hace sentir más ansias aún, y queriendo encenderlo aún más, comienzo a moverme sobre él, rozando mi intimidad con la suya, recibiendo de Reborn un gruñido, el cual me estaba indicando que quería que nuestro beso fuera a más. Bajo mis labios a su cuello, dejando indecentes besos en el mismo, y mientras disfruto de sus jadeos en mi oído, escucho de pronto el móvil de Reborn sonar. Me alejo de él, mientras que él toma su móvil de encima de la mesa- No te detengas- Me dice, de forma agitada. Yo le sonrío, para después, bajar mis labios a su cuello de nuevo, dejando ahí mis húmedos besos, lamiendo toda su extensión- Joder...- Agrega Reborn, en voz baja y demasiado grave, evidentemente excitado- ¿Hola?- Dice, contestando al teléfono, mientras yo continúo besandolo, a mi antojo, tranquilamente, sin embargo, de pronto siento cómo Reborn se tensa, incorporándose un poco, para después, hablar- Señor Montes...buenas noches, dígame- Dice de pronto Reborn. Yo me alejo de su cuello rápidamente, mirándolo fijamente a él, quien me dedica una mirada llena de preocupación- Vale...entiendo...- Agrega, serio, prestando demasiada atención a lo que fuera que estuviera diciendo Montes. En mi cabeza, evidentemente estaba la posibilidad de que Montes le estuviera llamando a Reborn para hablar de esa denuncia que yo había interpuesto en contra de Sergio, sin embargo, yo aún no tenía noticias de nada, así que era probable que me estuviera equivocando- Vale, bien- Agrega Reborn, demasiado serio, preocupándome, y es entonces cuando de pronto lo veo abrir demasiado los ojos, notando en él preocupación, pero notaba también enfado por alguna razón- Eso no va a ser posible...de ninguna manera- Dice Reborn, evidentemente molesto, mientras yo lo observo, sin entender nada. Luego de unos segundos escuchando a Montes, con una evidente rabia en su rostro, Reborn vuelve a hablar- Vale entiendo...pues que hagan lo que sea necesario- Dice. Yo me doy cuenta que lo que fuera que estuviera diciéndole a Reborn, no eran noticias buenas, y eso solo me ponía más y más nervioso, mientras me imagino lo peor. Luego de unos segundos, Reborn habla de nuevo- Ah...eh...¿Ahora mismo?- Pregunta de pronto, algo nervioso, haciéndome fruncir el ceño, y luego de unos segundos más, habla de nuevo- Vale...bien, espero su llamada entonces...- Agrega, haciendo una pequeña pausa- Igualmente señor, gracias- Termina por decir, para después, cortar la llamada.
-¿Qué ha pasado? ¿Qué quería?- Le pregunto inmediatamente, demasiado nervioso, y muy preocupado. Reborn deja salir un pesado suspiro, mirándome con preocupación y podía jurar que algo de tristeza, para después, hablar.
-Era...era Montes...me ha llamado para avisarme que...que el equipo legal de Sergio ha aceptado reunirse con nosotros para hablar del trato que queremos hacerle- Me dice Reborn, serio. Yo me le quedo mirando, analizando la información.
-Vale...vale pues...es bueno ¿No? Teníamos miedo de que no quisiera ni escucharnos- Le respondo, y aunque me ponía nervioso toda esta situación, sabía que eran buenas noticias, sin embargo, el semblante de preocupación de Reborn me estaba diciendo todo lo contrario, preocupándome.
-No...lo que pasa es que...él ha aceptado reunirse...pero no quiere a nadie presente...solo a ti- Agrega, mirándome con esa preocupación y tristeza que había visto antes en sus ojos, mientras que los nervios que ya había estado sintiendo, se hacen mucho más grandes.
![](https://img.wattpad.com/cover/340411402-288-k457752.jpg)
ESTÁS LEYENDO
¿Solo mi jefe?
RomancePara el señor Reborn, Álvarez era un nuevo y novato asistente, uno al que debía acostumbrarse. Para Raúl Álvarez, el señor Reborn era su nuevo jefe, uno con un difícil temperamento y una actitud cambiante. Un nuevo trabajo siempre conlleva cambios...