Capítulo 80

367 46 4
                                    

Las puertas del ascensor se cierran, estando los tres ya dentro, mientras yo me encuentro sintiendo una rabia que me provoca mover mi pierna de forma nerviosa.
-¿Y qué tal las cosas por la empresa señor Reborn?- Me pregunta Collins de forma casual, sin tener ni idea de lo enfadado que me encontraba ahora mismo.
-Bien- Respondo sin más, serio, intentando relajarme, intentando no decir o hacer algo imprudente por la manera en que había visto a Raúl segundos atrás.
-Vale, me alegro- Responde Collins, para después, mirar a Raúl, quien se encuentra justo entre ambos- ¿Y qué hay de ti Raúl? Tengo entendido que eres nuevo ¿No? Nunca te había visto venir con el señor Reborn- Le pregunta, provocando que mi rabia aumente, pues ahora al parecer tenía intenciones de conocerlo mejor.
-Así es, llevo con el señor Reborn unos cuantos meses realmente, y pues sí, es mi primera vez visitando Liverpool- Responde Raúl de forma casual.
-Vale bien ¿Y qué te está pareciendo?- Le pregunta. Yo dejo salir un suspiro lleno de frustración, sin saber qué hacer o decir, simplemente escuchando a Collins intentando conocer mejor a Raúl.
-Me está encantando, es una ciudad muy bonita la verdad- Responde Raúl.
-Correcto, lo es- Dice Collins, sonriendo, mirando a Raúl fijamente- Yo llevo viviendo aquí toda mi vida, si necesitas a alguien que te muestre la ciudad, con gusto lo hago- Agrega, y entonces esa rabia que llevaba sintiendo durante todo el viaje hasta arriba, aumenta considerablemente, pues ahora al parecer estaba invitando a salir a Raúl. Yo me giro a mirarlo.
-Me tiene a mí Collins, me conozco la ciudad bastante bien, y de hecho ya le he mostrado bastantes sitios, así que por eso no te preocupes- Le digo, de forma hostil, seria. Collins me mira, asintiendo, desconociendo que Raúl y yo, habíamos ido a todos esos sitios tomados de la mano, como la pareja que éramos, algo que ahora mismo me encantaría dejar en claro, pero lamentablemente no podía.
-Ah vale, bien- Responde Collins, alegre, sin entender que mi respuesta no iba con amabilidad- ¿Y hasta cuando os váis?- Pregunta de nuevo, mirando a Raúl, dejándome al parecer fuera de la conversación.
-Mañana por la mañana- Responde Raúl de forma casual, y justo en ese momento, las puertas del ascensor se abren.
-Adelante- Dice Collins, dejándonos pasar a nosotros. Raúl pasa primero, y rápidamente, camino detrás de él al salir del ascensor, queriendo evitar esas miradas desagradables de Collins sobre él. Una vez fuera, Collins nos guía por un pasillo, hasta llegar a una puerta de madera negra, por la cual entramos, encontrándonos con varias personas ya sentadas en una enorme mesa al centro de la sala, encabezada por Zavala, quien al vernos, se pone de pie, acercándose a mí y tendiendome la mano.
-Señor Reborn, que gusto verlo- Me dice. Yo le doy la mano, dedicandole una sonrisa amable.
-¿Qué tal señor Zavala?- Le digo mientras nos saludamos de la mano.
-Bienvenido de nuevo, espero no haberlo hecho esperar mucho- Me comenta. Yo niego con la cabeza.
-Para nada, no se preocupe- Le digo, para después, mirar a Raúl- Le presento a mi asistente señor, Raúl Álvarez- Agrego, señalando a Raúl, quien sonríe.
-Buenas tardes señor, un placer- Dice Raúl, tendiendole la mano, la cual toma Zavala, sonriendole.
-Un gusto señor Álvarez- Le dice Zavala, y una vez sueltan sus manos, Zavala nos señala hacia la mesa- Por favor, tomen asiento- Agrega. Yo me siento a la derecha de Zavala, sentandose Raúl a mi lado, para después, ver cómo Collins se sienta justo frente a nosotros- Como siempre en estas reuniones, nos acompañan un par de personas- Comienza a decir Zavala, señalando a las cuatro personas que se encontraban sentadas en la gran mesa- El señor Castro, Daniels y Rider, son parte del equipo legal, están aquí para verificar que todo está en órden con el contrato que vamos a firmar hoy- Explica Zavala, señalando a los ejecutivos, quienes nos saludan con un asentimiento de cabeza- Y por su parte el señor Sanders, es el jefe del departamento de ingeniería en sistemas y programación, es el encargado de ponerlo al tanto de todas las actualizaciones y mejoras de nuestros sistemas- Termina por decir Zavala, y una vez más, nos saludamos con un asentimiento de cabeza.
-Vale, perfecto- Le respondo.
-Bien...pues ¿Qué les parece si vamos empezando?- Nos pregunta Zavala.
-Adelante, por favor- Le respondo.
-Perfecto, pues vamos a comenzar, señor Sanders, por favor- Dice Zavala, y es entonces cuando el chico se levanta de la mesa, mientras en la pantalla frente a él, comienza a proyectarse una presentación, mientras empieza a explicar las diferentes novedades en los sistemas de seguridad. Mientras Sanders hace su presentación, puedo notar la mirada de Collins posandose en varias ocasiones en Raúl, quien se encuentra totalmente concentrado escribiendo todo, ajeno a las miradas furtivas del tío, quien estaba empezando a colmarme la paciencia.
Era de verdad muy frustrante todo esto, tener a un tío dedicandole miraditas a mi pareja justo frente a mí era molesto, sobre todo cuando iban llenas de coqueteo, de deseo, porque una vez más, lo veía recorriendo toda su figura, al menos la parte visible sobre la mesa, y eso me hacía enfurecer aún más, me hacía sentir demasiado incómodo, el no poder pedirle que por favor dejara de mirar a mi pareja de esa manera, era desesperante, porque una vez más, teníamos que fingir, teníamos que aparentar, para ellos Raúl solo era mi asistente, y debido a que teníamos una relación comercial bastante estrecha, no podía permitirme decirles que Raúl y yo eramos pareja, porque la junta directiva podía llegar a enterarse, y no quería eso, no quería riesgos de ningún tipo.
Durante los próximos cuarenta minutos, Sanders nos explica todas las novedades del sistema, aunque yo me encontraba algo distraído, me sentía incómodo, molesto, pero a pesar de ello, hago unas cuantas preguntas respecto de las diferentes actualizaciones, pues a pesar de encontrarme tan distraído, tenía que hacer mi trabajo, tenía que conocer el sistema que iba a ser el encargado de proteger toda nuestra información, y una vez Sanders termina de hablar, toma asiento.
-¿Alguna duda respecto del sistema?- Me pregunta Sanders, y yo niego con la cabeza.
-No, todo bastante claro, ha habido un gran avance debo decir, muchas cosas nuevas- Respondo, y Zavala asiente, con una sonrisa orgullosa.
-Correcto, durante los últimos meses nos hemos estado esforzando mucho para llevar nuestros sistemas a la cabeza de la innovación, con las últimas actualizaciones- Me responde.
-Se nota la verdad, lo habéis logrado- Le respondo.
-Muchas gracias- Me responde- Ahora, si no hay más preguntas, podemos proceder a la lectura y firma del contrato- Agrega, mientras otro de los socios presentes, nos tiende un montón de varias páginas.
-Vale, bien- Le digo, mirando el contrato.
-Como habíamos acordado previamente, en una de las videollamadas que realizamos hace unos meses, han cambiado cosas, ya está todo en órden, pero igualmente vamos a repasar punto por punto cada cosa ¿Le parece?- Me pregunta Zavala, y yo asiento.
-Me parece bien- Le respondo.
-Bien, perfecto- Dice, mirando su contrato- Comencemos- Agrega, con su vista fija en el papel, al igual que yo, y durante los próximos minutos, leemos el contrato, hablando de las diferentes clausulas, mientras de reojo, veo a Raúl simplemente escuchando, y debido a que él no tenía contrato y tampoco debía escribir nada en su portátil, simplemente se dedica a prestar atención, desviando su mirada de vez en cuando al ventanal frente a nosotros, y por otra parte, veo a Collins mirando a Raúl de vez en cuando, y una vez más, comienzo a distraerme un poco.
Intentando concentrarme, queriendo ignorar la manera en que Collins quería llamar la atención de Raúl, continúo con la lectura del contrato, queriendo ser rápido para salir de aquí lo antes posible, pues era todo demasiado incómodo y molesto, y debía decir que me estaba tratando de controlar, estaba intentando con todas mis fuerzas callarme, no decir nada, no dejar ver que su mirada coqueta sobre Raúl me estaba enfadando, porque no podía ser obvio, pero me estaba costando, con cada mirada que Collins le dedicaba a Raúl, mi frustración y enfado aumentaban, y de verdad no sabía qué tanto iba a poder aguantar.
Luego de poco más de una hora, leyendo el contrato detenidamente y hablando de cada punto, finalmente tanto Zavala como yo, lo firmamos, para después, darnos la mano.
-Muchas gracias por su confianza señor Reborn, como ha visto antes, tenemos muchas novedades, estamos seguros que al igual que todos los años que llevamos haciendo negocios, se van a sentir muy tranquilos con nuestros sistemas- Me dice Zavala, y yo asiento.
-Estoy seguro de que sí señor, y gracias a usted, se nota el esfuerzo que hay detrás de todo esto- Le respondo, dedicandole una sonrisa amable.
-Muchas gracias- Me dice- Ahora ¿Qué le parece si brindamos? Para celebrar el nuevo contrato- Me dice, sonriendo, para después, dirigirse a Collins- Collins por favor, ve a mi oficina, sobre mi escritorio hay una botella de champaña, trae copas para todos- Agrega. Collins asiente, para después, ponerse de pie.
-Sí señor- Le responde, dirigiendose a la puerta, sin embargo, antes de salir, se detiene- Raúl ¿Te importaría ayudarme a traer todo?- Le pregunta. Yo me tenso inmediatamente, notando la intención de Collins de querer aprovechar la situación para estar aunque fuera un momento a solas con Raúl.
-Sí claro- Responde Raúl de forma amable, poniendose de pie, y sin poder decirle o hacer nada, se dirige a la puerta, saliendo con Collins por la misma. Yo comienzo a sentir demasiada molestia, pensando en las evidentes intenciones de Collins, pensando en que Raúl seguramente ni siquiera se había dado cuenta de cómo lo había estado mirando durante toda la reunión, pues él estaba concentrado en escribir todo, y cuando no había tenido que transcribir, se encontraba distraído, ajeno a las miradas del tío.
Mientras esperamos, Zavala y yo nos ponemos de pie, al igual que los demás socios, mientras comenzamos a hablar de diferentes cosas acerca de su empresa, de la mía, poniéndonos al día en cierta manera, sin embargo, a pesar de mostrarme tranquilo y sociable, estaba inquieto, esperando a que Raúl volviera, recordando las miradas tan desagradables que había visto de Collins, a quien a pesar de conocer por todas las veces que yo había venido aquí, ahora ya no me daba buena espina.

¿Solo mi jefe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora