Capítulo 63

754 62 15
                                    

Reborn se me queda mirando, visiblemente sorprendido y confundido, mientras yo le sonrío, algo divertido por su reacción.
Quería que me hiciera el amor, era algo que deseaba, que necesitaba, y a pesar de haberle dicho que quería esperar hasta conocernos mejor, para así no apresurarnos a nada, sentía que ya no era necesario, porque ya estábamos en un punto demasiado personal, a pesar de llevar solamente cuatro días de pareja, Reborn me estaba haciendo sentir como nunca antes me había sentido, me decía que me amaba en cada oportunidad que tenía, me besaba y me abrazaba con cariño, me escribía notas y poemas de amor acompañados de regalos sumamente especiales. Así que no, ya no quería esperar, pues mi miedo de tener relaciones con él tan pronto, era que tal vez pudiera pasar lo mismo que la primera vez, que tal vez esto que teníamos se pudiera de nuevo torcer de alguna manera, sin embargo, con la forma en que Reborn me estaba tratando, la forma en que me miraba, como si fuera lo más especial del mundo, era suficiente para mí, sabía que él me amaba, yo lo amaba a él, y estaba listo para ir al siguiente nivel, sentía que estábamos listos.
-¿Estás...estás seguro?- Me pregunta, extrañado- Llevamos apenas...no sé...dos días desde que...bueno, desde que me dijiste que querías esperar- Me responde. Yo asiento, aún con mis manos en su cuello, demasiado cerca de su cuerpo.
-Lo sé...pero siento que ya no es necesario- Comienzo a decir- La razón de querer esperar...era para conocernos más de forma personal, como pareja, conocer la vida de cada uno, charlar...cenar juntos, convivir...todo eso que no pudimos hacer en su momento por apresurarnos a simplemente sentir placer...yo quería que nos demostraramos amor sin necesidad de algo físico...y ya lo hemos hecho...- Agrego, mientras Reborn me dedica una sonrisa, mirándome con afecto- Te amo muchísimo...y sé que tú a mí...y estoy listo para hacerlo contigo...quiero que me ames de esa manera en que me amaste aquella noche...porque ahora sé que a la mañana siguiente, vas a estar ahí, a mi lado, amandome por muchísimos días más...- Continúo diciendo, mientras observo en sus oscuros ojos amor, y mucho deseo- Le has hecho el amor a mi corazón toda esta semana, me has demostrado lo mucho que me quieres...ahora hazle el amor a mi cuerpo...porque de verdad te necesita...- Termino por decir, pues ya no podía esperar más, porque con cada beso, mi piel ardía en deseos, incluso con cada mirada mi cuerpo se encendía, ansioso de él, anhelando sentirlo más cerca.
Reborn me sonríe, provocandome un estremecimiento.
-Yo encantado amor mío...- Me responde, para después, besar mis labios, de forma pasional, demasiada, encendiendome rápidamente, dejándome saber en su beso lo que iba a pasar esta noche, pues su lengua se vuelve completamente loca, haciendo cosas con ella que me hacían incluso considerar no esperar a llegar a su casa y hacerlo aquí mismo. Luego de unos segundos, en los cuales Reborn se apropia de mi boca sin pudor alguno, se separa de mí, respirando con dificultad, y con una mirada hambrienta- Venga, vamos a mi casa...- Me dice en voz baja. Yo sonrío, asintiendo, y es entonces cuando Reborn se aleja de mí, dirigiendose a su coche, montandose en el mismo. Yo me subo también al mío, saliendo ambos del lugar, dirigiéndonos a casa de Reborn, yo siguiéndolo de cerca, con muchísima ansiedad en la piel, con los vellos de mi cuerpo erizados al saber lo que iba a pasar en un rato.

Luego de quince minutos, finalmente aparcamos en su edificio, y al bajarme del coche, bajo conmigo el ramo de rosas que me había enviado Reborn a la oficina, pues no quería dejarlo en el coche y que se fueran a secar. Una vez me acerco a Reborn, me sonríe, mirando el ramo en mis manos.
-¿Te ayudo?- Me pregunta.
-No, está bien, yo puedo- Le digo, sonriendo, para después, tomarnos de la mano y caminar hasta el ascensor.
Una vez dentro, lo veo presionar el piso diez, para después, acercarme a él, besando mis labios. Yo me dejo besar, a pesar de estar en un lugar público en donde en cualquier momento alguien podía vernos, algo que la verdad me daba algo de corte. Sus labios se mueven ansiosos sobre los míos, mientras siento cómo el ascensor continúa subiendo, y después de unos segundos, se aparta de mí.
-¿Crees que...crees que nos metamos en muchos problemas si lo hacemos aquí mismo?- Me pregunta de forma agitada, pegado a mi rostro. Yo me rio, asintiendo.
-A ver...un par de denuncias por exhibisionismo igual nos llevamos- Le respondo, provocando en él risas.
-También es verdad- Me dice, para después, dejar un corto beso en mis labios, alejándose de mí, sin embargo, continúa con su mano en la mía.
Luego de un par de segundos más, el ascensor llega a nuestro piso, por lo que salimos, dirigiéndonos directamente al apartamento de Reborn, el cual abre, y una vez nos adentramos en el mismo, cierra la puerta.
Estando dentro, yo echo un vistazo alrededor, notando el apartamento exactamente como lo había dejado dos días atrás, cuando cenamos aquí juntos. De pronto, siento el cuerpo de Reborn a mis espaldas, pegándose a mí, mientras me toma por la cintura, depositandome un par de besos en el cuello, hasta que luego de unos segundos, habla.
-Déjame te doy algo para que pongas tus flores- Me dice, mientras camina por el pasillo, y después de unos segundos, regresa con un objeto en sus manos, y una vez frente a mí, ríe un poco- A ver, no tengo floreros ¿Vale? Pero tengo este cesto de basura...es lo que hay- Me comenta. Yo me rio, tomando el cesto.
-Vale vale...me sirve- Le digo, dirigiendome después a la cocina, en donde lleno el cesto de agua, para después, dejar en él mis hermosas rosas, colocandolas en la encimera de la cocina, y mientras me encuentro admirandolas de nuevo, recordando esa nota de Reborn que venía con ellas, siento unas manos en mi cintura, así como nuevamente pequeños besos en mi cuello.
-¿Quieres algo de tomar?- Me pregunta, aún dejando besos en mi cuello y mi mejilla, volviéndome loco tanto por sus besos, como por sentir su cuerpo pegado a mi espalda.
-Vale...sí- Le digo, y es entonces cuando se aleja de mí.
-Vale- Dice, mirando por la cocina- Creo que todavía queda vino del que estuvimos bebiendo la otra noche ¿Te apetece?- Me pregunta.
-Sí, está perfecto- Le respondo. Él se dirige a un gabinete, de donde saca una botella llena hasta la mitad y un par de copas, para después, dirigirnos los dos a los enormes sofás del salón.
Yo tomo asiento, al igual que Reborn, quien se sienta a mi lado, para después, comenzar a servirnos vino a ambos, y una vez lo hace, me tiende una copa.
-Aquí tienes- Me dice. Yo la tomo, sonriendo, bebiendo de la misma, algo que Reborn también hace, sin dejar de mirarme, lo cual me enciende rápidamente. Una vez baja su copa, la deja sobre la mesa de centro, para después, verme a mí, sonriéndome de forma tierna- ¿Cómo te encuentras?- Me pregunta, mientras acerca su mano a la mía, tomándola y acariciandola de forma suave. Yo le sonrío, asintiendo.
-Bien...feliz- Le respondo, recibiendo de su parte una sonrisa demasiado linda. Su mano continúa dejando suaves caricias en mi piel, y yo sabía que tanto su toque, como su pregunta, eran para asegurarse de que yo no me encontrara de alguna manera arrepentido de lo que le había dicho, algo que no era así, pues estaba más que seguro de la manera en que quería que terminara esta noche.
-Me alegro...- Me dice, sonriéndome, para después, dirigir su mirada al mueble de la televisión frente a nosotros- ¿Qué te parece si pongo algo de música?- Me pregunta. Yo asiento, y es entonces cuando Reborn se pone de pie, dirigiendose al mueble de la televisión, en donde enciende un pequeño aparato de sonido.
-¿Qué quieres oír?- Le pregunto, curioso, bebiendo más de mi vino. Él sube su mirada a mí, sacando su movil de su bolsillo.
-Elige tú- Me responde, sonriéndome. Yo pienso por un momento.
-Pues no sé...no se me ocurre qué poner- Le respondo, riendo un poco.
-Vale- Me dice, riendo también, mirando su móvil- Yo elijo entonces...- Agrega, y luego de unos segundos, habla de nuevo- Qué te parece...no sé...¿Frank Sinatra?...por ejemplo- Me dice. Yo le sonrío.
-Vale...debo decir que no suelo escucharlo mucho, pero me gusta- Le respondo. Luego de un par de segundos, una canción comienza a sonar, en un volumen bajo, y aunque la conocía, no sabía su nombre. Reborn se acerca de nuevo a mí, sentandose a mi lado.
-Pues a mí me encanta Sinatra la verdad...- Me comenta, bebiendo de su copa de nuevo. Yo asiento, escuchando la canción de fondo, una lenta y romántica.
-¿Cómo se llama esta canción?- Le pregunto, curioso.
-Fly me to the moon- Me responde. Yo asiento, sabiendo perfectamente que en cinco minutos muy probablemente iba a olvidar ese nombre.
-Vale...- Le digo, bebiendo también de mi vino- Está muy bonita...me gusta- Agrego. Reborn me sonríe, para después, ponerse de pie.
-Pues venga...baila conmigo- Me dice, tendiendome la mano. Yo subo mi mirada a él, sonriendo, dejando mi copa en la mesa, al lado de la suya.
-Vale...- Le respondo, tomando su mano y poniéndome de pie- No sé bailar muy bien eh...te aviso- Agrego. Reborn me guía hacia un lado del sofá, donde había más espacio, para después, acercarse a mí, tomándome de la cintura con una mano, y posando su otra mano en la mía. Sin poder evitarlo, recuerdos de la noche de aquella fiesta vienen a mí, cuando bailamos juntos por primera vez, sin embargo, en aquel momento todo fue demasiado triste, a diferencia de hoy.
-Yo tampoco soy un experto...tú solo sígueme- Me dice. Yo le sonrío, mirando sus pies, intentando seguir el ritmo, pues a diferencia de la primera vez que bailamos juntos, esta canción era un poco más movida. Subo mi mirada de nuevo a él, sonriendo, divertido, y luego de unos segundos, en los cuales nos movemos al ritmo de la canción, aunque sin desplazarnos mucho, Reborn habla- Vas bien...¿Ves? Es sencillo- Me dice, sonriéndome.
-Tampoco es como que nos estemos moviendo mucho...- Le digo, riendo. Él se ríe conmigo, para después, moverse más rápido, y tomándome desprevenido, da una vuelta entera, algo que me sorprende.
-Coño, espera espera- Le digo, riéndome. Él suelta una carcajada, volviendo al ritmo tranquilo de antes.
-Vale vale- Me dice entre risas, mirándome a los ojos, y podía notar diversión en ellos, así como auténtica alegría. Yo me le quedo mirando, disfrutando de esa expresión en su rostro, y él por su parte, también me observa, dedicándome una sonrisa tierna.
-Me gusta esto...-Comienzo a decir- Bailar contigo...aunque la verdad no sé ni lo que estoy haciendo...pero me gusta- Agrego, riendo un poco. Me sentía demasiado feliz, con mucha tranquilidad, disfrutando del momento, y podía notar que él también.
-A mí también...- Me responde, en voz baja- Todo lo que sea tenerte así...tan cerca de mí...me encanta...- Me dice, haciéndome sonreír. Continuamos bailando al ritmo de la música, la cual en algún momento se vuelve un poco más movida, lo que hace que Reborn se mueva más rápido, y mientras intento seguirlo, da otra vuelta más, haciéndome reír, escuchando de su parte también carcajadas profundas. Luego de continuar así, intentando bailar decentemente, riendo por lo caótico que era intentar ponernos de acuerdo, finalmente la canción termina, sin embargo, no nos alejamos, nos quedamos así, en los brazos del contrario, mientras otra canción comienza, una que podía notar que también era de Frank Sinatra. El momento evidentemente me parecía familiar, pues desde que Reborn me pidió bailar con él, recordé ese baile en la azotea durante la fiesta anual, ese baile que fue tan triste, tan lleno de dolor, pues ambos estábamos con muchísimo pesar en ese momento, sufriendo por estar juntos pero sin poder estarlo, y recordando esa noche, y lo triste que fue aquello, hablo.
-Oye te...¿Te puedo pedir una canción?- Le pregunto. Reborn asiente.
-Claro...¿Cuál quieres?- Me pregunta.
-No sé cómo se llama...- Comienzo a decir, bajo su atenta mirada- Pero es...es esa canción que bailamos juntos por primera vez...cuando bailamos en la azotea de la fiesta...¿Sabes a cuál me refiero?- Le pregunto. Él se me queda mirando, para después, sonreír.
-Por supuesto que sé a cuál te refieres- Me dice, en voz baja, mientras separa su mano de la mía, pillando su móvil de su bolsillo, y una vez busca por unos segundos, la canción comienza a sonar, esa excesivamente romántica, preciosa, esa que en aquel momento al bailar con él, me dolió tanto, me destruyó por dentro, porque aquel fue un baile triste, demasiado, y no quería eso, no quería recordar esa canción tan hermosa con algo tan desolador como aquello, por lo que quería bailarla de nuevo con él, pero ahora como pareja, ahora sin ese sentimiento de despedida ni de pérdida, sino de amor, de cariño, sabiendo que estábamos juntos, y sobre todo, sabiendo que al terminar la canción, así seguiríamos, juntos.
Reborn vuelve a dejar su móvil en su bolsillo, para después, mirarme, sonriéndome con dulzura.

¿Solo mi jefe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora