Capítulo 97

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Despierto poco a poco, moviéndome en la cama, buscando a Raúl, y una vez lo encuentro, me pego a él, abrazandolo por la cintura fuertemente, y luego de unos segundos, abro los ojos, notando cómo detrás de mis cortinas, se encontraba una luz de día bastante intensa.
Raúl se remueve un poco, haciéndose hacia atrás, pegándose a mi cuerpo desnudo, y es entonces cuando una sonrisa sale por si sola de mí, pues amaba esto, amaba la manera en que me sentía al despertar a su lado, y sintiéndome tan en paz y tan tranquilo, me quedo así, disfrutando de su compañía, de la linda mañana, disfrutando del hecho de que no tenía que levantarme de la cama para ir a trabajar, podía simplemente quedarme así todo el día si yo quería, pegado a él.
Este era mi primer despertar luego de mi despido, y debía decir que era uno muy bonito, pues a pesar de haber perdido mi trabajo, me sentía bien, feliz, lleno, con todo lo que necesitaba a mi lado, justo entre mis brazos, y pensaba disfrutarlo, pensaba gozar de esta especie de vacaciones indefinidas que iba a tener con Raúl, porque no teníamos de qué preocuparnos, afortunadamente no teníamos la necesidad de encontrar trabajo ya mismo, no teníamos por qué preocuparnos por el hecho de estar desempleados, pues el dinero no era problema, algo que le había dejado muy claro a Raúl el día de ayer, quien se encontraba triste y preocupado por mí, y una vez le expliqué que estaba bien, y que el no tener esa fuente de ingresos del trabajo no me afectaba, lo noté relajándose, y poco a poco, mientras fue pasando la noche, entre charlas y risas con Andy y con Fernanda, lo pude notar tranquilo, riendo, divirtiéndose y pasándola bien, y verlo así, tan calmado y sosegado, me hacía sumamente feliz, porque no quería que estuviera triste, no quería que se sintiera mal por mi despido, pues yo estaba perfectamente bien, con todo lo que necesitaba justo aquí conmigo.
Los minutos pasan, en los cuales me dedico simplemente a disfrutar de la mañana, pegado a Raúl, quien continúa durmiendo tranquilamente, y sintiéndome necesitado de sentir su piel en mis labios, comienzo a besar con suavidad su hombro, dejando simples toques, apenas rozando su piel. Raúl ni se inmuta, por lo que decido besarlo con algo más de intensidad, subiendo con mis dulces besos desde su hombro, hasta su cuello, pasando después por el lóbulo de su oreja, mientras que con una mano, acaricio la tersa piel de su cintura, subiendo y bajando por la misma hasta llegar a su trasero. Raúl comienza a moverse un poco, mientras yo continúo con mis besos en su piel, queriendo hacer de este despertar algo lindo para él, y luego de unos segundos, habla.
-Buenos días...- Me dice, con voz llena de sueño, subiendo su mano a mi rostro y acariciandolo con cariño, pegándome a su cuello, disfrutando de mis besos.
-Buenos días vida mía- Le respondo, en voz baja- ¿Cómo has dormido?- Le pregunto, para después, ver cómo se gira sobre la cama, de modo que se encontraba ahora mirándome a los ojos.
-De maravilla...como siempre que duermo a tu lado- Me comenta. Yo le sonrío, acercándome a sus labios y dejando en ellos un breve beso.
-Yo igual...y me ha encantado despertar y saber que me puedo quedar en la cama contigo...sin tener que ir a ningún lado- Agrego. Él asiente, sonriéndome.
-Eso es lo mejor de todo- Me comenta- Oye y...¿Qué hora es?- Me pregunta. Yo me giro y miro la hora en mi móvil, el cual se encontraba en la mesita de noche, para después, regresar a la posición de antes.
-Las nueve y diez- Agrego.
-Pues es bastante temprano aún...- Me dice.
-Ya, creo que sí...pero la verdad no he podido volver a dormir, es la costumbre de despertar cada día tan temprano supongo- Agrego, y Raúl asiente- Y estaba pensando en...bueno, aprovechando que tenemos el día libre...estaba pensando en ir a desayunar o algo, si te apetece- Le comento.
-Claro que me apetece- Me responde, sonriendo- ¿A dónde te apetece ir?- Me pregunta.
-Bueno, conozco unos cuantos lugares...- Le digo, pensando en que quería salir con él, sintiéndome liberado por no tener que ocultar lo que teníamos.
-Vale perfecto, pues vamos...me gusta la idea- Me dice, sonriendo.
-Venga, pues nos duchamos y te llevo a desayunar, y después podemos...no sé, caminar...podemos pasear por ahí...yo que sé, podemos hacer lo que se nos de la gana- Le comento, y él me sonríe, asintiendo.
-Pues sí, podemos hacer lo que sea...si es que ser un par de desempleados tiene sus ventajas al parecer- Me comenta Raúl. Yo me rio, divertido.
-Correcto...- Le digo, para después, comenzar a besar ligeramente su cuello- Ahora...¿Qué te parece si vamos a la ducha?- Le pregunto, pues debíamos ducharnos, aunque siendo sincero, también tenía otros planes en mente. Raúl disfruta de mis labios, subiendo su mano a mi cabello y enredando sus dedos en él, mientras paso mi lengua por toda la extensión de su cuello, y es entonces cuando baja sus manos de mi cabello, a mi espalda, bajando por la misma, provocandome con ese toque que un escalofrío me recorra por completo. Una vez me alejo de él, recibo de su parte una sonrisa llena de tentación.
-Venga, vamos a la ducha- Me dice, mirándome con picardía, mirada que yo correspondo. Yo le sonrío, poniéndome de pie al igual que él, entrando en el baño y abriendo el grifo de la llave, para después, entrar ambos a la ducha.

¿Solo mi jefe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora