Capítulo 8

480 67 10
                                    

Llego a la oficina, justo a las 7:25 de la mañana, dejando mis cosas en mi escritorio y encendiendo mi ordenador. Toda la oficina se encontraba vacía, como solía ser, pues yo era siempre el primero en llegar, ya que tenía que llegar antes que mi jefe, quien llegaba casi siempre veinte o veinticinco minutos antes de las 8.
Comienzo a sacar unos cuantos papeles que tenía que firmar el señor Reborn, y así mismo, reviso los pendientes del día de hoy, los cuales debía recordarle siempre al llegar a la oficina.
Luego de diez minutos, las puertas del ascensor se abren, saliendo del mismo mi jefe, tan impecable e impoluto como siempre, cargando su maletín y con una mirada seria. Una vez llega a mi escritorio, lo escucho hablar.
-Buenos días- Me dice en un tono monotono al pasar al lado mío, sin siquiera mirarme y siguiendo su camino directamente hacia su oficina.
-Buenos días, señor- Le respondo. Una vez dentro de su oficina, yo me giro y pongo los ojos en blanco, pensando en que al parecer, hoy mi jefe estaba estresado, lo que significaba que muy pronto gracias a él, yo también lo estaría.
Luego del día de ayer, en el cual me había enterado que la próxima semana tendría que viajar con él a Nueva York, había comenzado a trabajar mi paciencia, a relajarme en presencia de mi jefe, pues durante dicho viaje, iba a tener que soportarlo muchas horas seguidas, y necesitaba mentalizarme, pues iba a lidiar con un jefe seguramente muy estresado, y para lograr soportarlo tantas horas y no volverme loco, debía trabajar con mi paciencia al verlo estresado, tal y como lo estaba ahora, pues a pesar de que solo me había saludado, sabía muy bien que su humor el día de hoy, era una mierda. Me levanto de mi escritorio, tomando unos cuantos papeles y mi agenda, para después, dirigirme a su oficina y tocar la puerta, y una vez recibo respuesta afirmativa de su parte para pasar, abro la puerta. Al entrar, me lo encuentro de pie, al otro lado del escritorio mirando unos papeles.
-Vengo a recordarle los pendientes del día de hoy señor- Explico.
-Vale- Me dice, sin siquiera mirarme, con sus ojos fijos en el documento que se encontraba sosteniendo. Yo dirijo mi mirada a mi agenda.
-Hoy tiene la reunión con el departamento de publicidad para mirar los proyectos de los próximos meses, a las once de la mañana.- Le explico.
-Vale- Responde sin más, aún con su mirada en los papeles de su mano.
-También tiene video llamada con los directores de cobranzas, es acerca de algunas actualizaciones en el sistema de facturación, a las dos de la tarde- Digo, leyendo la información de mi agenda.
-Mjm- Me responde. Yo lo miro, fijándome en si siquiera me estaba poniendo atención.
-Y...bueno, finalmente tiene junta con algunos socios y con todos los jefes de departamento, a las cuatro y veinte de la tarde- Explico. Él asiente, y por primera vez desde que entré a su oficina, me mira.
-Vale ¿Algo más?- Me pregunta.
-Si...eh...necesito que me firme esta documentación, son algunas autorizaciones- Le digo, enseñándole un pequeño montón de papeles, él los mira, para después, dirigir su mirada de nuevo a los documentos en su mano.
-Vale, déjalos en el escritorio, luego los firmo- Me dice. Yo me acerco al escritorio y los dejo frente a él.
-Le recuerdo que necesito que los firme antes de las diez de la mañana, ya que debo dejarlos en cada departamento antes de esa hora y...- Comienzo a decir, pero él me interrumpe.
-No necesitas recordarme cómo funcionan las cosas aquí, Álvarez, he dicho que los dejes en el escritorio y que después los firmo- Comienza a decir, sin mirarme. Yo me quedo en silencio, sintiendo cómo me pongo rojo de la vergüenza. - Ahora, si eso es todo, te pido que te retires, que tengo muchas cosas que hacer- Agrega, para después, mirarme, como esperando a que saliera de su oficina.
-Eh...s...si, señor, con permiso- Le digo, para después salir.
Una vez llego a mi escritorio, dejo salir un enorme suspiro, uno lleno de frustración, pues tal y como había adivinado al verlo entrar a la oficina, hoy mi jefe estaba con un humor de mierda, lo que significaba que debía esperar el tipo de contestaciones como el de hace unos segundos en su oficina. Dejo a un lado los pensamientos que me hacían creer que hoy sería un día pesado gracias a él, y en su lugar, decido hacerme un café, por lo que me dirijo a la pequeña cocina que había al lado izquierdo de la oficina, tras una puerta de madera, y una vez ahí, me preparo mi café, tomándome mi tiempo y estando pendiente de si escuchaba el sonido del teléfono de mi escritorio. Luego de cinco minutos, me encuentro con mi café ya listo en mi termo, y al salir de la cocina y dirigirme a mi escritorio, me encuentro con mi jefe parado frente a este, con ambas manos sobre el mismo, moviendo sus dedos en señal de impaciencia sobre la madera. Me apresuro a llegar, y luego de unos cuantos pasos, ya me encontraba frente a él.
-¿Necesitaba algo señor?- Le pregunto.
-¿Dónde estabas?- Cuestiona.
-Eh...bueno fui a...fui a por un café por un momento...- Explico, pero su mirada severa sobre mí, me decía que no le parecía bien lo que acababa de explicar.
-Necesito que busques un documento que es urgente que mire, y no lo encuentro por ningún lado- Me dice.
-Vale...¿Qué documento es?- Le pregunto.
-Las conciliaciones bancarias del mes pasado, deberían estar archivadas ya, pero no lo están- Me dice, mirándome con cierta molestia.
-Vale, un segundo- Le digo, mientras miro en el sistema el documento que me acababa de mencionar, y efectivamente, salía como archivada.- Pues, tal y como usted dice...debería estar en su oficina ya archiva...- Comienzo a explicar, pero, cómo no, él me interrumpe una vez más.
-Te estoy diciendo que no están, así que o las has archivado mal, o tu base de datos está mal- Me dice.
Yo lo miro, pensando en una posibilidad que al parecer era inconcebible e inimaginable para él, y era que tal vez, él no había buscado bien en los archivadores, pero claro, él era tan perfecto, que no se equivocaba nunca. Molesto ante su insinuación de que yo hubiera hecho mi trabajo mal, pienso en defenderme y decirle que mi base de datos estaba bien y que estaba al día, pues yo mismo me había encargado de actualizarla ayer por la noche, pero descarto la idea, pues contradecirlo tal vez no era buena opción.
-Vale...déjeme...déjeme buscar- Le digo, dirigiendome a su oficina, escuchando sus pasos seguirme de cerca. Una vez dentro, me dirijo hacia los archivadores, en donde busco por orden alfabético el documento que me había mencionado, y luego de unos segundos, lo encuentro. Evito con todas mis fuerzas sonreír de satisfacción, pues eso tal vez podría molestarlo aún más, pero la verdad era que me hacía demasiado feliz que se hubiera equivocado.
-Aquí está- Le digo, dirigiendome hacia la entrada de su oficina, donde se encontraban aún de pie, mirándome. Yo le tiendo el documento, él lo toma y lo lee rápidamente, para después, dirigirse hacia el otro lado del escritorio.
-Estoy hasta los cojones de no encontrar nada nunca- Dice. Yo me le quedo mirando, queriendo salir de aquí, pues sus malas palabras me indicaban que estaba muy enfadado y estresado, ya que nunca lo había escuchado maldecir.
-Estaba en la letra "C" de conciliaciones, y debido a que es conciliación bancaria, dentro de los documentos con la letra "C" debe buscar "B" de bancaria.- Le explico, pensando en que tal vez me diría su "No necesito que me expliques cómo funcionan las cosas aqui" cuando claramente, si que lo necesitaba.
-Dentro de la letra "C" hay demasiados documentos, contratos, convenios, conceptualizaciones, la contabilidad, consultorias, costos, constituciones...tardo cinco años en encontrar cualquier cosa...- Explica, y yo sentía que se estaba quejando más bien en voz alta, pues ni me estaba mirando a mí, sino que se encontraba leyendo el documento- Ese sistema de organización es una mierda- Agrega. Yo frunzo el ceño, pues no era mi culpa que el sistema fuera de esa manera, ya que ni lo había inventado yo, pues solamente había seguido instrucciones de Alex.
-Yo no he...- Comienzo a decir, pero él me interrumpe. Realmente estaba empezando a tocarme los huevos lo poco que me dejaba terminar mis frases.
-Eso es todo Álvarez- Me dice, sin mirarme. Yo respiro hondo, intentando serenarme, para después, girarme lentamente hacia la puerta.
-Con permiso- Digo, antes de salir.
Una vez en mi escritorio, respiro hondo un par de veces. Era increíble el talento que tenía mi jefe para exasperarme en cuestión de dos minutos. Una vez un poco más relajado, continúo con mi trabajo, tomándome mi café tranquilamente, esperando que el director se mantuviera lo suficientemente ocupado como para no llamarme en todo el día.

¿Solo mi jefe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora