Capítulo 87

457 40 16
                                    

El día se pasa rápidamente, pues no había parado de trabajar, corrigiendo facturas, recibiendo llamadas, incluso acompañando a Reborn a un par de reuniones, sin embargo, el día de hoy había trabajado de muy buen humor, aunque por lo general así trabajaba siempre, pero hoy era diferente, pues tenía una felicidad y una tranquilidad que hacía semanas no sentía, ya que por fin se había solucionado el tema de Sergio y esa denuncia interpuesta a Reborn.
Desde el momento en que me enteré de eso, en mi corazón se había alojado una especie de presión, una que estaba ahí todo el tiempo, sin importar cuan feliz o contento estuviera, siempre recordaba esa denuncia, recordaba que Reborn estaba bajo una especie de pleito legal que a pesar de intentar solucionar, realmente no teníamos nada por seguro, y en mi cabeza no podía dejar de considerar la posibilidad de Reborn teniendo que ir a tribunales, iniciando todo un proceso legal cansado y largo, y evidentemente, había considerado también que no saliera todo a su favor, que pudiera ser despedido de la empresa, incluso que pudiera ir a la cárcel por esa agresión física a Sergio. En definitiva, llevaba con esa preocupación semanas, una que al fin se había ido con el acuerdo de hoy, pues Sergio había aceptado retirar esa denuncia, y así mismo, yo iba a retirar mi denuncia contra él, de modo que estaba ahora todo bien, estábamos por fin con una tranquilidad y paz que no habíamos podido tener desde que iniciamos nuestra relación, y era por eso que estaba feliz, trabajando alegremente a pesar de estar cansado, y siendo ahora las 7:50 de la noche, estaba aún más feliz, pues ya iba a ser hora de mi cena con Reborn, una que podríamos disfrutar en un lugar público, fingiendo que no éramos nada más que colegas, pero aún así, me encantaba cenar con él, celebrando la paz que ahora sentíamos.
Una vez termino de guardar mis cosas en mi escritorio, tomo mi agenda y me dirijo a la oficina de Reborn, en donde me lo encuentro mirando unos papeles sobre el escritorio, y al notar mi presencia, sube su mirada a mí.
-Hola cariño- Me dice, sonriente, con ojos llenos de cansancio.
-Hola cielo- Le respondo, acercándome a su escritorio- Faltan diez minutos para salir...¿Cómo vas? ¿Estás muy ocupado?- Le pregunto, y él niega con la cabeza.
-Voy bien, solo estoy mirando unas estadísticas, pero ya mismo apago todo para irnos- Me responde, guardando los papeles en una gaveta.
-¿Seguro? Si estás muy ocupado, podemos cancelar la cena y la dejamos para otro día, no pasa nada- Le comento, pues sabía que tenía bastante trabajo, e incluso se había quedado a trabajar en la oficina el día de ayer. Reborn niega con la cabeza, apagando su ordenador.
-No, de verdad, estoy bien, no tengo tanto trabajo- Me responde- Además, por nada del mundo cancelaría una cena contigo...- Agrega, sonriéndome. Yo le devuelvo la sonrisa- Ven aquí...- Agrega, palmando sus piernas, y debido a que era una oferta bastante tentadora, me dirijo hacia él, sentándome en sus piernas, algo que la verdad solía hacer bastante. Reborn se acerca a mis labios, tomandolos con fuerza, de forma necesitada, beso que yo correspondo sin problema.
Su lengua se adentra en mi boca sin siquiera pedir permiso, aunque tampoco lo necesitaba, mientras una de sus manos, sube lentamente por mi pierna, cada vez más, y luego de unos segundos, besandome de una forma demasiado salvaje, se aleja de mí, respirando con dificultad.
-Dios...llevaba todo el día sin besarte...y no sabes cómo me hacía falta- Me dice, agitado. Yo le sonrío, asintiendo.
-A mí también...- Le respondo, acercándome de nuevo a sus labios, dejando un par de besos fugaces- Y aunque me gustaría seguir haciéndolo...nos vamos a distraer, y tenemos que ir a cenar- Agrego, riendo un poco. Reborn asiente.
-Sí, tienes razón...vamos pues- Me dice, sonriendo. Yo me levanto de sus piernas y me dirijo al otro lado del escritorio, mientras que él se levanta de la silla y comienza a ponerse su americana, y una vez termina, toma su maletín.
-Por cierto...¿A dónde iremos?- Le pregunto, riendo- Ni siquiera hemos dicho a donde ahora que lo pienso- Agrego.
-Pues, estaba pensando en ir al restaurante en donde nos hicimos pareja...¿Recuerdas? Que era muy romántico y tal...- Me comenta. Yo asiento, pues recordaba a la perfección ese lugar, y me gustaba bastante.
-Venga sí, vamos ahí, me gusta- Le respondo.
-Venga, perfecto- Me dice.
-Sal tú primero, luego salgo yo y nos vemos en el restaurante- Le comento. Reborn toma su maletín y se acerca a mí, negando con la cabeza.
-Vamos a salir juntos, bajamos hasta recepción juntos y nos separamos en el estacionamiento...no pasa nada por simplemente salir al mismo tiempo- Me dice. Yo me le quedo mirando, algo dubitativo, y es entonces cuando Reborn se acerca más a mí, sonriendome- Tranquilo...nadie va a sospechar nada por simplemente bajar en ascensor juntos cariño...- Me comenta, riendo un poco. Finalmente, decido aceptar, pues la verdad es que tampoco había nada de raro en ello.
-Vale bien, vamos entonces- Le digo. Reborn me sonríe, acercándose a mí y dejando en mis labios un corto beso, y una vez se aleja, yo me encamino a la puerta, saliendo ambos por la misma, y una vez tomo mis cosas de mi escritorio, comenzamos los dos a caminar hacia el ascensor, en donde Reborn oprime el botón de recepción, por lo que comenzamos a bajar.
-¿Lo ves? Todo tranquilo...solo somos dos tíos compartiendo ascensor...- Me dice Reborn. Yo lo miro, sonriendo, bajando mi mirada a su corbata, notando que era la negra que yo le había regalado. Queriendo picarlo un poco, solo por divertirme, hablo.
-Dos tíos compartiendo un ascensor...sin más...- Comento, con tranquilidad- Aunque deseando por dentro poder también compartir un buen polvo aquí dentro- Agrego. Reborn abre mucho los ojos, mirándome, para después, negar con la cabeza.
-Joder...no me tientes...- Me comenta, mientras lo noto suspirar fuertemente. Yo me rio, mirando hacia la cámara justo en una esquina del ascensor.
-Venga va...cubrimos la cámara con tu corbata y a tomar por culo- Le comento, evidentemente en broma. Reborn suelta una carcajada, negando con la cabeza.
-O la dejamos así y que los de seguridad flipen en colores- Me dice Reborn. Ambos reímos a carcajadas, y luego de unos segundos más, el ascensor abre sus puertas, por lo que ambos salimos a recepción y posteriormente del edificio, y al momento de salir al exterior, siento una corriente de aire helada, mientras un fuerte olor a lluvia llega a mi nariz, aunque no se encontraba lloviendo ahora mismo, pero se notaba que en breves iba a llover. Juntos, caminamos por la acera hacia el estacionamiento, y una vez llegamos, separamos nuestros caminos, despidiéndonos de forma fría y distante mientras cada quien se dirige a su respectivo coche, y luego de quince minutos conduciendo, llego al restaurante, buscando lugar donde aparcar, pero debido a que estaba todo lleno, me veo obligado a aparcar fuera del estacionamiento, en la calle de atrás, la cual era una especie de callejón, y aunque me daba algo de desconfianza dejar mi coche aquí debido a lo solo y oscuro que estaba, tampoco tenía alternativa. Bajo del coche y me dirijo al restaurante, en donde veo a Reborn justo en la entrada, buscándome con la mirada, y una vez me ve, me sonríe.
-Ya estoy- Le digo al llegar junto a él.
-Vale...¿Dónde has aparcado?- Me pregunta, curioso.
-Fuera, en la calle de atrás...espero aún tener coche cuando salga- Le comento. Él ríe, para después, señalar hacia dentro del restaurante.
-Venga, pues vamos- Me dice. Yo le sonrío, caminando hacia dentro del lugar, en donde Reborn habla con una chica de la entrada, a la cual le pide el favor de ponernos en una mesa algo apartada y privada, en caso de tener una. Ella nos dirige hacia el final del restaurante, en una mesa situada en una esquina, la cual tenía una especie de pared separando toda una hilera de mesas, lo cual era perfecto, pues la pared impedía que alguien nos viera, al menos quienes no se sentaran en la misma fila de mesas que nosotros. Una vez le agradecemos a la chica, ella se retira, dejándonos un par de menús.
-Sitio perfecto...madre mía- Me comenta Reborn, mirando alrededor. Yo asiento, mirando también alrededor nuestro, notando unas cuantas personas en las mesas de detrás de Reborn, pero aparte de ellas, no éramos visibles para nadie más.
-La verdad es que sí, está de puta madre- Le respondo.
-Pues venga, vamos a ver qué pedimos, que la verdad tengo bastante hambre, no he comido nada en todo el día- Me dice. Yo subo mi mirada a él, una llena de molestia fingida, aunque no del todo, pues sí que me parecía molesto que se descuidara de esta manera cuando tenía tanto trabajo.
-Vale...¿Qué te apetece?- Le pregunto.
Durante los próximos minutos, nos dedicamos a mirar qué pedir, y una vez nos decidimos por algo, un camarero toma nuestra orden, para después, retirarse, dejándonos solos de nuevo. Yo miro alrededor, admirando la decoración y la intimidad del restaurante, algo que desde el primer momento en que vinimos aquí, me había gustado bastante.
-Extrañaba venir aquí...- Le comento a Reborn, quien me sonríe- Aunque bueno...mi sitio favorito para cenar ahora es esa azotea que decoraste para mí...ese lugar es mucho más bonito que cualquier restaurante- Le digo, pues me había encantado cenar bajo las estrellas con él, con la ciudad a nuestros pies y rodeados de globos que él había puesto.
-Pues podemos ir cuando quieras...sigue todo ahí- Me dice, soltando una carcajada. Yo me rio.
-¿En serio? ¿No lo has quitado?- Le pregunto, riendo.
-No he tenido tiempo...además, nadie sube a la azotea, y si suben...pues mira, que disfruten de la decoración- Me responde. Yo me rio, negando con la cabeza.
-Después subo yo contigo y te ayudo si quieres...que además me quiero quedar con ese globo de treinta y cinco años de recuerdo- Le comento. Reborn me sonríe, asintiendo.
-Vale, perfecto- Me dice, subiendo su mano a la mesa, buscando la mía, la cual le tiendo, pues debido a la privacidad de la mesa donde nos encontrabamos, no había problema en tomarnos de la mano. Reborn acaricia mi mano con ternura, mientras me mira con una sonrisa llena de afecto en su rostro- Tengo muy bonitos recuerdos de este lugar...aquí fue donde me dijiste que me amabas por primera vez- Me comenta. Yo le sonrío, recordando ese momento, esa cena que fue la primera oportunidad que nos dimos para hablar las cosas, para aclarar todo lo que nos encontrabamos sintiendo, para decidir comenzar esta relación que tan bien estaba yendo.
-Yo también tengo bonitos recuerdos...- Le comento- De cada una de nuestras cenas de hecho...todas son especiales...las amo todas, pero sí que es verdad que esa primera cena que tuvimos aquí es muy especial porque fue cuando iniciamos con esto...- Le comento, y él asiente.
-Correcto, fue cuando decidiste darme la oportunidad de demostrarte que todo lo que decía sentir por ti, era cierto...- Me dice.
Recordaba bien lo mucho que me había costado creerle, lo mucho que dudaba que sus sentimientos hacia mí fueran sinceros, o que pudieran durar, y aunque había pasado solo un mes desde aquello, ya no había duda en mí, ni un poco siquiera.
-Y ahora lo sé...sé que siempre fuiste sincero- Comienzo a decir- Tu problema fue ser un gilipollas por días en lugar de ser sincero desde el principio- Agrego, provocando en él una carcajada.
-Totalmente...- Me dice, acariciando mi mano- Pero de verdad...qué forma la tuya de enamorarme de esa manera...- Comienza a decir, mirándome fijamente- Sin siquiera darme cuenta...sin poder resistirme...y de verdad te digo que no sé que hubiera sido de mí si no me hubieras dado esta oportunidad de estar contigo, es decir...me hubiera sido imposible seguir trabajando teniendote como asistente, viéndote cada día sin poder tenerte, deseando besarte, estar contigo...fue una tortura pasar por eso...y de haber seguido así...no sé, me hubiera vuelto loco...era demasiado doloroso...y además pensando que tenías pareja...- Agrega. Enternecido por sus palabras, bajo mi mirada, recordando todo eso, recordando la forma en que yo me había esforzado para verlo solamente como mi jefe, queriendo ignorar todo lo que sentía por él, todo lo que mi corazón sentía solo al verlo.
-La verdad yo tampoco hubiera podido...y sinceramente, creo que hubiera terminado renunciando...no hubiera podido trabajar para ti así como si nada, sintiendo tantas cosas...hubiera llegado un momento en que ya fuera insostenible la situación...y hubiera preferido irme, a seguir sufriendo de esa manera- Termino por decir. Reborn se me queda mirando, pensativo.
-Joder...me ha dolido solo pensar en eso...- Comienza a decir, negando con la cabeza- ¿Y qué hubiera hecho yo sin ti? Amándote tantísimo...pero teniendo que aceptar que quisieras irte...que quisieras renunciar...teniendo que resignarme a no verte nunca de nuevo...hostia puta...no, impensable...- Agrega, mirándome con tristeza- Te juro que solo pensar en no verte cada día...me duele hasta el alma...- Continúa diciendo, describiendo a la perfección lo que yo mismo sentía- Afortunadamente nada de eso pasó...y estamos bien, juntos, como pareja, como jefe y asistente...jugandonos el pellejo en la empresa pero...juntos al fin y al cabo- Termina por decir. Yo asiento, sonriendo.
-Ya...pero eso sí...tú te la estas jugando mucho más que yo...es decir, tú eres el director ejecutivo y yo un simple asistente...si tú pierdes tu trabajo es bastante más grave a que yo pierda el mío- Explico. Reborn niega con la cabeza.
-Tú no eres un simple asistente, eso para empezar...yo no podría hacer ni la mitad de mi trabajo si no te tuviera...tus funciones son muy importantes, algunas de ellas son esenciales, y de hecho haces cosas que yo mismo debería de hacer y que no hago por falta de tiempo...las cuales ni siquiera superviso...así que no eres solo un simple asistente, mi trabajo se va a la mierda si tú no estuvieras...- Me explica. Yo le sonrío, nuevamente sintiéndome enternecido y muy agradecido por sus palabras- Y por otra parte...ya te he dicho lo poco que me importa ponerme en riesgo, me gusta mi trabajo lógicamente, me siento orgulloso de hasta dónde he llegado, de lo que he conseguido...pero ya no lo es todo para mí como solía serlo antes...meses atrás, el solo pensar en tener que dejar la empresa por alguna razón, me era impensable...no me imaginaba viviendo sin trabajar, no podía siquiera considerar por un minuto hacer algo que pusiera en riesgo mi trabajo, porque lo era todo para mí...y ya no es así...- Agrega, mirándome fijamente- Contigo lo tengo todo...el día de mañana podría quedarme sin trabajo, sin dinero, sin casa...pero teniendote a ti, creeme que me sudaría la polla no tener nada más...pero eso sí...que jamás, nunca, me faltes tú...porque ahí sí lo pierdo todo...- Termina por decir. Yo le sonrío, enamorado, fascinado por sus palabras, por lo bonito que hablaba de mí, algo que me tenía encantado, porque me gustaba demasiado su forma de decirme constantemente lo mucho que me amaba, no me cansaba de oírlo, jamás me cansaría, pues me gustaba saberlo, cada día, de todas las formas posibles.
-Yo no pienso ir a ningún lado...creeme- Comienzo a decir- Llevo toda mi vida pensando que nunca encontraría a alguien para mí...pensando que de alguna manera el amor siempre estaba ligado a desilusiones y decepciones...y ahora que ya encontré al amor de mi vida...no pienso dejarlo ir...no quiero ni puedo...porque ya eres parte de mí, en muy poco tiempo, algo que sigue pareciéndome alucinante, pero es así...- Continúo diciendo, recibiendo de Reborn una sonrisa preciosa, radiante- Así que no, no pienso faltar en tu vida, y tampoco quiero que faltes tú en la mía...- Termino por decir. Reborn lleva el agarre de nuestras manos a sus labios, dejando en mi mano un beso.
-A mí me vas a tener contigo siempre...estás jodido cariño- Me responde. Yo me rio, negando con la cabeza.
-Joder...en lo que me he metido- Le comento, como broma, haciéndolo reír.

¿Solo mi jefe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora