Capítulo 75

392 46 5
                                    

Eran ya las ocho de la noche, algo que agradecía, pues el día se me había hecho demasiado lento, además de que había estado trabajando sin parar, pues debido a que el martes iba a estar de viaje con Reborn, había un montón de cosas que debían estar listas en la oficina antes de ese día. Una vez guardo mis cosas y apago mi ordenador, me dirijo a la oficina de Reborn, tomando unos cuantos papeles que debía archivar, y al entrar, me lo encuentro concentrado en su ordenador, escribiendo algo.
-Buenas- Le digo, cerrando la puerta y dirigiéndome a los archivadores.
-Hola- Me responde, sonriéndome, mientras me sigue con la mirada.
-Ya son las ocho- Le comento, al mismo tiempo que comienzo a guardar los papeles en mis manos- No sé si lo habías notado pero...ya es hora de salir- Agrego.
-Pues no, no lo había notado la verdad...estoy ocupado haciendo un reporte que necesito tener listo para el lunes- Me comenta. Yo me giro a mirarlo, notando en su rostro cansancio.
-Vale...- Respondo, guardando el último papel en el archivo, para después, caminar hasta Reborn, parandome justo detrás de él, posando mis manos en sus hombros y haciéndole un pequeño masaje- ¿Te quedarás hasta tarde entonces?- Le pregunto, mirando su ordenador. Reborn sube su cabeza, cerrando los ojos, disfrutando de mi masaje sobre sus hombros.
-No...solo termino esto- Me responde.
-Vale bien- Digo, bajando mis labios a su mejilla, dejando ahí pequeños besos- ¿Y nos iremos juntos?- Pregunto- Porque estaba pensando en ir a mi casa esta vez, pedir algo para cenar...ver alguna película...- Le comento.
-Me parece perfecto- Me responde, subiendo su mirada a mí. Yo acerco mis labios a los suyos, besandolo desde arriba por un par de segundos, para después, alejarme, caminando a la salida.
-Vale bien, pues te dejo que termines- Le comento.
-No, no te vayas...es decir, me puedes acompañar en lo que termino- Me comenta. Yo le sonrío, alejándome de la puerta y sentándome en la silla frente a su escritorio.
-Vale bien- Le respondo, sonriendo- ¿Qué estas haciendo?- Le pregunto, leyendo un poco por encima el escrito que estaba redactando en su ordenador.
-Estoy haciendo un análisis del balance de esta semana- Me responde, mientras continúa escribiendo.
-Entiendo...- Le digo, mirandolo trabajar atentamente, notando en su mirada cansancio- ¿Quieres que te ayude?- Le pregunto de pronto- Es decir, no sé hacer un análisis, pero puedes decirme qué escribir...si de hecho soy más rápido que tú tecleando- Le comento, pues debido a que solía tomar bastantes apuntes en sus reuniones, tenía una gran habilidad para teclear rápido. Reborn sube su mirada a mí, sonriendo, para después, asentir.
-Venga va- Me responde. Yo le sonrío, poniéndome de pie y dirigiéndome a él, quedándome parado justo a su lado, esperando a que se pusiera de pie y me cediera su silla, sin embargo, no lo hace, pues simplemente se me queda mirando, con diversión en su mirada- Adelante, toma asiento- Agrega, palmando sus piernas. Yo me rio, negando con la cabeza, para después, sentarme sobre él.
-Vale bien...bastante cómodo la verdad- Le comento. Él se ríe, moviéndose un poco más cerca del escritorio, mientras posa una de sus manos en mi pierna- Vale a ver...¿Qué sigue?- Le pregunto, mirando el documento frente a mí. Reborn comienza a decirme qué escribir en el documento, mientras yo escribo de forma rápida, escuchándolo atentamente, al mismo tiempo que siento suaves caricias bajar y subir por mi pierna, por mi espalda, mi cintura, y después de unos cinco minutos, finalmente terminamos la redacción.
-Ya está...eso es todo- Me dice, mirando la pantalla- Ahora solo guárdalo, ya el lunes lo corrijo en caso de que tenga algún error- Agrega. Yo hago lo que me dice, guardando el documento, para después, apagar su ordenador, y una vez hecho esto, me muevo un poco sobre él, girándome a mirarlo.
-¿Nos vamos ya?- Le pregunto. Él asiente, sonriéndome, mientras se acerca a mis labios y deja un suave beso en ellos, tomando mi rostro con sus manos, haciendo el beso más intenso. Una vez se separa, habla.
-Gracias por tu ayuda, Álvarez- Me comenta. Yo me rio, dejando en sus labios otro beso más, uno breve esta vez.
-De nada señor- Le respondo, evitando llamarle "Señor Reborn", pues ya sabía cómo se ponía con eso, y no quería provocarlo de nuevo para hacer una vez más el amor aquí dentro, ya que era algo que habíamos dicho que no volvería a pasar, aunque ahora mismo fueran más de las ocho y la oficina estuviera prácticamente vacía.
Yo me pongo de pie, caminando hacia el otro lado del escritorio, mientras Reborn comienza a guardar sus cosas en su maletín.
-¿Vamos a tu casa entonces?- Me pregunta, mientras se coloca su americana. Yo asiento.
-Sí, a menos que prefieras ir a cenar a algún lado...- Le comento. Él sube su mirada a mí, ahora ya con su americana puesta, negando con la cabeza.
-No, está bien, prefiero ir a tu casa- Me dice, tomando su maletín y acercándose a mí.
-¿Seguro? Porque si quieres podemos ir a cenar a algún sitio, como tú quieras- Le comento. Él me sonríe de forma tierna.
-Sí seguro...y de hecho...creo que vamos a tener que limitar un poco esas...salidas a cenar- Me comenta. Yo frunzo el ceño.
-¿Por qué?- Le pregunto, extrañado. Reborn deja su maletín en su escritorio, para después, acercarse a mí, tomando mi mano.
-A ver...sabes que me encanta ir a cenar contigo...- Comienza a decir, mirándome fijamente- Es algo que disfruto muchísimo...pero...después de lo que pasó la otra noche con Karla...creo que...no sé...necesitamos tener más cuidado en público...- Agrega. Yo lo escucho atentamente, mientras siento ligeras caricias en mi mano- No quiero arriesgarme de nuevo...no quiero que nos encontremos otra vez a alguien conocido, y aunque en esta ocasión Karla no nos ha visto...puede que no tengamos tanta suerte en otras ocasiones- Termina por decir. Yo asiento, pensando en que tenía razón, aunque sintiéndome algo triste por tener que limitarnos aún más.
-Vale...entiendo...tienes razón- Le comento. Él me sonríe, subiendo su mano a mi rostro, acariciandolo con ternura.
-Lo siento amor...de verdad no me gusta nada esto...porque sabes lo mucho que disfruto ir a cenar contigo...tomar tu mano...charlar tranquilamente...me encanta...pero necesitamos cuidarnos más...- Me comenta. Yo asiento, sonriendole.
-Lo sé, lo entiendo...no te preocupes...- Le digo, acariciando la mano que tenía en mi rostro- Me gustaba mucho eso de...pues de ir a cenar contigo...pero no pasa nada...podemos simplemente cenar en mi casa, o en la tuya...entiendo que debemos ser cuidadosos...- Termino por decir. Reborn me sonríe, asintiendo, para después, acercar sus labios a los míos, besandome con sumo cuidado, como si tuviera miedo de hacerme daño con su beso, y una vez se aleja, se queda cerca de mi rostro.
-Te amo muchísimo...- Me dice, en voz baja- Nada me gustaría más que salir de esta oficina y gritarle a todos lo mucho que te amo...pero lamentablemente eso nos metería en problemas, y aunque a mí no me importa ser despedido...no quiero que nada malo te pase a ti...- Agrega, sonriendo- Y no tienes idea de cuánto me arrepiento de haber hecho esa norma de prohibir las relaciones entre empleados hace años...menudo gilipollas que soy- Termina por decir. Yo me rio por su comentario.
-Que norma de mierda Reborn, de verdad...- Le comento, provocando carcajadas en él.
-Lo sé...una puta mierda de norma- Me responde, entre risas- Aunque ha sido culpa de Andy el haberla hecho, por cierto- Agrega. Yo frunzo el ceño, extrañado.
-¿De Andy? ¿Por qué?- Le pregunto. Él alza ambas cejas, riendo un poco.
-Larga historia...- Me dice, tomando su maletín- Qué te parece si vamos a tu casa...pedimos la cena...y luego te cuento- Agrega, regresando a mí de nuevo.
-Vale bien, vamos- Le digo, sintiéndome ahora algo curioso por eso que tenía que decirme. Con Reborn detrás mío, me dirijo a la puerta, saliendo de la oficina, y una vez en mi escritorio, tomo mis cosas, para después, caminar ambos al ascensor, notando toda la oficina completamente vacía.
Dentro del ascensor, presiono el botón de la primera planta, y es entonces cuando comenzamos a bajar, hasta que segundos después, salimos a recepción, caminando juntos hasta nuestros coches, despidiendonos de forma cordial y banal, como si no fuéramos al mismo sitio. Una vez dentro de mi coche, comienzo el camino a casa, con Reborn detrás mío, hasta que luego de quince minutos, llegamos, bajando ambos de nuestros respectivos coches, tomándonos de la mano y entrando al ascensor, dirigiéndonos posteriormente a mi apartamento.
Estando ya dentro, tanto Reborn como yo nos retiramos la americana, para después, dejar mis cosas en un mueble cerca de la entrada, mientras Reborn camina hacia el salón, dejando su americana sobre uno de los sofás, y es entonces cuando lo noto con su mirada fija en algo.
-Hostia...las rosas- Me comenta. Yo dirijo mi mirada a las rosas, esas que él me había regalado la semana pasada, las cuales tenía en un enorme florero, y a pesar de tenerlas en agua, lamentablemente ya se estaban marchitando.
-Ya...no he querido tirarlas, pero ya están muy marchitas- Le comento, acercándome a las mismas y tocandolas con cuidado. Reborn me mira, sonriendo- Las hubieras visto la semana pasada, se veían hermosas, y dejaban todo el salón oliendo a rosas- Agrego. Él posa su mirada en las rosas, para después, mirarme a mí.
-Luego te regalo otro ramo- Me comenta. Yo subo mi mirada a él, negando con la cabeza.
-No no, que me da mucha lastima que se sequen...me encantan pero, no me gusta que se marchiten...- Le comento. Él asiente.
-Vale vale, entiendo- Responde, mirándome con una sonrisa en sus labios.
-Ahora ¿Qué quieres de cenar?- Le pregunto, sentándome en uno de los sofás, sentandose Reborn a mi lado, y juntos, comenzamos a mirar opciones para cenar, y una vez nos decidimos, pedimos la comida.
Mientras esperamos por la cena, comenzamos a mirar en diferentes aplicaciones alguna película para mirar, mientras hablamos de varias cosas, y luego de casi cuarenta minutos, la cena finalmente llega, la cual yo recibo, y una vez regreso al sofá con Reborn, comienzo a sacar la comida, así como las bebidas que habíamos pedido.
Una vez nos encontramos ya cenando, me giro a Reborn, recordando eso que iba a contarme.
-Vale entonces, cuéntame ¿Qué me ibas a decir de Andy?- Le pregunto, curioso- ¿Qué tiene que ver él con esa norma que tú hiciste?- Agrego. Reborn me mira, divertido, para después, darle una mordida a su hamburguesa, al igual que yo, y una vez termina su bocado, habla.
-Bueno...lo que pasa es que...hace años, yo tenía una asistente, llamada Gabriela...- Comienza a decir- Fue la primera asistente que tuve cuando me ascendieron a director ejecutivo...y debo decir que era bastante incompetente...solía complicarme las cosas en lugar de ayudarme, perdía documentos....era lenta...solía irse de su lugar de trabajo sin decirme nada...- Continúa explicando, mientras yo le presto toda mi atención, comiendo mi hamburguesa- En fin, en general no era buena asistente, pero yo no quise despedirla, quería darle la oportunidad de que aprendiera...- Agrega- Y una tarde...al regresar a mi oficina luego de una reunión, no la encontré en su escritorio...algo que era muy común en ella, por lo que simplemente seguí mi camino hasta mi oficina, no le tomé importancia porque estaba acostumbrado- Continúa diciendo, dándole otra mordida más a su hamburguesa, y luego de unos segundos, sigue hablando- Al cabo de una hora, le llamé al teléfono de su escritorio para que viniera a mi oficina, porque necesitaba agendar unas cuantas reuniones, pero ella no respondió, por lo que salí a buscarla, y seguía sin estar en su escritorio- Continúa diciendo, con toda mi atención puesta en él- Al final decidí agendar las reuniones yo mismo, y una de esas reuniones que necesitaba agendar, era con Andy...a quien llamé a su oficina, y no me respondió- Agrega. Mi ceño se frunce, mientras comienzo a darme una ligera idea de a dónde estaba yendo la historia- Decidí simplemente ir a su oficina para agendar esa reunión en persona con él...gran...gran error por mi parte...porque al entrar...bueno, me encontré a Andy follando con Gabriela en su escritorio- Termina por decir. Yo abro mucho los ojos, tapando mi boca con mi mano, demasiado sorprendido por lo que me estaba contando.
-Hostias...- Le comento, riendo un poco.
-Pues sí...debo decir que esa imagen sigue persiguiendome a día de hoy- Me dice, para después, reír- En ese momento me enfadé muchísimo, con ambos...porque me pareció de lo más inapropiado del mundo...me pareció una falta de respeto impresionante- Agrega, y entonces me mira, divertido- Y ahora mírame...haciendo lo mismo- Agrega, para después, soltar una enorme carcajada, al igual que yo, riendo ambos sin poder parar por varios segundos, y una vez Reborn se recupera, vuelve a hablar- Al momento de encontrarlos de esa manera, ellos me contaron que llevaban siendo pareja ya varias semanas, y que no me habían querido decir nada...yo quise despedirla a ella en ese momento, y de hecho a Andy también...a pesar de ser mi amigo...pero no lo hice, simplemente presenté una queja por comportamiento inapropiado, tuvieron una sanción los dos, y ella siguió trabajando para mí por unas semanas más, hasta que ella misma decidió renunciar- Me explica. Yo me le quedo mirando, aún sorprendido por lo que estaba escuchando- Y bueno, a partir de ese momento fue cuando...decidí crear esa norma...trabajé durante unos días redactandola, junto con algunas otras cosas, luego la presenté a la junta directiva, y me aceptaron la propuesta...y a partir de entonces se prohibieron las relaciones entre empleados de alguna otra índole más allá de trabajo o amistad, al menos las nuevas relaciones, porque las personas que ya eran pareja desde antes no tuvieron ninguna consecuencia- Agrega- Andy y Gabriela siguieron siendo pareja por un tiempo después de eso, aunque ella estando ya en otro trabajo, hasta que finalmente terminaron luego de meses- Termina por explicar. Yo asiento, aún sin poder creer que realmente Andy hubiera sido el que ocasionó que Reborn pensara en esa norma.
-Hostias...no me lo creo...Andy tio...- Comienzo a decir, riendo. Reborn asiente, mirándome con diversión.
-Por eso te he dicho, que Andy fue el culpable de que se me ocurriera crear esa norma- Comienza a decir- Me molesté muchísimo con él...por muchas semanas, incluso años, lo juzgué por eso que hizo...en mi cabeza no comprendía que alguien pudiera hacer algo tan inapropiado...hacer algo como eso en un lugar de trabajo era algo que simplemente no entendía- Agrega, y entonces una sonrisa llena de picardía aparece en su rostro- Y entonces llegaste tú...y lo entendí...- Agrega, mirándome- Terminé haciendo lo mismo...me olvidé de dónde estaba...y aunque ya lo habíamos hecho tú y yo una vez en mi oficina, la última vez fue muy diferente...porque estábamos en plena jornada, con gente fuera...- Continúa explicando- Fue lo más estúpido, irresponsable y jodidamente maravilloso que he hecho nunca...me encantó haberlo hecho...pero debo decir que me siento como un hipócrita, porque como te he dicho, juzgué a Andy por muchos años por eso que hizo...y ahora estoy en la misma situación...- Termina por decir. Yo me le quedo mirando, sonriendo, pensando en esa forma tan animal de simplemente dejarnos llevar sin importarnos nada más, y aunque como bien había dicho él, había sido algo maravilloso, también había sido algo sumamente imprudente.
-Vale...- Le comento- Pues, a ver...por un lado, debo decir que me he quedado flipando con lo que me has dicho de Andy...es que te imagino entrando a su oficina y viéndolo en plan...pues así...- Le digo, riendo a carcajadas- Menudo trauma...- Agrego, y Reborn asiente, riendo también- Y a ver...en cuanto a la norma...pues es entendible que hubieras decidido implementarla...como director ejecutivo, lógicamente es parte de tu trabajo encárgarte de que ese tipo de cosas no pasen...así que...ahora lo entiendo...sigo pensando que es una norma de mierda, evidentemente, pero entiendo ahora por qué la has hecho- Le comento. Reborn asiente, riendo de nuevo, para después, continuar comiendo su hamburguesa- Y sobre lo otro...sobre el hecho de haber follado nosotros también en tu oficina...la verdad sí que fue una estupidez enorme...y como te había dicho, debemos de tener mucho cuidado con esas cosas...pero tampoco te sientas culpable ni nada por el estilo...si bien has hecho lo mismo que Andy, bueno...son cosas que pasan...- Agrego, recordando la manera en que fue todo tan rápido, sin poder contenernos- Yo por mi parte...debo decir que...no sé, a veces me cuesta controlarme...contigo- Agrego, mirándolo, aunque sintiéndome algo tímido de pronto- Me encanta la forma en que...no sé...en que me miras...en que me besas...no tienes idea de lo que causas en mí...por eso no...no quise detenerte el otro día...yo también te necesitaba en ese momento...y no quise pensar en otra cosa, no quise razonar...- Termino por decir. Reborn se me queda mirando, con una enorme sonrisa en sus labios, para después, dejar su hamburguesa en la mesa de centro, tomando la mano que tenía libre y acariciandola con cariño.
-A mí me pasa exactamente igual...- Comienza a decir, mirándome fijamente- Me provocas muchísimas cosas, sin siquiera quererlo, sin tener intenciones...y eso me encanta, me vuelve loco...pero también me pone en situaciones donde debo recordarme dónde estamos, que somos un secreto, que debemos tener cuidado...pero...joder...se me hace difícil a veces...porque te deseo demasiado- Agrega, observándome con mucha intensidad en su mirada- Desde antes de ser pareja...el deseo que sentía por ti era muy grande...y siento que...no sé...siento que no importa la cantidad de veces que te haga mío, siempre te voy a desear con la misma intensidad, siempre voy a estar queriendo besarte, tocarte, rozarte de alguna manera...- Continúa explicando, aún con sus roces en mi mano- Me vuelves completamente loco...y me encanta sentirme así...nunca había sentido tanto por alguien...tanto a nivel físico como a nivel emocional...me tienes deseando tener tu cuerpo, siempre...y también me tienes fascinado, enamorado al simplemente sentir tu mirada sobre mí...me provocas de todo, todo el tiempo...me tienes como quieres, a tu merced...y amo sentirme así...- Termina por decir. Yo me quedo sin saber qué decir, mirándolo, sintiéndome enternecido por sus palabras, por su forma de describir su sentir, algo que la verdad me describía a mí también, pues sin importar la cantidad de veces que lo besara, que lo acariciara, que me hiciera suyo, yo siempre iba a querer más, además de que, algo muy importante de nuestra relación, era que además de sentirnos tan llenos de deseo todo el tiempo, también estábamos llenos de amor, porque no solo éramos una relación física, queriendo simplemente saciar las ganas con el contrario, había mucho más detrás de cada caricia, de cada beso, detrás de cada acto sexual, a pesar de ser tan indecentes y obscenos en algún momento, siempre había amor de por medio, y eso lo sentía, sentía el amor de Reborn en cada embestida animal, en cada beso lascivo, en cada caricia llena de ansias, siempre había amor, había cuidado, a pesar de ser salvaje, él me cuidaba, y eso lo notaba, y lo apreciaba muchísimo, pues yo también le dejaba todo mi amor en cada beso, en cada caricia que iba con segundas intenciones, y eso es algo que amaba de nuestra relación, que éramos un par de enamorados, pero también un par de amantes que simplemente no podían alejarse del cuerpo del contrario.
Acariciando su mano con suavidad, hablo, mientras miro en sus profundos ojos cafés.
-Yo tampoco me había sentido así...con tanto deseo, pero también con tanto amor...- Comienzo a decir, recibiendo de él una sonrisa tierna- Me encanta ver cómo los dos nos volvemos locos entre nosotros...y es que somos los dos gilipollas porque ninguno piensa con claridad...es una terrible combinación- Le comento, provocando en él una carcajada- Pero me gusta...me gusta déjame llevar por ti...y aunque hemos sido imprudentes...y muy imbéciles...hay que decir que lo bien que lo pasamos en tu oficina no nos lo quita nadie- Termino por decir, mientras Reborn ríe.
-Hombre...y tanto- Me comenta, sonriéndome- Pero mira...viendo el lado positivo, ahora sabemos que mi escritorio soporta a la perfección el trato rudo- Agrega. Yo me suelto riendo, pensando en que efectivamente, había soportado bastante rudeza. Una vez termino de reír, hablo de nuevo.
-Gracias por contarme del tema de Andy, pedazo chisme...- Le digo, y él se ríe.
-Ya...y a él le suda la polla realmente, le hace mucha gracia recordar eso, es un gilipollas- Me comenta, haciéndome reír- Y por cierto...no vayas a decirle sobre ese incidente en mi oficina, sobre que follamos digo...he estado años burlandome y molestandolo por eso que él hizo con Gabriela en su momento, si se llega a enterar de que tú y yo también lo hemos hecho, me va a tocar los huevos con ese tema hasta que me muera- Me comenta Reborn. Yo me rio, asintiendo.
-A ver, de igual forma no pensaba decirle nada...no es como que vaya a verlo y a contarle, eh Andy, fíjate que el otro día Reborn me empotró en su escritorio y no veas, qué maravilla- Le digo, provocando en Reborn una estrepitosa carcajada que resuena por todo el salón, una que yo acompaño. Nos quedamos riendo por unos segundos, aún tomados de las manos, y después de un momento, cuando me veo capaz de parar de reír, hablo- Pero bueno, tú tranquilo, que no le digo nada- Agrego. Reborn me sonríe, de forma dulce, para después, llevar el agarre de nuestras manos a sus labios y depositar en el dorso de la misma un tierno beso.
-Bien...ahora...¿Qué te parece si ponemos la película que hemos visto antes? La que nos ha llamado la atención- Me comenta Reborn. Yo asiento, sonriendo.
-Venga va, ponla- Le digo. Él toma el mando, poniendo la película a la cual le habíamos echado el ojo antes, para después, tomar su hamburguesa de nuevo, comiendo de la misma al igual que yo, y así, juntos, cenando, en la tranquilidad de casa, comenzamos a mirar la película.
A pesar de disfrutar mucho de su compañía en restaurantes y cenas, debía decir que mis momentos favoritos eran estos, estando en la comodidad de casa, tumbados en el sofá mirando una película tranquilamente, porque se sentía demasiado cercano, demasiado íntimo, y me encantaba, simplemente me encantaba nuestra forma de ser, tan familiares, como si nos conociéramos de toda la vida, lo cual me hace pensar que de alguna manera estábamos destinados, estábamos destinados a trabajar juntos, a sentir atracción el uno por el otro, a hacer ese trato y a sufrir por semanas para al final, ser esta pareja tan perfecta, tan unida, riendo sin poder parar, porque éramos demasiado parecidos, teníamos el mismo tipo de humor, los mismos gustos, nuestras charlas eran divertidas, pero también podían ser profundas y significativas.
Simplemente amaba todo, a él, a mí, nos amaba juntos, y estaba demasiado agradecido con el destino, con la vida, con lo que fuera que lo hubiera traído a mi lado, y no pensaba dejarlo ir, nunca.

¿Solo mi jefe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora