Capítulo 90

325 40 6
                                    

Comienzo a guardar mis cosas, listo para ir a casa después de un largo día de trabajo, uno lleno de papeleo y llamadas para Reborn, aunque también lleno de pasión en cierta manera.
Una vez más, sin poder evitarlo, Reborn y yo habíamos perdido el control de nuevo en la oficina, y aunque esta vez había sido en un almacén algo apartado de todos, de igual manera nos la habíamos jugado bastante. Tenía que admitir, que cuando se trataba de él, de verdad me costaba controlarme, me costaba guardar la compostura, me costaba decirle que no, porque sus besos, sus caricias, su lengua pidiéndome por más, eran demasiado para mí, su petición de hacer el amor, sin importar las circunstancias ni el lugar, era demasiado irresistible, y no podía ni quería negarme, porque yo también lo deseaba demasiado a él, hasta el punto de volver a actuar de manera imprudente, follando en un sitio que era totalmente arriesgado, aunque justamente por esa razón, todo era mucho más excitante y divertido, y de verdad lo había disfrutado, como cada vez que lo hacía con él.
Una vez guardo todo en las gavetas de mi escritorio y apago mi ordenador, me dirijo a la oficina de Reborn, y una vez entro por la puerta, me lo encuentro escribiendo algo en unos papeles.
-Buenas- Le digo, adentrandome en su oficina y acercándome a su escritorio. Él sube su mirada a mí, sonriendome de forma dulce.
-Hola cariño- Me responde con voz suave.
-Ya son las ocho...hora de irnos amor- Le comento. Él asiente, mirando de nuevo los documentos en su escritorio y escribiendo algo.
-Vale, solo dejo esto listo y nos vamos- Me comenta. Yo asiento, mirando lo que se encontraba escribiendo, aunque sin distinguir nada realmente- ¿Hoy iremos a tu casa o a la mía?- Me pregunta.
-Pues no lo sé...como tú quieras- Le respondo- Si quieres vamos a tu casa, que ayer ya estuvimos en la mía- Agrego. Él asiente, haciendo los papeles sobre su escritorio a un lado.
-Vale, me parece bien- Me responde, guardando los papeles en una gaveta de su escritorio, para después, apagar su ordenador, poniendose luego de pie y colocándose su americana. Yo lo observo detenidamente, fascinado por la manera en que portaba su traje, maravillado con esa camisa negra que era mi debilidad, la cual el día de hoy, me había provocado muchísima hambre de él, tanta, que me había sido imposible resistirme, razón por la cual terminamos en ese almacén, amándonos sin ningún tipo de miramientos- Listo- Me dice Reborn, tomando su maletín y acercándose a mí- Vamos a casa- Agrega, dandome un corto beso en los labios.
-Venga- Le digo, sonriente- ¿Salimos juntos?- Le pregunto, y él asiente.
-Sí, no pasa nada- Me responde. Yo me dirijo a la puerta, saliendo por la misma y dirigiéndome a mi escritorio, tomando mi mochila y mi móvil, para después, caminar juntos hacia el ascensor, en donde Reborn presiona el botón de recepción.
-Oye, una cosa que te quería comentar- Comienzo a decir mientras empezamos a bajar- Ya le he llamado a mi madre, y le he comentado acerca de...- Comienzo a decir, pero me callo rápidamente al notar que las puertas del ascensor se abren y unas cuantas personas entran al mismo. Decido guardar silencio, y una vez llegamos a recepción, Reborn y yo salimos del ascensor y posteriormente del edificio, caminando juntos hacia el estacionamiento, mientras justo detrás de nosotros, caminan esas personas que habían subido al ascensor antes. Una vez llegamos a la entrada del estacionamiento, Reborn y yo nos despedimos de forma casual, sin poder hablar de eso que quería comentarle.
-Hasta el lunes señor- Le digo, caminando hacia mi coche, sabiendo perfectamente que lo vería en su casa, aunque evidentemente, debíamos aparentar.
-Hasta el lunes Álvarez, descansa- Me dice, de forma seria, caminando hacia su coche, alejándose de mí.
Una vez llego hasta mi coche, subo al mismo, dirigiendome a su casa, notando su coche a unos cuantos metros detrás de mí.

Luego de quince minutos, finalmente llego a su edificio, y un par de minutos después, veo llegar a Reborn, quien aparca justo a mi lado, bajando de su coche y dirigiendose a mí, tomándome de la mano y dedicándome una linda sonrisa.
-Venga, vamos- Me dice, mientras caminamos juntos hacia los ascensores del edificio- Por cierto ¿Qué es lo que ibas a decirme antes? En la oficina- Me dice.
-Quería hablarte sobre la cena con mi familia...- Comienzo a decir, mientras subimos al ascensor, en donde Reborn oprime el botón del piso número diez- He llamado a mi madre hoy, y le he comentado lo que me has dicho acerca de ir a cenar con ella mañana mismo- Agrego, con la mirada de Reborn fija en mí- Y le ha encantado la idea...así que eso, mañana iremos a su casa- Termino por decir. Reborn me sonríe, asintiendo.
-Vale, perfecto- Me responde. Yo le regreso la sonrisa, sintiéndome feliz y emocionado de estar haciendo planes para que conociera a mi familia.
-Me ha dicho que le diría a mis hermanos para que también estén ahí, y que también los conozcas- Le comento.
-Vale...- Me responde- ¿Ellos saben de nosotros? Es decir, sé que a tu madre le has hablado de mí, pero...¿A ellos también?- Me pregunta, y justo en ese momento, las puertas del ascensor se abren, por lo que salimos del mismo, dirigiéndonos a la puerta de su apartamento, y una vez entramos, nos dirigimos al salón, en donde yo me retiro la americana y la dejo en uno de los sofás.
-A mis hermanos les he hablado de ti...aunque solo un poco- Comienzo a decir- Hace un par de semanas les mencioné que estaba saliendo con alguien, pero solo eso, a mi madre es realmente a la única a la que le he hablado más a detalle de ti, en el sentido de contarle lo feliz que estoy y lo bien que va nuestra relación- Le explico. Reborn asiente, sonriendo, acercándose a mí.
-Vale, ya veo...- Me responde, tomándome por la cintura- Pues ya veremos cómo va la cosa mañana...- Agrega.
-Irá bien, no te preocupes- Comienzo a decir- Aunque por ahora solo podrás conocer a mi madre y mis hermanos, ya luego veremos la oportunidad de que conozcas a mi padre- Le comento, y él asiente.
-Vale...¿Y él sabe de nosotros?- Me pregunta.
-Sí, aunque también muy poco, pero sí, le he hablado de ti- Le respondo. Reborn me sonríe, con dulzura, sonrisa que yo correspondo, sintiendo mi corazón emocionado.
-Bien, pues...estoy más que listo para la cena de mañana...- Me comenta.
-Vale...- Le respondo, sintiéndome algo nervioso de pronto al darme cuenta de que a esta hora el día de mañana, estaría presentándole a mi familia a Reborn, a quienes iba a tener que hablarles con la verdad, contándoles que realmente, él era mi jefe, y yo su asistente, aunque evidentemente, pensaba evitar mencionar la parte donde Reborn me había ofrecido aquel trato de follar solamente por una noche sin que significara nada.
-Ahora...¿Qué te parece si cenamos algo? Y después nos vamos a la cama...- Me comenta. Yo abro mucho los ojos, alarmado, algo que no pasa desapercibido por Reborn, quien comienza a reír- Nos vamos a la cama a dormir...tranquilo...que ya sé que le hemos estado dando mucha caña últimamente...- Me dice, riendo, para después, pegarse a mi rostro, acercándose a mis labios sin llegar a tocarlos- Sé que debes descansar un poco...- Agrega, dejando un corto beso en mis labios. Yo le sonrío, asintiendo.
-La verdad es que sí...- Le respondo, riendo, pues aunque me encantara hacer el amor con Reborn, debíamos parar un poco, pues el arrebato de pasión que habíamos tenido ayer en su coche, así como hoy en la oficina, la verdad es que me tenían algo adolorido, y aunque lo había disfrutado muchísimo, me encontraba sintiendo los estragos de tantísima intensidad. Reborn se ríe, para después, tomar mi mano.
-Venga, vamos a preparar algo de cenar- Me dice, tirando de mi mano y guiándome a la cocina.
Durante los próximos cuarenta minutos, nos dedicamos los dos a preparar una pasta carbonara, algo que a ambos nos gustaba bastante y que tampoco era tan difícil de cocinar, y una vez está lista, nos dirigimos al salón, en donde cenamos mientras miramos Netflix por un rato.
Luego de un par de horas mirando la tele y disfrutando de nuestra compañía, decidimos ir a la habitación a dormir, y una vez me posiciono como siempre con mi cabeza en el pecho de Reborn, él comienza a dejar suaves caricias en mi espalda, y mientras esperamos a que el sueño llegue, hablo.
-¿Cómo te encuentras?- Pregunto, rompiendo el silencio, con mi cabeza en su pecho y mi brazo rodeando su cintura- Me refiero a...bueno, al hecho de que mañana conocerás a mi familia...- Agrego.
-Pues...me siento tranquilo...tengo mucha curiosidad por saber cómo son, si les caeré bien o no...- Me dice. Yo subo mi mirada a él, sin alejar mi cabeza de su pecho.
-Les vas a caer bien...eso no lo dudo- Le comento, pues Reborn era una persona encantadora, y sabía que le caería bien tanto a mi madre como a mis hermanos.
-Ya...- Me dice, algo serio. Yo lo noto algo tenso, lo cual me extraña.
-¿Qué pasa?- Le pregunto, incorporándome un poco, mirándolo con algo de preocupación. Él niega con la cabeza.
-Nada...es solo que...no sé...me quedé pensando en cómo fue cuando te conocí a ti...- Comienza a decir, mientras acaricia mi espalda suavemente- Hay que admitir que tampoco es que sea muy bueno causando buenas primeras impresiones...es decir...no sé, me puse a pensar en que...contigo no fue así...contigo no causé una buena impresión...en cuanto te conocí, me comporté como un gilipollas contigo...cuestionandote muchas cosas en esa entrevista a la que fuiste- Termina por decir. Yo niego con la cabeza, frunciendo el ceño, mientras me incorporo aún más y me acerco más a él, acariciando su mano con suavidad.
-Pero eso es diferente...en ese momento tú debías actuar de esa forma tan estricta...esto no tiene nada que ver- Comienzo a decir- No compares una entrevista de trabajo, con conocer a la familia de tu pareja...lógicamente no vas a actuar igual...es decir...dudo que llegues con mi madre y le preguntes sobre su experiencia laboral o sobre su último trabajo...- Le comento, riendo un poco, haciéndolo reír a él- Esto no va a ser igual...yo sé lo divertido que eres...sé lo ameno que es compartir una cena contigo...así que no pienses en que no causarás una buena impresión, porque estoy seguro que sí que lo harás...mi madre va a adorarte...- Agrego, recibiendo de Reborn una sonrisa- Solo necesita notar la forma en que me miras...ya con eso se va a dar cuenta de lo buen hombre que eres, y de lo mucho que me amas...eso es algo que salta a la vista Reborn...yo lo noto cada día...y sé que ella lo notará también...- Termino por decir, pues era así, la forma en que Reborn me miraba, era especial, era una mirada llena de sentimientos, llena de amor, llena de ternura, por lo que ni siquiera tenía que esforzarse por causar una buena impresión, pues simplemente siendo él mismo, mi familia iba a darse cuenta de lo buen hombre que él era. Reborn me sonríe, asintiendo, subiendo su mano a mi rostro y acariciandolo con suavidad.
-Me alegro de que lo notes...- Comienza a decir, en voz baja- No sabes lo feliz que me hace saber que te das cuenta de la forma en que te miro...algo que hago de forma inconsciente realmente...pero me encanta escucharte decir eso, decir que notas el amor que te tengo en mi mirada...- Agrega, aún acariciando mi rostro con cuidado- Y tienes toda la razón...aquella primera vez que te conocí no tiene nada que ver con esto...es cierto- Termina por decir. Yo asiento, encantado por sus caricias en mi mejilla.
-Correcto...así que venga, deja de pensar que no causarás una buena impresión- Le comento. Él asiente.
-Vale, perdona...es solo que...no sé, todo esto es muy importante para mí...es decir, se trata de tu familia...la familia de la persona que más amo...y aunque no estoy nervioso como tal...sí que me...no sé...me tensa un poco pensar en cómo saldrán las cosas...porque en serio quiero agradarle a tu familia...pienso pasar el resto de mis días contigo...y si tu familia no me acepta...pues...no sé...- Me comenta. Yo niego con la cabeza de nuevo.
-Te van a aceptar...¿Por qué no lo harían?- Le pregunto, extrañado- Eres un buen hombre, y eso se nota...y eso es lo único que le interesa a mi familia, que yo esté con un buen hombre, que me ame, que me trate bien...y como te he dicho...todo eso salta a la vista, así que no te preocupes...- Le comento, sonriendo, queriendo hacerle sentir tranquilidad, aunque realmente no comprendía su preocupación, pues era más que obvio lo buena persona que él era, lo mucho que me amaba, y sabía que mi familia iba a notar todo eso. Reborn asiente, sonriendo con dulzura.
-Vale...tienes razón...- Me dice, asintiendo- Simplemente...bueno, no sé qué esperar ¿Sabes?- Me pregunta, tomando una de mis manos y entrelazandola con la suya- ¿Cómo es tu madre?- Pregunta de pronto- Es decir...¿Cómo ha sido cuando ha conocido a tus parejas?- Agrega. Yo hago memoria, recordando algun momento en el cual yo le había presentado a una pareja mía.
-Pues es amable...y es muy servicial, en plan...se esfuerza mucho por hacer que la gente se sienta cómoda en su casa ¿Sabes?- Le comento.
-Vale...- Me responde Reborn- Y...¿A cuantas parejas le has presentado?- Pregunta. Una vez más, yo hago memoria.
-Pues...a ver, lógicamente solo le he presentado a parejas con las cuales comencé a tener una relación seria...- Comienzo a decir- Así que han sido unos...no sé...cuatro chicos, tal vez...- Agrego. Reborn asiente.
-Vale...y ¿Ha tenido algún favorito? En plan...alguien que le hubiera caído especialmente bien- Me pregunta, y yo asiento.
-Sí...de hecho sí, hubo uno en especial que le caía bastante bien, y cuando terminé con esa persona, ella se puso bastante triste, porque decía que él se veía como un muy buen tío que en serio se preocupaba por mí- Le comento. Reborn asiente, mirándome con curiosidad.
-¿Y quién era? En plan...¿Cómo se llamaba?- Me pregunta. Yo dudo por unos segundos en si decirle sobre esa persona o no, pues él la conocía, y sabía que no le caía muy bien.
-Pues...de hecho lo...lo conoces- Comienzo a decir- Era Carlos...mi ex pareja- Agrego. Reborn asiente, lentamente, con cara de fastidio.
-Ah sí...ese gilipollas- Me comenta. Yo frunzo el ceño, riendo un poco.
-¿Gilipollas por qué? Si no te ha hecho nada...y es cierto que es muy buen tío, tanto que incluso después de haber terminado, continuamos siendo amigos...- Le comento. Él pone los ojos en blanco.
-Ya...pero a ver, recuerdo haberte visto con él...pensando que era tu pareja...además, después tú me contaste que él seguía enamorado de ti...así que lógicamente no me cae bien- Me comenta. Yo me rio, negando con la cabeza.
-Que celoso que eres, madre mía- Le comento, riendo un poco. Reborn niega con la cabeza, sonriendo.
-No son celos...es solo que...no sé...no me cae bien y ya- Me dice, y yo me rio de nuevo.
-Claro que son celos...eres un celoso, tóxico y posesivo- Le comento, evidentemente en broma, exagerando bastante, pues la verdad es que no creía realmente que estuviera celoso, sino que simplemente recordar a Carlos le traía malos recuerdos. Reborn se ríe a carcajadas con mi comentario.
-Correcto, sí, soy un posesivo celoso hijo de puta- Me dice, bromeando, haciéndome reír, para después, abalanzarse sobre mí, tomándome por sorpresa, recostandome en la cama y besando mis labios con fuerza, de forma intensa. Yo lo tomo del cabello y lo acerco a mí, disfrutando de su profundo beso, y luego de unos segundos, se aleja, aunque solo un poco- Qué coño voy a tener yo celos...si sé que eres completamente mío...- Comienza a decir en voz baja, pegado a mis labios- Sé que tengo el privilegio de que me hayas elegido para estar contigo...y sé lo mucho que me amas...así que no, no tengo celos...porque es conmigo con quien te vas a casa al final del día...tengo el honor de que duermas en mi cama cada noche...- Agrega, acercándose a mi cuello y besandolo con fogosidad- Eres todo mío cariño...eso lo sé bien- Termina por decir, aún depositando besos en mi cuello. Yo sonrío, pensando en que tenía toda la razón, todo lo que acababa de decir, era completamente cierto, pues yo lo había elegido a él, solamente quería estar con él, con nadie más, y efectivamente, no tenía sentido que tuviera celos, ni de Carlos ni de nadie, pues Reborn era el único hombre que yo deseaba, era al único que quería en mi vida.
Me dejo besar por él, quien continúa depositando besos húmedos en mi cuello, encendiendome de sobremanera, al mismo tiempo que sus manos recorren mi cuerpo, y por los próximos minutos, nos dedicamos simplemente a besarnos, a acariciarnos, dejándonos llevar por las ganas que tenían nuestras lenguas de sentirse mutuamente, aunque solo nos limitamos a eso, pues Reborn no intenta hacer nada más, respetando eso que le había dicho de descansar un poco de esas actividades físicas que últimamente no parábamos de realizar.
Luego de varios minutos simplemente disfrutando de besos y caricias inocentes, finalmente Reborn se aleja de mí, posandose en su lado de la cama de nuevo, para después, dejar mi cabeza reposando en su pecho de nuevo, mientras lo abrazo por la cintura, sintiendo sus brazos rodearme, y una vez nos deseamos buenas noches, nos dormimos, abrazados, tranquilos y felices, mientras yo pienso en esa cena que tendríamos con mi familia el día de mañana, una que estaba seguro de que iba a salir bien, pues tal y como le había dicho a Reborn, él no tenía que esforzarse por causar una buena impresión, pues siendo simplemente él mismo, ya cautivaba a cualquiera.

Narra Reborn

Me coloco la corbata, prestando especial atención en dejarla perfecta, al igual que mi camisa, mi americana, mi cabello, absolutamente todo, pues debía lucir especialmente bien esta noche. Una vez termino con el nudo de la corbata, continúo mirándome en el espejo, observando cada mínimo detalle de mi persona, queriendo notar algo fuera de lugar, sin embargo, veo todo correcto, por lo que finalmente, me alejo del espejo, y es entonces cuando Raúl entra a mi habitación, mirándome de arriba a abajo.
-Joder...te ves bien- Me dice. Yo le sonrío, sintiendo mi corazón saltar ante ese simple cumplido de Raúl.
Estábamos a unos cuantos minutos de ir a casa de la madre de Raúl para cenar, para conocerla, así como a sus hermanos, y debía admitir que estaba algo nervioso, solo un poco, y era por eso que estaba prestando especial atención a mi vestimenta esta noche, pues quería lucir presentable, quería verme bien, quería que vieran que el hombre con el que se encontraba saliendo Raúl, se vestía bien, que vieran que era responsable, maduro, que me vieran como alguien digno de salir con su hijo.
-Gracias...- Le digo, mirándolo de arriba a abajo, encantado con su vestimenta, pues se encontraba vistiendo esa sudadera que yo le había regalado semanas atrás- Tú también te ves bien...- Agrego, acercándome a él y dejando un breve beso en sus labios, y una vez me alejo de él, admiro de nuevo toda su figura, fascinado, pues me encantaba cómo se veía en sudadera. Raúl me sonríe, dirigiendose a la cama, de donde toma su móvil.
-¿Estás listo ya?- Me pregunta. Yo asiento, sintiendo mi corazón yendo a un ritmo muy rápido, en clara señal de nervios, algo que me parecía algo ridículo, pues no solía ponerme así de nervioso al conocer a alguien, ya que siempre solía ser bastante seguro de mí mismo, sin embargo, esta era una situación diferente, pues era algo muy importante para mí, para mi relación con Raúl, que era lo más preciado que tenía, por lo que la cena de hoy con su familia, tenía que salir bien.
-Estoy listo...- Le respondo, sonriendo, queriendo aparentar más tranquilidad de la que me encontraba sintiendo. Él asiente, dirigiendose a la entrada de la habitación.
-Pues venga, vamos- Me dice. Yo asiento, mirándome en el espejo una vez más, para después, dirigirme a la puerta, saliendo de mi habitación, tomando del mueble del salón mi billetera, mi móvil y mis llaves, para después, salir de casa. Raúl y yo entramos al ascensor, bajando hasta el estacionamiento de mi edificio, en donde nos dirigimos a mi coche, tomados de la mano, y una vez subimos, salgo del estacionamiento.
-Ve por esta calle, todo derecho, luego te digo por dónde girar- Me dice Raúl. Yo asiento, y por el resto del camino, me dedico a seguir sus indicaciones, mientras hablamos de diferentes temas, sin hablar realmente de la cena que estábamos a punto de tener con su familia.
Luego de veinte minutos conduciendo, finalmente llegamos hasta un edificio bastante bonito cerca del centro de la ciudad, y una vez aparco, bajamos ambos del coche, tomando la mano de Raúl con una mano, y sosteniendo una botella de vino en la otra. Entramos al ascensor, en donde Raúl presiona un botón, y una vez comenzamos a subir, escucho su voz.
-¿Cómo te encuentras?- Me pregunta. Yo lo miro, notando una sonrisa en él, así como auténtica alegría en sus ojos.
-Feliz...- Le digo, siendo sincero, pues así es como me encontraba al estar dirigiendome a conocer a su familia, aunque decido evitar mencionarle la parte donde me encontraba algo nervioso. Él me sonríe, y una vez más, puedo ver alegría en su mirada.
-Yo también- Me dice. Yo le sonrío, acercándome a sus labios, dándole un beso tierno y breve, aunque lleno de sentimientos, y una vez me alejo de él, las puertas del ascensor se abren, por lo que salimos ambos al pasillo, siendo guiado por la mano de Raúl por unos cuantos metros, hasta que finalmente, nos detenemos. Raúl toca la puerta, y mientras esperamos, comienzo a sentir muchísima expectativa, y luego de unos cuantos segundos, la puerta se abre, dejándome ver a una mujer sonriente al otro lado, quien inmediatamente se abalanza sobre Raúl, abrazandolo con efusividad y cariño. Yo miro la escena, sonriendo sin poder evitarlo.
-Hola mi cielo- Dice la mujer, alegre, aún abrazando a Raúl, quien le corresponde al abrazo.
-Hola- Le responde Raúl, sonriendo, abrazando a su madre con cariño. Luego de un par de segundos, se separan, y una vez lo hacen, la mujer deposita un beso en la mejilla de Raúl, quien sonríe, para después, mirarme a mí- Mira mamá...él es a quien tanto quería presentarte...él es mi pareja...- Dice Raúl, mirándome con una sonrisa en sus labios. La mujer dirige su mirada a mí, sonriendome de forma amable, mientras que yo le tiendo la mano.
-Un placer conocerla señora, yo soy Reborn- Le digo, de forma segura. La mujer me tiende la mano, estrechandola en un saludo cordial.
-Un placer...yo soy Silvia- Me responde, sonriente.
A pesar de verme tranquilo y amable, la verdad era que al momento en que mi mano toca la de ella, mis nervios aumentan, dandome cuenta de lo real de la situación, de lo importante que era todo esto, de lo necesario que era dar una buena impresión, de caerle bien a su familia, y es entonces cuando mis nervios aumentan de forma considerable, mientras miro a la madre de Raúl a los ojos, quien a pesar de estarme mirando con una expresión amable y tierna, yo me sentía cohibido, nervioso, y notando cómo toda mi seguridad, se desploma en un segundo, lo cual no era bueno, para nada.

¿Solo mi jefe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora