Capítulo 16

558 67 27
                                    

Mi asistente se gira rápidamente hacia mí al escucharme, y al verme, su expresión cambia, de una alegre, a una algo sorprendida y confusa.
-Ehh...no no, no interrumpe- Responde, nervioso- Buenos días, señor Reborn- Agrega. Yo dirijo mi mirada de Álvarez, a su desconocido acompañante, quien me observa, curioso. Álvarez parece notar mi mirada sobre el chico y vuelve a hablar- He venido a...he bajado a desayunar y...- Comienza a explicar, pero lo interrumpo.
-Ya veo, ya- Digo, serio- Y además muy bien acompañado por lo que veo- Comento, con mis manos en mis bolsillos y mi vista fija en el chico desconocido, quien frunce el ceño, pues mi mirada sobre él, no era para nada amable. Mi asistente mira a su acompañante, y después nuevamente a mí.
-Bueno lo...lo que pasa es que he llegado aquí, y bueno, he tenido problemas para comunicarme, por el tema de que no hablo inglés...y...y Oscar- Dice, señalando al chico- Muy amablemente se ha ofrecido a ayudarme a pedir mi desayuno y tal...- Termina por explicar Álvarez. Yo alzo las cejas, mirando al chico, cuyo nombre ahora sabía.
-Vaya, qué amable de su parte- Comento, serio y con evidente sarcasmo, con mi mirada fija sobre el chico, quien luego de unos segundos, aparta su mirada de mí para posarla sobre mi asistente. -Siento mucho interrumpir vuestra charla, pero hay bastante trabajo que hacer, Álvarez, así que vamos- Digo. Álvarez me mira con el ceño fruncido, pero de igual manera se levanta de la mesa, al igual que el tal Oscar. Yo me encamino hacia la salida del restaurante, esperando que mi asistente me siga, sin embargo, no lo hace, por lo que me detengo.
-Muchas gracias de nuevo por tu ayuda Oscar- Le dice mi asistente al tío, quien le sonríe.
-No hay nada que agradecer, ha sido un placer conocerte, y bueno...si no te molesta, me gustaría tener tu número de teléfono para...no sé, hablar de nuevo- Le dice el chico a mi asistente. Yo frunzo el ceño ante su comentario, sintiendo por alguna razón que la molestia que ya estaba sintiendo, incrementa. Antes de que Álvarez pueda responder, yo hablo de nuevo.
-Ahora, Álvarez- Digo, con voz firme, en un tono más grave de lo normal, provocando incluso que mi asistente pegue un pequeño salto del susto. Él se gira a mirarme, para después, mirar al chico. Realmente no comprendía mi propia actitud, ni mi urgencia por llevarme a mi asistente de aquí, aunque ahora mismo, no me interesaba indagar en las razones.
-Lo siento, me tengo que ir, espero verte de nuevo...- Le dice Álvarez al chico- Gracias otra vez- Agrega, para después, dirigirse a mí, dejando al tío confundido y mirandonos mientras nos alejamos. Yo comienzo a caminar nuevamente hacia la salida del restaurante, con mi asistente detrás mío, para después, dirigirnos a los ascensores, y una vez frente a uno de estos, presiono el botón de subir. Luego de unos cuantos segundos el ascensor llega, por lo que subimos Álvarez y yo, y una vez dentro, presiono el piso diez. Me encontraba sintiéndome todavía bastante molesto ante la situación que acababa de pasar, por una parte estaba el hecho de que mi asistente, ese que se supone que debía estar disponible para mí en todo momento, se encontraba desayunando con un desconocido, sin haberme avisado dónde iba a estar, sin haberme mencionado nada, y encima de todo, el tío se había atrevido a pedirle su número estando yo delante, y aunque no sabía muy bien por qué me molestaba eso, si que sabía que no pensaba quedarme ahí parado mientras ellos intercambiaban números de teléfono. Había incluso olvidado el hambre que tenía, y el hecho de que había bajado para desayunar, pero ahora, debía inventarme un trabajo para que realizara Álvarez, pues eso que le había dicho segundos atrás de que había trabajo que hacer, era mentira, y era solo una excusa para llevármelo del restaurante.
De reojo, veo cómo mi asistente se queda quieto, mirando el suelo del ascensor mientras subimos, con sus manos en sus bolsillos.
-La próxima vez que decidas ir en una cita en horas de trabajo, estaría bien que al menos avisaras a tu jefe, a quien se supone que has venido a ayudar en este viaje- Comento, dejando salir la molestia que había estado sintiendo. Álvarez sube su mirada a mí.
-Yo no...yo no estaba en una cita...le he dicho que Oscar me estaba ayudando a comunicarme porque yo no...- Me explica, pero yo lo interrumpo, sintiendo el enfado incrementar dentro de mí, pues yo había visto otra cosa muy diferente.
-Desde donde yo estaba, aquello parecía más que simplemente un favor- Digo, pues al llegar al restaurante, había visto claramente cómo el tal Oscar, acariciaba el rostro de Álvarez, y eso, evidentemente no era solamente un desconocido haciéndole un favor a otro, tal y como me estaba diciendo Álvarez.
Me giro a mirar a mi asistente, y es entonces cuando me lo encuentro con el ceño fruncido, pero con un ligero rojo en sus mejillas. -Y por cierto, siento haberte impedido que pudieras darle tu número al chico desconocido que tan amablemente te estaba ayudando, pero hay trabajo que hacer, que es para lo que has venido, para trabajar- Agrego, haciendo énfasis en la palabra "trabajar". Yo desvío mi mirada de él, para dirigirla a las puertas del ascensor, viendo justo arriba de estas, que solamente estábamos a dos pisos del nuestro.
-Sé muy bien a lo que he venido, en ningún momento he...- Comienza a decir, pero en ese momento, las puertas se abren.
-Vamos- Digo, interrumpiendolo y saliendo del ascensor, sin prestarle atención a lo que tuviera para decirme, pues no me valían sus explicaciones, no las necesitaba, y francamente no las creía, pues lo que había visto en el restaurante había sido bastante evidente, y aunque fuera cierto que el chico se había ofrecido a ayudar a Álvarez, era más que obvio que todo había terminado en una especie de cita, logrando así, que mi asistente se distrajera de sus funciones por casi una hora, sin yo saber dónde se encontraba en caso de necesitar algo de él. De cualquier manera, la verdad era que mi asistente no había hecho nada extraño, aquí el que tenía unas claras intenciones aparte de ayudar, era el tal Oscar, sin embargo, estaba molesto con Álvarez por distraerse con ese desconocido.
Camino por el pasillo hacia mi habitación, con Álvarez siguiendome, y una vez en la puerta, la abro, para después entrar ambos.
Me dirijo rápidamente hacia donde se encuentra mi portátil, para después, encenderlo, y después de unos segundos, comienzo a buscar un documento. Una vez lo encuentro, dirijo mi mirada a Álvarez, quien se encuentra aún de pie cerca de la puerta.
-Esto es lo que necesito que hagas- Comienzo a decir, con mi portátil en mis manos- Necesito que leas y corrijas este documento, es el informe que voy a entregar en la reunión de hoy- Continúo diciendo, bajo la mirada atenta de Álvarez sobre mí- Quiero que esté perfectamente redactado, que no le falte ningún acento, que no tenga ni un solo error, ninguna letra de más ni de menos, ningún error de ningún tipo ¿Queda claro?- Termino por decir. Me acababa de sacar esta tarea de la manga, pues el documento que le estaba mostrando, yo mismo lo había redactado y corregido hace una semana, pero como necesitaba improvisar algo que pudiera hacer Álvarez, esto era lo único que se me ocurría. Mi asistente asiente, totalmente serio, para después, acercarse y tomar el portátil de mis manos, y una vez le da un pequeño vistazo, me mira a mí, con sorpresa en sus ojos.
-Pero...esto...esto tiene más de trescientas páginas, me va a tomar toda la tarde leerlo y corregirlo- Me dice, desconcertado. Yo me encojo de hombros.
-Entonces te recomendaría leerlo rápido- Le digo, sonriendo. Él se queda mirándome, y en sus ojos, podía notar una evidente molestia, y un obvio desagrado hacia mí.
-Vale- Dice sin más, dirigiendose a la puerta, pero yo lo detengo.
-¿A dónde vas?- Le pregunto. Él se gira y me mira.
-A mi habitación- Responde.
-No no, vas a trabajar aquí- Le comento, señalandole con mi mano el escritorio que se encontraba justo en una esquina de la habitación. Él lo mira, nuevamente desconcertado ante lo que estaba diciendo. - No queremos que te distraigas con alguna otra cita por ahí ¿Verdad?- Le pregunto, con evidente sarcasmo. Él me dedica una mirada llena de fastidio, pero no dice nada más, pues simplemente se dirige hacia el escritorio, donde se sienta y comienza a leer. Yo lo miro por unos segundos, pensando en que tal vez me estaba pasando un poco con la longitud del documento que le había dado, pues tenía más de trescientas cincuenta páginas. Aparto mi mirada de él, para después, dirigirme a la puerta.
-Mientras tanto, yo iré a desayunar- Le digo, observándolo desde la entrada, sin embargo, él no me mira.
-Vale- Responde sin más. Lo miro por unos segundos más, observando su perfil, apoyando su rostro en su mano mientras lee el documento, y entonces, tal vez sintiendo mi mirada sobre él, se gira hacia mí -¿Necesita algo más?- Me pregunta, y en su tono de voz podía percibir desagrado y fastidio, sin una pizca de amabilidad, aunque no estaba seguro si era desagrado hacia mí, o hacia el trabajo que tenía que hacer. Yo niego con la cabeza rápidamente.
-Nada- Digo sin más- Regreso en un rato- Agrego, para después, salir de la habitación.

¿Solo mi jefe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora