Capítulo 83

402 44 7
                                    

Continúo escribiendo rápidamente, sin parar, con mis ojos fijos en el ordenador, sintiendo ardor y muchísimo dolor de espalda.
Llevaba siendo así toda la mañana, de hecho llevaba siendo así toda la semana, con muchísimo trabajo, con muchos reportes por hacer, análisis, balances, estadísticas, estaba realmente agotado.
Había pasado ya una semana desde ese viaje a Liverpool, una semana desde que Raúl y yo tuvimos que dejar de disfrutar de nuestras cenas, de nuestras charlas, de paseos en público tomados de la mano, una semana del mejor viaje de mi vida, uno que a pesar de haber durado solo un día, me hizo tan feliz, al lado de Raúl.
Luego de haber vuelto de tan maravilloso viaje, la verdad es que nos había costado un poco acostumbrarnos a no tomarnos de la mano, a no sonreirnos de forma afectiva, a no hablarnos de tú en la oficina, había sido complicado, porque todas esas cosas, salían a veces por sí solas, porque no podía controlar mis sonrisas, mi felicidad al verlo, pero debía hacerlo, y era por eso que solo en la intimidad nos dedicábamos todas esas sonrisas que en público no podíamos mostrar, era por eso que aprovechabamos aunque fueran cinco minutos encerrados en mi oficina, charlando, besándonos, abrazados, aunque fuera solo por un momento, pero era necesario para ambos, era necesario tocar aunque fuera por dos segundos sus labios para seguir con mi día.
Mientras continúo elaborando el reporte, deseando estar en mi cama y descansar mi espalda, la puerta de mi oficina se abre, entrando Raúl por la misma con un montón de papeles, y una vez cierra la puerta, se dirige a los archivadores.
-Hola cariño- Me dice, sonriéndome. Yo le sonrío de vuelta, feliz de verlo luego de varias horas- Solo vengo a guardar esto, no te interrumpo- Agrega. Yo me le quedo mirando mientras guarda documentos.
-¿Cuántas veces te he dicho que no me interrumpes?- Le pregunto, pues siempre que entraba aquí, me decía lo mismo- Jamás me interrumpes- Agrego. Él me sonríe, divertido.
-Ya, pero me refiero a que sigas trabajando y finjas que no estoy aquí...que sé que tienes muchísimo trabajo- Me responde, y una vez más, yo niego con la cabeza.
-¿Qué finja que no estás aquí?- Le pregunto, riendo un poco- ¿De verdad te crees que eso es posible?- Agrego, pues su presencia siempre me iba a cautivar, siempre me iba a provocar querer mirarlo, fingir que no se encontraba aquí, tal y como acababa de decir, era una tarea imposible de realizar. Raúl me sonríe, guardando los últimos documentos en el archivador, para después, acercarse a mí.
-Bueno no sé...yo lo que no quiero es distraerte- Me dice, sentandose en mis piernas, haciéndome reír un poco, pues sentarse sobre mí, era una distracción muy grande.
-Distraeme todo lo que quieras...- Le respondo, posando mis manos en sus piernas- Que llevo todo el día aquí encerrado, estoy hasta la polla- Agrego, pues había estado tan liado, que ni siquiera había ido a comer con Andy hoy, no había salido para nada de mi oficina.
-¿Y cómo vas? Es decir ¿Te queda mucho por hacer todavía?- Me pregunta, y yo asiento.
-Sí, bastante- Comienzo a decir, subiendo y bajando mis manos por su cintura, mientras Raúl me mira a los ojos, prestandome atención- Pero lo que pasa es que quiero dejar listo todo hoy...mañana no quiero estar tan liado, quiero estar un poco más libre...- Agrego, y entonces le sonrío, subiendo mi mano a su rostro y acariciandolo con suavidad-  Sabes lo que es mañana ¿No?- Le pregunto. Él me sonríe, asintiendo.
-Creo que sí- Me responde, divertido. Yo me rio un poco.
-Mañana es el cumpleaños del amor de mi vida...y no pienso estar ocupado trabajando, así que, estoy haciendo todo hoy, o al menos la mayoría- Le respondo. Raúl me mira con ternura.
-Oye, yo te agradezco que quieras tener el día un poco más libre...pero tampoco quiero que te estés matando solo para no trabajar tanto el día de mi cumpleaños...- Me responde, preocupado. Yo le sonrío, aún acariciando su rostro.
-Estoy acostumbrado a la carga de trabajo, lo sabes...- Le digo, queriendo calmarlo- Y como te he dicho, quiero pasar el día contigo, o bueno, más bien la noche, porque durante el día estaremos aquí, pero de igual forma, quiero tiempo contigo...- Termino por decir. Raúl me sonríe, asintiendo.
-Vale...- Me responde- Oye y...¿Qué es lo que vamos a hacer?- Me pregunta, curioso.
-Bueno, estaba pensando en cenar en mi casa...que ya sabes que no podemos ir a ningún restaurante...- Comienzo a decir- Y en serio lo siento, a mí me encantaría llevarte a algún lugar, pero ya sabes...-Agrego, recibiendo de Raúl una sonrisa dulce- Pero, podemos ir a mi casa...yo te preparo la cena...nos estamos ahí tranquilitos...y después te doy tu regalo...- Termino por decir, recibiendo de él una sonrisa.
-Me encanta el plan...me gusta cómo cocinas, solo lo has hecho una vez pero, cocinas de puta madre- Me responde, haciéndome reir- Y en cuanto al regalo, ya sabes que no es necesario...- Agrega.
-Lo sé...pero quiero darte algo- Le respondo. Él me sonríe, para después, asentir.
-Vale...- Dice, y sin poder resistirme, me acerco a sus labios, besandolos de forma intensa, profunda, mientras mis manos bajan a sus muslos, subiendo y bajando por ellos. Luego de unos cuantos segundos, Raúl se aleja, mirándome con intensidad en su mirada.
-Escucha me...me voy- Me dice, respirando de forma agitada. Yo me rio al notarlo intentando respirar con normalidad- Tengo que ir a mi escritorio...que si me quedo aquí...no respondo de mí mismo- Termina por decir, dejando un último beso en mis labios, uno corto esta vez. Yo le sonrío, encantado por la suavidad de sus labios, mientras él se levanta de mí y se dirige a la puerta- Te veo más tarde...cuando salgamos de trabajar, que falta una hora solo- Termina por decir. Yo asiento, y una vez sale por la puerta y me deja solo, continúo trabajando, recordando los planes que tenía para su cumpleaños el día de mañana, uno que tuve que planificar de imprevisto, rápidamente, pues me había enterado apenas la semana pasada que cumplía años, y aunque me hubiera gustado hacer algo más especial, no había sido posible, aunque de igual manera, sabía que íbamos a disfrutar de igual forma.

¿Solo mi jefe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora