Sam se sorprendió al ver a Brittany despierta a las siete de la mañana del domingo. El informe de la vigilancia de la noche decía que era ella la que había encontrado el rastro del "objetivo" y su seguimiento en las últimas horas de la noche. Curiosamente, no había ningún informe sobre la vigilancia en el interior del bar. Pierce tendría que hacerlo. Sam asintió con la cabeza a modo de saludo mientras servía café y se centraron en el trabajo- ¿Cuánto tiempo has estado en este caso, Sam? –preguntó Brittany con interés en empezar una conversación- Desde el inicio del mandato del presidente- respondió.- ¿Las cosas han sido así todo este tiempo?Sam contuvo la respiración por un segundo, Britt no quería ofender a nadie con aquella pregunta. No podía pensar en nada. – Aún peor. Al menos ayer por la noche la encontramos. Ha habido una media docena de noches, y un fin de semana entero, que hemos podido estar sin saber donde se encontraba- Dios- murmuró Britt - ¿Cómo demonios os habéis callado eso?Sam se encogió de hombros. - Ella no es estúpida. Sabía que tendríamos que presionar el botón del pánico si estuviera completamente fuera de contacto, por lo que llamaba a cada pocas horas, al azar, desde los teléfonos públicos, para demostrar que estaba bien. Nos quedábamos ahí como tontos todo el tiempo tratando de encontrarla.- ¿No había consecuencias?- Ella sabe cómo tratar con su padre. Si alguien se quejaba de ella, ella lo ponía en contra de su padre, y ya podías estar buscando otro trabajo. Él no parece comprender que los alegres paseos de su hija puede terminar en algo grave- Lo es- dijo Britt rotundamente. - Y ya que no vamos a tener ningún tipo de ayuda por parte de los de arriba, vamos a tener que permanecer firmemente cerca de ella, pero sin interponernos en su camino. Es mejor que ella permanezca vigilada desde lejos- Creo que todo el mundo entiende el plan- respondió.- Iré a ver que hacen.- Sí, señora**********A las tres de la tarde, Santana salió del edificio y se subió a la parte trasera del coche negro que esperaba en la acera por ella. Brittany Pierce estaba dentro. Sabana estaba vestida para la apertura de una galería con un sencillo vestido negro que dejaba ver el buen gusto y la elegancia. Los tirantes finos acentúan los músculos tonificados de sus hombros y brazos, mientras que el cabello recogió reveló un poco de escote. Este fue un evento pre publicado, y se esperaba la presencia de los servicios secretos. Santana observó que la Agente Pierce iba bien vestida para el evento, con un traje de seda gris y camisa monocromática, muy bien adaptado a su cuerpo y a la moda.La lista de invitados era una mezcla de todos los coleccionistas de arte más importantes de la ciudad y un buen número de los artistas también. Brittany tenía fotos de todos ellos, y las invitaciones se requerían para la admisión a la galería de Soho. Sin embargo, esta era una situación peligrosa para Santana, una aparición pública, anunciada con antelación. Por lo menos, no había una curiosa multitud reunida afuera. Brittany planeaba estar dentro con otros dos agentes, mientras que el segundo equipo esperaba en el coche.- Buenas tardes, Sra. López- comentó Britt mientras viajaban.- Agente Pierce, nos encontramos de nuevo. ¿Estarás conmigo hoy? -preguntó con suavidad.- Estaba pensando en llegar después de usted. No es buena idea que nos identifiquen. Será mejor que en estos momentos nadie sepa quiénes somosSantana se echó a reír con una pizca de amargura. – Igual que anoche, quieres decir. Puede resultar embarazoso- Para esos momentos, espero que tenga la mayor privacidad posible- dijo Britt en voz bajaSantana se quedó mirándola.- ¿Se preocupa por mí?Britt se encogió de hombros, una pequeña sonrisa vacilante apareció en su boca. – Si eres feliz, soy felizSantana se rió de nuevo, esta vez sin restricciones. – Al menos eres honesta, aunque no estoy segura de hasta que lejos podrás llegar- Es la única carta que tengo para jugar- dijo Britt seria.Santana la miró con frialdad. "Su enfoque es ciertamente original. Estoy acostumbrada a las tácticas más duras "Pórtate bien o de lo contrario...". Nadie me ha tratado con amabilidad. "Yo estoy aquí para cuidar de ti". Supongo que piensas que voy a caer en eso y que entonces voy a denudar mi alma ante ti, ¿no?Su tono era una sugerente burla, observó el cuerpo de Britt esperando alguna muestra de su reacción. Se movió un poco en el asiento de cuero, dejando al descubierto una gran extensión de sus suaves y musculosos muslos.Britt sonrió, imperturbable. No importaba lo atractiva que era Santana López, y era condenadamente atractiva, Britt no tenía ninguna intención de ser dejada de lado. - Si puedo hacer mi trabajo sin interponerme en tu camino, lo haré. Siempre que me sea posible. Habrá otros momentos en los que me será imposible. Me disculpo de antemano por eso.- ¿No puedes romper las reglas ni siquiera como un favor?- Santana preguntó en voz baja, con un tono cargado de insinuaciones.- No- dijo Britt rotundamente. Inclinó un poco la cabeza para decírselo en su oído. Cuando la miró captó la sorpresa en los ojos de Santana, sus elegantes rasgos intentaban disimular una expresión arrogante de rechazo- Ya casi llegamos- informó Britt. - Uno de los agentes la acompañara hasta dentro- Conozco el procedimiento- replicó Santana, irritada por la actitud implacable de la agente. Tal vez se había equivocado, tal vez Pierce era hetero, después de todo. Pero el aspecto que tenía en el bar, ¡Dios, estaba tan caliente!, y parecía tan cómoda allí. Pero saber que Britt la estaba mirando cuando estaba con aquella mujer que vestía de cuero, mientras se daba placer en su cuerpo, había sido algo inesperado para ella. Era más emocionante que lo que la otra mujer le hacía. Quería volver a ver a Britt con la guardia bajada, como esa noche. Hasta ahora, no había sido capaz de romper la fachada de la agente. Si no podía desestabilizarla le sería muy difícil deshacerse de ella y de los demás agentes que siempre la seguían- Disfrute de la apertura- dijo Britt en voz baja mientras Santana se bajaba de la limusina. Santana no le dio las gracias**********Rachel le dio la bienvenida con un afectuoso abrazo, murmurando en voz baja, - Hey, cariño, te llamé toda ayer por la noche, ¿estabas de fiesta?Santana se encogió imperceptiblemente, alejandose de los periodistas cercanos. – Solo un ratoSe alejaron de la multitud que rodeaba el pequeño bar que ofrecía el vino y el queso gratuitos. Santana sonrió a la gente que conocía, así como a aquellos que no conocía. Ella tenía mucha práctica en este tipo de eventos- ¿Hubo suerte?- preguntó Rachel con picardía. Se conocían desde hace años, desde el instituto, donde habían sido amantes brevemente en la adolescencia. Ha habido más de una vez en el que Rachel aún la deseaba. Hubo momentos en los que miraba a Santana y de forma inesperada contenía el aliento, deseandola. Santana era hermosa, talentosa, y muy atractiva, aunque emocionalmente distante. Justo el tipo de desafío que le gusta a Rachel en las mujeres. Cuando la vio se sintió bien y se colocó a su lado, apenas recordaba a la ansiosa joven, abierta, con quien había compartido su primer amor y el placer sexual desenfrenado. No la había visto en un año.La sonrisa de Santana era débil. - Depende de cómo se defina eso. Me divertí- ¿Te gusta?- Rachel empujó a Santana a sabiendas de que rara vez permitía a sus conquistas sexuales, el placer de tenerla. Lo cual era una de las razones por las que a Rachel le atraía. Al igual que le pasaba con las exquisitas obras de arte con las que negociaba, se enamoró de lo excepcional, lo singular, lo único que nadie más podía tener. Quería ser la que arrancara un grito de placer de aquellos hermosos labios, para romper el silencio de la soledad de Santana.Una advertencia brilló en los ojos oscuros de Santana. Había lugares donde incluso su mejor amiga no era bienvenida. - Ella consiguió lo que quería. Quedó satisfechaSí, ¿pero lo hiciste?- Pensó Rachel, pero sabiamente no lo dijo. Examinó la habitación, satisfecha con el cambio que había fuera. Cada vez que mostraba los cuadros de Santana, había gran interés. Algunos de ellos, por supuesto, se debía a la presencia de Santana, pero la mayor parte se debía a su verdadero talento. Los coleccionistas comenzaron a comprar su trabajo, reconociendo su valor. En esta ocasión, no solo se dejaba ver, sino que Santana era el artista invitado.- ¿Dónde está tu nuevo guardián?- Preguntó Rachel- Justo al otro lado de la habitación. Acaba de llegar- respondió Santana. Brittany miraba casualmente en su dirección sin que pareciera que se centraba en ellas. Era buena. Santana sabía perfectamente que era a ella a la única que estaba mirando. También sabía que la hermosa agente solo la veía como a su protegida, una pieza que debía mover, guardar y controlar como en un tablero de ajedrez gigante. Santana podría ser la reina, pero que había sido despojado de su poder. Ella era gobernada por los peones, y los odiaba. Especialmente cuando su guardián era una mujer tan atractiva, Santana sintió una punzada de deseo cada vez que la veía. Eso hacía que sintiera aún más ganas de escapar de la mirada de esos ojos azules-Oh- murmuró Rachel, siguiendo la mirada de Santana. Se fijó en el físico delgado y sus hermosas facciones en un rápido vistazo. - Ella es una tentaciónSantana se molestó por el sugerente tono de voz de Rachel, y se molestó aún más ante su propia oleada de posesividad, Santana replicó: - Sí, si no se le paga por vigilarte- Yo casi estaría dispuesta a pagar por eso- replicó Rachel, ignorando el tono borde de Santana. Nunca había dejado que la amistad se interpusiese en el camino de su atracción por otra mujer, y si Santana se interesó también en ella, eso sólo intensificaba el desafío. Aunque esta conquista parecía que tomaría un poco de trabajo. Había una barrera casi visible a su alrededor, su indiferencia gritaba "Mírame si quieres, no me importa". A Rachel le encantaba hacer sucumbir a las personas indomables.- Debes hablar con la gente, querida- dijo Rachel mientras se alejaba- y yo también, veré si puedo vender algoSantana miró a su morena amiga fundirse con la multitud, preguntándose cuánto tiempo le tomaría ir hacia la agente Pierce. Frunció el ceño ante su propio interés, y se volvió sonriendo a la directora del Museo de Arte Moderno, saludándola por su nombre sin un ápice de inquietud en su interior.**********- Es una pena que no pueda disfrutar de las obras de arte- dijo Rachel en voz baja mientras se movía junto a Britt. – Aunque mirar a Santana no es desagradable. Soy Rachel Berry, el agente de Santana.- ¿Cómo está?- Britt asintió cortésmente, sabiendo exactamente quién era la mujer sofisticada que estaba a su lado - He logrado ver una o dos de las obras.- ¿Ves algo que te guste?- preguntó Rachel burlonamente. No era el momento de ser tímida. Ella sabía toda su vida. Puso una pierna suavemente contra el muslo Brittany. Podría haber sido un acercamiento debido a la multitud que estaba cerca, pero ambas sabían que no era así.Brittany sintió el contacto y el calor del cuerpo de Rachel muy cerca de ella. Britt bajó la mirada hacia ella, pudo ver la extensión de sus pechos que se veía por el escote del vestido negro. No volvió a miró hacia abajo. Miró más allá de ella, donde estaba Santana conversando con un joven al que no había visto antes, que se parecía a todos los estereotipos de "jóvenes artistas luchadores", hasta en la chaqueta arrugada y barba desaliñada. Mantuvo la mirada en ellos mientras hablaban.- En realidad, sí. Hay una serie de bocetos, desnudos, en la pared de la derecha. Carboncillo sobre papel. Son de ella, ¿no?Rachel la miró con sorpresa. Dudaba de que muchas personas hubieran reparado en los pequeños bocetos, ya que estaban junto a los grandes lienzos que llamaban más la atención. Pero esa no era la verdadera razón de su respuesta- El artista es Sheila Blake.- Uh huh- respondió Britt con una leve sonrisa. – Las pinceladas de la señora Blake se asemejan a las de la Sra. López, al igual que el uso de la luz y la sombra. Por supuesto, estoy segura de que la hija del presidente no tendría motivos para estar haciendo desnudos femeninos. ¿Están a la venta?- Sí- respondió Rachel, intrigada e inmensamente atraída.- ¿Y confidencial?- Si, si son los deseos del comprador. Una vez que las obras están a mi cargo, el comprador se convierte en mi cliente.- El comprador desea permanecer en el anonimato- dijo Britt suavemente, cambiando su posición ligeramente para mantener a Santana a la vista.Rachel se quedó sin aliento cuando el brazo de Britt accidentalmente rozó su pecho. Sintió como su pezón se endurecía dolorosamente, sabiendo que era visible debajo de la tela de su vestido. ¿Era posible sentirse así por alguien que prácticamente te ignora?- Te garantizo que será así- dijo con la voz ronca.- Gracias- ¿Necesitamos discutir precios?- preguntó Rachel. Ella era una mujer de negocios, después de todo.- Eso no será necesario.- Tal vez me permitiera llevarla a almorzar luego, para discutir los detalles.Britt la miró completamente a los ojos, por primera vez, interpretando el tipo de invitación. - Comer estaría bien- respondió ella. – Te llamaré- Sí, por favor.
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Honor
Fanfices una historia que leí en otra pagina y me gusto muchísimo trata de una historia brittana, involucra amor, pasión y accion