7mo libro

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Capítulo 5Cuando el avión aterrizó en el aeropuerto de Teterboro al lado del río de Manhattan, en Nueva Jersey, Britt notó las dos descomunales figuras negras con brillantes ojos halógenos en la pista. Ella no podía ver más allá de los vidrios polarizados de las Suburbans y consideró lo fácil que sería que alguien interceptara los vehículos asignados en su camino al aeropuerto y reemplazarlos con vehículos idénticos llenos de hostiles. Eso, por supuesto, suponía una ruptura en la comunicación, que hubiese pasado desapercibida en alguna parte a lo largo de la ruta de aproximación ¿Cuánto tiempo tardarían en hacer el cambio? ¿Treinta segundos? ¿Un estallido de estática y menos de un minuto de señal irregular en la comunicación de radio de vuelta al centro de mando indicaría que algo había salido mal? ¿Santana podría caminar sin sospechar nada por la escalera del avión y directamente hacia una lluvia de balas?- Sólo siéntate tranquila por un segundo -Britt murmuró a Santana y se desabrochó el cinturón de seguridad.- ¿Britt? -Santana la llamó, pero Britt ya había enfilado su camino por el pasillo.- ¿A quién tienes en tierra? -Britt preguntó mientras se dejó caer en el asiento junto a Paula Stark.Stark dobló el itinerario de la semana que había estado estudiando y la metió en el bolsillo interior de su chaqueta azul marino. Sin la menor vacilación respondió -Phelp, Edward, Ramsey y Wozinski ¿Algún problema, comandante?- No quiero que Santana desembarque hasta que hayas verificado las identidades de todos los miembros en ambos vehículosStark consideró a Britt firmemente -Ése es el procedimiento estándar- Lo sé -Britt suspiró y miró más allá de Stark por la ventana. Las luces de la pista creaban círculos planos de blanco intercalados con oscuridad, como perlas en una cadena de ébano. -Y sé que lo sabes. Sólo... -levantó su hombro -Lo sientoCuando Britt empezó a levantarse, Stark, en un movimiento totalmente inusual, la detuvo con una mano en el brazo. Britt podía contar con los dedos de una mano las veces que Stark le había tocado, así que se sentó y esperó a que Stark hablara.- No creo que le haya dicho esto a usted, pero siempre he creído... -dijo Stark, sosteniendo la mirada de Britt -...que es la mejor Agente del Servicio Secreto que he visto. Ninguno de nuestros entrenamientos nos preparó para lo que ocurrió en septiembre, pero usted hizo las llamadas correctas y probablemente salvó a todos. Si alguna vez tiene un presentimiento de que algo no está bien, quiero saberlo- ¿Incluso si son sólo nervios? -dijo Britt con autocrítica.- No son nervios, Comandante. Es instintoBritt sonrió débilmente -No creo que le haya dicho esto, pero lo creo. Eres la persona adecuada para dirigir el equipo de SantanaStark se sonrojó y por primera vez miró hacia abajo -Gracias- Hay algunas cosas que necesita saber sobre Colorado. Vamos a hablar cuando volvamos a la base- Sí señora*****- ¿Qué fue todo eso allá en el avión? -preguntó Santana una vez que ella y Britt se instalaron en la parte posterior del Suburban. Greg Wozinski, con seis-cinco y doscientas cincuenta libras de peso con cabello rubio, ojos azules, logró parecer invisible mientras ocupaba el asiento de enfrente en la parte trasera de la camioneta blindada. Su expresión era impasible y podría haber sido sordo por toda la reacción que estaba mostrando ante su conversación. Sin embargo, mantuvo la voz baja. Se inclinó hacia el cuerpo de Britt y mantiene una mano en el muslo Britt -¿Qué pasó?- Nada importante -dijo Britt.- Stark por lo general no me mantienen atada tanto tiempo después de aterrizar ¿Le dijiste que hiciera eso?- Yo no le digo a Stark que hacer- Estas siendo evasivaBritt tomó la mano de Santana y la sostuvo contra su medio -No le hubiese pedido que lo hiciera, si ya no hubiese estado planeado. Tu seguridad va a ser duplicada hasta después de la boda- No podría ser más pesado -dijo Santana con fuerza -Ya tengo personas conmigo todo el tiempo. Y no nos olvidemos, que pronto tendré mi propio reportero personal- Eso no se ha confirmado- Oh, por favor. Lucinda lo ha decretado -Santana apoyó la mejilla contra el hombro de Britt -Yo la amo. De verdad. Pero no puedo creer que dejé que me use como lo hace ¿No hay nada sagrado?- ¿Para Lucinda? Sí. La presidencia -Britt besó la sien de Santana -Pero ella también te ama- Eso no le impidió la manipulación de mi vida privada- Ella no ve ninguna diferencia entre lo personal y lo profesional- Solía pensar eso de ti -dijo Santana.- Durante la mayor parte de mi vida eso era verdad -Britt se encogió de hombros -Es así para la mayoría de los agentes- Si tuvieras que elegir entre tu deber y yo... -Santana negó con la cabeza -No importa- Tú. Te elegiría a ti- Lo siento. No debería haberte preguntado. Estoy cansadaBritt liberó la mano de Santana y deslizó su brazo alrededor de sus hombros, acercándola más -Todos estamos cansados. Pero puedes preguntarme todo lo que necesites saber, en cualquier momento- No quiero a Dana Barnett dentro de mi vida- Estarás más segura asíSantana se apartó -Ya tengo toda la seguridad que necesito. Tu misma lo dijiste- Eso no es lo que...- Olvídalo. Vamos a olvidarlo. Ya sé cómo te sientes. Estás de acuerdo con Lucinda- Sí -dijo Britt, sintiendo una barrera levantarse entre ellas. En este tema, la seguridad de Santana, ella nunca haría concesiones por mucho que Santana necesitara que lo hiciera. Ni siquiera cuando se abría una brecha entre ellas.*****Rachel mantuvo abierta la puerta de su apartamento y miró a Santana, quien había llegado sin previo aviso. Ver a Santana en jeans ajustados y un apretado suéter negro, con el cabello suelto y una mirada salvaje en sus ojos, le hizo recordar a Rachel los viejos tiempos. Viejos tiempos cuando Santana era infeliz y buscaba problemas para alejar su mente de sus angustias. Lo diferente era que Patrice Hara, una de los agentes del servicio secreto de Santana, se puso justo a la izquierda de la puerta, de espaldas a la pared en una posición que le daba total visión del pasillo hasta el ascensor y las escaleras. En los días pre-Britt, Santana le habría caído encima conquistándola -Hola, cariño ¿Sabes que es más de la medianoche?- La noche es joven -Santana se quitó la chaqueta de cuero arrojándola en la silla mientras pasaba junto a Rachel hacia la sala de estar y el minibar escondido en una esquina. Sacó una botella de vino y un sacacorchos y se dispuso a abrirla. El cabello castaño de Rachel caía suelto sobre sus hombros y estaba descalza usando un pijama de seda azul pálido, parecía lista para la cama -¿Te mantengo despierta?- Por supuesto que no. Estaba leyendo. Todavía sigo con la hora de Nueva York -Rachel se sentó en el brazo del sofá, viendo con curiosidad a Santana -Desde que te has vuelto doméstica con Britt, eres la que está en el horario de DC. No más horas intempestivas y no más juergas hasta la madrugadaSantana hizo una pausa, con la botella de vino suspendida en una mano mientras miraba alrededor del apartamento -Ni siquiera pensé en preguntar si Quinn estaba aquí. No puedo acostumbrarme a que vives con alguien- Ella no está aquí. Y no estoy viviendo con ella- Uh-huh- Aún está en el trabajo difícilmente cubriría eso -Rachel se acercó a la barra, cogió una copa de vino vacía y se la tendió -E incluso si estuviéramos viviendo juntas, puedes pasar en cualquier momento ¿Qué está pasando?- Britt también está trabajando hasta tarde- Eso no es nada nuevoSantana llenó sus vasos y bebió -Tenemos un nuevo miembro en la fiesta de bodas- ¿En serio? Estaba a punto de decirte lo mismo- Tu primero. Creo que tu noticia es probablemente mejor que la míaSantana se dejó caer en el sofá y apoyó las botas marrones desgastadas en la mesa de café de madera brillante. Rachel se acurrucó a su lado en el sofá de color rojo oscuro, colocando sus piernas debajo de ella y dando un giro para enfrentar a Santana.- Recibí un correo electrónico de Emory. Estará en la ciudad mañana por algún tipo en una reunión subvención y mencionó que iba a pasar unos días aquí antes de ir a Colorado. La invité a reunirse con nosotras, mientras terminamos los toques finales de los planes de la boda ¿Te importa?- No, eso es genial. Me gusta Emory -Santana miró melancólicamente a su vino -Le invitaría a quedarse en mi casa pero ¿quién querría quedarse allí? Yo ni siquiera quiero estar allí- Ya le dije que podía quedarse conmigo, pero dijo que estaba muy bien en el hotel -Rachel golpeó una uña arreglada en la rodilla de Santana -¿Qué ha hecho Britt, cariño?- ¿Qué te hace pensar que es ella?- Estás inquieta. Lucinda te molesta. Los periodistas odiosos te hacen maldecir. Incluso yo te irrito de vez en cuando. Pero sólo Britt te aflige y te hace suspirar- No estoy suspirando. Estoy cabreada- Está bien -Rachel acarició la pierna de Santana y luego la palmeó -Así que. Cuenta- Lucinda tuvo la brillante idea de asignar a un reportero para cubrir la boda y Britt está de acuerdoRachel frunció el ceño -Sabías que ibas a crear una bomba. Tras el anuncio de prensa esta mañana, estoy sorprendida de que no tengas ya una camioneta de noticias estacionada frente a tu edificio- La tengo. Tres de ellas -Santana hizo una mueca -Afortunadamente, no pueden estar cerca de unos diez metros de la entrada, así que todo lo que pueden hacer es gritar preguntas. Esta situación es diferente- ¿Qué, Lucinda prometió algún periodista cara a cara? Has hecho un montón de entrevistas de este tipo anteriormente- No estamos hablando de una entrevista -dijo Santana con tristeza -Estamos hablando de un miembro de la boda. Ella vendrá en la mañana. Y va a estar con nosotros todo el día, todos los días, hasta que esto termine- Estás bromeando- No lo estoy- ¿Y estuviste de acuerdo? -Rachel se levantó para volver a llenar los vasos -¿Por qué?- No estuve de acuerdo. Lucinda lo ordenó y Britt la apoyó –Santana le hizo señas a Rachel hacia el vino. Aún no había terminado medio vaso. Odiaba estar en desacuerdo con Britt. Durante muchos años, la ira había alimentado su vida. Su resistencia a las restricciones impuestas por la carrera de sus padres la habían vigorizado. Ciertamente, su rabia había inspirado algunos de sus mejores cuadros. Desde Britt, había aprendido a comprometerse y el nuevo equilibrio en su vida la había conducido hacia nuevas direcciones sorprendentes en su arte. No resentía los cambios, pero había veces, como ahora, cuando necesitaba que Britt estuviese de su lado. Y dolía cuando no lo hacía -Sabes cómo es decirle no a Lucinda- Pero eso no es lo que te tiene bebiendo vino en mi sofá en medio de la noche- Es tonto, pero quiero que a Britt le preocupe la boda tanto como a míRachel pasó el brazo por los hombros de Santana y la abrazó -Felicitaciones. No creo que te hubiese escuchado anteriormente, querer algo de una amante. Aparte de sexo caliente, claro estáSantana se echó a reír -Eso es algo que nunca tendré que solicitarle a Britt- No te regodees- Deberías hablar -bromeó Santana -Si querer algo de ella es una cosa tan buena ¿por qué se siente tan mal?- El hecho de que queremos algo, no significa que vamos a conseguirlo o incluso que deberíamos. Pero rara vez queremos cosas de gente que no nos importan y nunca permitiste que alguien te importara- Sabes que estoy loca por ella- Lo sé... -dijo Rachel -...pero eso no es lo mismo -Rachel frotó los hombros de Santana -Y ella probablemente no puede leer tu mente, así que tendrás que decirle lo que necesitas- Suena tonto cuando lo digo en voz alta- No, no lo esSantana suspiró -Además, ella no va a cambiar de opinión sobre la periodista- Britt no me parece que sea del tipo que le gusta la publicidad más que a ti ¿Por qué está de acuerdo con eso?Santana no dijo nada.- Ajá ¿Que no me estás diciendo?- Britt cree que va a hacer más fácil con la seguridad porque así serían capaces de limitar mi exposición. Menos ruedas de prensa, un menor número de entrevistas. Lo de siempreRachel se echó a reír -¿Realmente no esperas que Britt diga que no a algo que va a mantenerte a salvo?- Estoy a salvo -dijo Santana con vehemencia -¿Has mirado fuera de tu puerta? Hara estará allí hasta que yo salga. Y hay más abajo, fuera del edificio y en el coche- Bueno, resulta que soy feliz por eso. Ojalá Quinn tuviera gente que la siguiera a todas partes donde vamos -bruscamente Rachel se levantó y se dirigió hacia las puertas del balcón. Ella envolvió sus brazos alrededor de su cuerpo como si tuviera frío -Sé que la falta de privacidad es horrible para ti -se dio la vuelta, sus ojos feroces -Pero hay un equipo de expertos para mantenerte a salvo. Nadie está protegiendo...- Lo siento -dijo Santana en voz baja -Debería estar agradecida y no lo estoy. Y debes estar enferma de preocupación por ellaRachel pasó los dedos por su cabello y dejó escapar un profundo suspiro -Quiero creer que a nadie le importa dónde está o que podría saber, pero es difícil. Sé que los agentes como ella tienen muy poca conexión entre sí y casi nadie, excepto sus adiestradores, siquiera saben quiénes son. Pero cada vez que sale por la puerta...- Tienes miedo de que ella no vuelva -dijo Santana expresando su pesadilla compartida.- No puedo decírselo porque ya piensa que estaría mejor sin ella- Dios, ellas no lo entienden ¿verdad? –Santana dijo con exasperación.Rachel se echó a reír -¿Qué parte? ¿La que si estuviésemos mejor sin ellas, no estaríamos tan aterrorizados de perderlas?- Para empezar -Santana le tendió la mano y Rachel la tomó sentándose nuevamente a su lado en el sofá.- Así que -dijo Rachel -Háblame de esta reportera- La única cosa buena de esto... -dijo Santana -...es que ella no está más feliz al respecto de lo que estoy yo. Dana Barnett. Ella es...- ¿La periodista de investigación? La he visto en televisión. Dios, ella es hermosaSantana se inclinó hacia atrás y miró a Rachel con los párpados entornados -¿Pensé que estabas fuera del mercado?- Fuera del mercado, sí. Muerta y enterrada, noSantana se echó a reír -Tiene muy buena pinta. También parece fuerte e inteligente y no quiere esta asignación. Así que tal vez no nos moleste mucho- Ella puede molestarme todo lo que quiera -murmuró Rachel.- Bueno, no esperes que yo sea una interferencia. Estoy fuera de práctica -Santana le dio un codazo -Y no olvides que Quinn está armadaRachel sonrió -Nunca pensé que diría esto, pero realmente no puedo imaginar estar con alguien más, excepto con ella. Dios, es aterradorSantana inclinó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos -Cuéntamelo a mí*****Paula Stark se frotó los ojos y cogió la última pila de informes de inteligencia en una mano y una taza de café frío en la otra. Bebió distraídamente mientras escaneaba los memos de los resúmenes del día, centrándose en los sectores que habían sido destacados por Iggie Jackson, coordinadora de comunicaciones, mientras que Sam estuviese en Colorado. Prestó especial atención a todo lo que mencionaba a Andrew López, Ciudad de Nueva York, Medio Oeste, organizaciones patrióticas, o Santana. Cinco de las veinte páginas estaban dedicadas a extractos de artículos de prensa, publicaciones web, discursos u otras respuestas a las notas de prensa oficial de la Casa Blanca sobre la próxima boda. Todos los sospechosos habituales están representados por los cristianos fundamentalistas, la Asamblea católica de los arzobispos, los anglicanos y cualquier número de otras instituciones religiosas que se oponían al matrimonio gay, pero lo que más le interesaba eran las declaraciones de varios líderes de las organizaciones patrióticas. Hizo un círculo a uno de Randolph Hogan.- ¿Algo interesante? -preguntó Britt mientras se dejaba caer en una silla giratoria junto a Paula.- Uno de los chicos paramilitares ha publicado un blog culpando a Santana por el declive de todo. La familia, la iglesia y el estado de la naciónBritt frunció el ceño y le tendió la mano. Leyó el pasaje y se lo devolvió -Él está en nuestra lista de posibles contactos con Matheson- Lo sé. Obtuve la actualización de Renée mientras estábamos en Washington -Stark puso la pila de papeles a un lado -¿Coincidencia?- ¿Qué piensa usted?- Creo que todos estos sujetos están en la cama juntos. Por otro lado, si él tiene vínculos con Matheson, sería bastante estúpido al hacer una declaración pública de esta manera- El ego a menudo triunfa sobre el juicio -señaló Britt.- Sería bueno tener a alguien dentro de su campamento- Tal vez lo tengamos, pero el FBI no ha estado comunicativo sobre sus fuentes -Un músculo se tensó a lo largo del borde de la mandíbula de Britt -Y al parecer no han llevado a la Directiva sobre la cooperación interinstitucional- Va a tomar un tiempo para todo el mundo adaptarse a esta nueva jerarquía -dijo Paula -Ni siquiera yo estoy segura para quién trabajoBritt la miró fijamente.Stark sonrió -Bueno, sé a quién le reporto, Comandante- Buena salida -Britt rió brevemente y luego sus ojos se pusieron serios -Vamos a tener serios problemas con la cadena de mando en Colorado ¿Sabes lo de Tom Turner?Paula frunció el ceño -Lo sé ahora. Él llamó esta tarde para decirme que su gente estaría en tierra allá. Coordinando con Sam y Ellen. Fue muy amable y lo hizo sonar como si fueramos una gran familia feliz- La prioridad de Tom es POTUS y así debe ser -dijo Britt -Mi preocupación es Santana- La mía también -Paula sintió que Britt esperaba y no tuvo ningún problema en responder a la pregunta no formulada -Mi trabajo es asegurar el bienestar de la primera hija. Nada tiene prioridad sobre eso- Gracias, jefa- No hay problema Comandante- ¿Supongo que ha sido informada sobre el nuevo miembro del equipo que se unirá a nosotros mañana? -Britt miró el reloj de pared. Una a.m. -Hoy día, diría yoPaula señaló una carpeta -Dana Barnett -Ella vaciló, juzgando sus siguientes palabras. No quería caminar en territorio personal con la comandante, pero necesitaba saber qué tipo de problemas estaría enfrentando -Imagino que Egret no está complacidaBritt sonrió irónicamente -No sabía que se le daba los eufemismo, Jefa- Lo manejaremos -dijo Paula con confianza.- Me imagino que lo hará -Britt se levantó, sus ojos cansados -Probablemente mejor que yo. Buenas noches, jefaPaula la vio marcharse, deseando saber cómo aliviar su carga. Entonces cogió el último boletín de seguridad, ya que todos tenían sus piezas para jugar, incluso si no entendían esta nueva etapa que se les había impuesto.

HonorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora