7mo libro

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Capítulo 21Ante el sonido de golpes suaves en la puerta de su cabaña, Emory dio dos pasos hacia adelante y luego vaciló deteniéndose. Le temblaban las manos. Todo su cuerpo temblaba. Nunca había hecho algo remotamente parecido a esto en su vida.- Emory -Dana llamó suavemente desde el otro lado -Todo es negociableSonriendo, Emory encontró sus piernas y llegó a la puerta principal. La abrió, una ráfaga de aire helado pasó por delante de ella como si estuviese determinado a apagar el fuego en el lado opuesto de la habitación. Dana estaba encorvada en la puerta, con las manos en los bolsillos de su chaqueta, su cabello cubierto de nieve.- Ven al interior. Pareces estar congelada- Me tomó unos minutos subir al porcheEmory cerró la puerta y se apoyó en ella -En serio? ¿Así que no soy la única nerviosa?- No, ni mucho menosDana abrió la cremallera de su chaqueta. Debajo llevaba una camiseta oscura metida en sus vaqueros. Era fácil para Emory ver la curva de sus senos delineado por el material ajustado. Dana no llevaba sujetador y saber eso solo hizo que el interior de Emory se apretara. Presionó las manos contra la puerta, obligándose a permanecer en su lugar. Su mente no podía renunciar a darle sentido a lo que estaba haciendo, pero su cuerpo funcionaba bajo tal confusión. Quería tocar a Dana, en todas partes. Recordó lo que Dana había dicho en el porche sólo unas horas antes. Quiero besarte por todas partes.Imaginarlo, aumentaba la humedad de Emory -No puedo creer que te invitara a venir a mi cabaña para tener sexoDana sonrió torcidamente -Lo hiciste ¿no es así?En silencio, Emory asintió.- No tenemos que hacerlo, lo sabes -Dana indicó su chaqueta -¿Te importaría si me quito esto?- Por supuesto que no. Hay vino en la nevera. Un poco de fruta y también queso, cortesía de la casa de campo ¿Quieres un poco?Dana se quitó la chaqueta y la colgó en un perchero junto a la puerta. Ahora más cerca de Emory, ella tomó su mano. Los dedos de Emory estaban fríos, a pesar del hecho de que la habitación estaba caliente. La expresión en los ojos de Emory había pasado de una marcada confusión a un cuidadoso interés en los últimos minutos. Mejor, pero ni siquiera lo suficientemente cerca de estar cómoda, como para hacer otra cosa aparte de hablar. -Vamos a sentarnos junto al fuego. No tengo hambre de nada, excepto de tu compañía- Dices las cosas más agradables -susurró Emory.- Todas son verdad -Dana dirigió a Emory hacia el sofá frente a la chimenea y se sentó, persuadiendo a Emory para que se acurrucara a su lado. Se movió hasta que su espalda estuvo en la esquina y Emory reclinada en sus brazos. Dana envolvió sus brazos alrededor de ella, con las manos descansando ligeramente sobre la cintura de Emory y la besó -Esto es buenoEmory enlazó su brazo alrededor de la cintura de Dana y apoyó la cabeza en el hombro de Dana. Le encantaba la manera como se sentía el cuerpo de Dana, duro y fuerte, pero flexible en la manera correcta. Ellas encajaban sin esfuerzo. Besó el cuello de Dana y sintió como se tensaba -¿No te gusta?- No, me gusta -Dana tragó y acarició el cabello de Emory -Me gusta mucho -se volvió un poco sobre su costado y se estiró para poder estar una frente a la otra en el sofá -Estar cerca de ti de esta manera, no me permite pensar en otra cosa excepto lo bien que se siente- Se siente bien para mí también -Emory pasó sus dedos temblorosos a lo largo de la mandíbula de Dana -Aprecio que no me apresuresComo he dicho, todo es negociable -Dana se movió, lo que facilitó que sus piernas estuviesen entre los muslos de Emory. Su estómago estaba tenso de emoción y su clítoris dolía. Luchó por no moverse, por no apretarse contra Emory -Hemos estado bastante bien con los besos hasta ahora. Eso probablemente sea seguro- Oh ¿piensas eso? -Emory rió con voz temblorosa -Nunca me había excitado al estar junto a un hombre de esta manera. No como lo estoy ahora -acarició la espalda de Dana, luego su culo. Su respiración se hizo más rápida mientras que la superficie de su piel se volvía eléctrica, su visión se volvió un túnel hasta que todo lo que vio fue el rostro de Dana. -Bésame y veremos cuánto tiempo podemos durar"No mucho", pensó Dana, mientras cubría la boca de Emory con la suya. Jugueteó con su lengua, la chupó suavemente, lamió toda la superficie suave de los labios de Emory. Emory se movió en sus brazos, inconscientemente seductora y Dana apretó su agarre. Sin estar dispuesta a romper el beso, ni siquiera para respirar, aumentó su mareo y desesperación por la necesidad. Finalmente, se apartó con un breve suspiro -Tiempo. Necesito un descanso- ¿Por qué? -los ojos de Emory estaban nublados, su rostro suave con la excitación. Acarició la mejilla de Dana antes de llevar su mano hacia la parte plana del pecho de Dana, tomando su pecho a través de su camiseta. Dana gimió y arqueó la espalda.- Dios, Emory, estoy tan acabada. No puedo...- Quiero hacer el amor contigo -susurró Emory -¿Puedo hacer esto? Creo que si te toco, no voy a tener tanto miedoDana hizo retroceder su deseo -¿De qué tienes miedo?- De perderme en esta terrible necesidad que tengo por ti- Lo que sea que quieras, lo que sea que necesites -susurró Dana -Podemos parar ahora- ¿Podrías? -Emory preguntó con urgencia -Porque yo no puedo. No quiero ¿Vas a dejar que te toque?Dana asintió con la cabeza, sabiendo que ya estaba perdida.- En el dormitorio. Quiero ser capaz de verte, tocarte -Emory alejó a Dana suavemente -Vamos al dormitorioDana se puso de pie, sus piernas estaban inestables. Cuando Emory se levantó, ella rodeó sus hombros y Emory agarró la parte trasera de sus vaqueros. Juntas caminaron hacia el dormitorio. Emory encendió una lámpara en el tocador.- ¿Debería quitarme la ropa? -preguntó Dana.Emory bajó las sábanas, con los ojos fijos en Dana, levantó el jersey sobre su cabeza y lo dejó caer. No llevaba nada debajo -Ven aquíDana obedeció, su mirada viajando desde los pechos suaves de Emory hacia su rostro -DiosSonriendo, Emory agarró la camiseta de Dana y la sacó de sus vaqueros. Cuando el dorso de sus dedos rozó el estómago de Dana, Dana gimió. Emory miró hacia abajo, sorprendida de ver las manos de Dana apretadas a los costados -¿Qué pasa?- ¿No sabes lo hermosa que eres? Quiero tocarte -la voz de Dana estaba ronca, tensa por el esfuerzo de contener su creciente excitación.- Entonces deberías hacerlo -Emory levantó las manos de Dana hacia sus pechos. Cuando los dedos de Dana se cerraron alrededor de ella, inclinó la cabeza hacia atrás y suspiró -Me encanta la manera en que tus manos se sienten sobre mí. Fantaseaba con tus dedos en mis pezones, apretándolos -ella gimió cuando Dana lo hizo. La leve aspereza de la piel de Dana era exactamente como había imaginado -Sí. Así -Se apoyó fuertemente contra Dana mientras su excitación la cubría completamente -Pero no puedes hacerme eso por más tiempo. Me excitaré demasiado y olvidaré lo que estoy haciendoCon un gemido ahogado, Dana bajó la cabeza sobre el hombro de Emory, arrastrando sus manos hasta la cintura de Emory -No estoy segura de cuánto tiempo pueda soportar esto, Emory. Si te toco otra vez, no voy a ser capaz de detenerme- Sólo un poco de tiempo. Ten paciencia por un rato -Emory pasó sus manos de arriba a abajo en la espalda de Dana, trazando los músculos duros a lo largo de ambos lados de la columna vertebral. A continuación, retrocedió lo suficiente como para tener sus manos entre ellas, abrió la cremallera y desabrochó los vaqueros de Dana y los empujó hacia abajo. Dana también estaba desnuda debajo de ellos y al descubrirlo Emory dio un pequeño grito de placer -Me encanta tu cuerpo- Normalmente, no me vengo tan fácilmente... -confesó Dana -...pero ahora siento que estoy en el borde, Emory- Pase lo que pase, está bien -Emory la tranquilizó, acariciando la espalda de Dana. Ella la besó y sintió como Dana temblaba contra ella. Era embriagador, saber que podía hacerle esto a ella. Exploró su boca, lenta y delicadamente, hasta que las dos se estremecieron. Luego dio un paso atrás, abriendo sus pantalones y quitando las barreras restantes entre ellas -Tus vaqueros. QuítatelosEn menos de un minuto, las dos estaban desnudas. Emory se metió bajo las sábanas. -Acuéstate conmigoCuando Dana se tendió a su lado, Emory se impulsó hacia arriba para poder tomarla por completo. Cintura larga, piernas delgadas, pechos pequeños. Su cuerpo era fuerte, firme,esencialmente femenino. Pasó los dedos por el estómago de Dana y se maravilló cuando su cuerpo se tensó como una cuerda de arco -¿Estás muy excitada?- Oh, sí -Dana agarró las sábanas con su mano izquierda y agarró el hombro de Emory con la otra -Si tocas cualquier lugar cerca de mi clítoris, voy a venirme- ¿Qué te gusta?Dana dio una risa ahogada -¿Ahora mismo? Cualquier cosa- Voy a reformularlo ¿Qué quieres que haga ahora?- Acuéstate sobre mí -susurró Dana. Cuando Emory lo hizo, Dana envolvió sus brazos alrededor de ella y levantó sus caderas para que la pierna de Dana descansara contra su centro -Oh, sí. Eso es bueno- MmmEmory la besó, meciéndose lentamente en la curva de su pelvis, sus pechos deslizándose juntos. Dana deslizó sus manos hasta la parte exterior del torso de Emory, barriendo sus dedos sobre la curva exterior de sus pechos. Emory gimió y empujó sus caderas con más fuerza entre las piernas de Dana. La presión alterna y la fricción incesante empujaron a Dana a las alturas. Quería dejarse ir, tenía que dejarse ir, pero más que eso, quería que Emory tuviese todo lo que quisiera. Dana arrastró su boca lejos -Te sientes tan bien. Vas a hacer que me venga de esta manera- Quiero verte primero -Emory se apoyó en sus brazos y luego se empujó hacia abajo en la cama hasta que estuvo entre las piernas de Dana.Dana se hubiese opuesto a la repentina ausencia de esa boca caliente sobre la de ella, el dulce tormento de las manos de Emory, si no hubiese sentido el cálido aliento de Emory entre sus piernas. Nunca le había permitido a ninguna mujer que la tomara de esta manera, tan lentamente, tan simple, tan a fondo. Cuando Emory le acarició con sus dedos entre sus piernas, ella gritó -Oh Dios. No me toques Emory. NoEmory rió -Por supuesto que voy a tocarte -atenta al desesperado tono en la voz de Dana, Emory movió sus dedos lejos del único lugar que más quería acariciar. Dana estaba dura e hinchada y más hermosa de lo que jamás hubiese imaginado. Pasó los dedos por todo el pliegue entre el muslo de Dana y su centro, a pocos centímetros de donde Dana pulsaba y temblaba. Emory la deseaba de una manera que no hubiese creído posible. Ferozmente, salvajemente. Presionando las palmas en el interior de los muslos de Dana, empujó, separando sus piernas, abriéndola para ella. Dana gimió y levantó su pelvis, haciendo señas para que siguiera. Muy cuidadosamente, Emory rozó un beso sobre el clítoris de Dana.El cuerpo de Dana se convulsionó -No voy a durar- ¿Puedes llegar a diez?- No lo creo -Dana se quedó sin aliento -Casi me vengo- Está bien, si es necesario -Emory la besó de nuevo, un poco más fuerte, pero aun fugazmente. Dana apretó su hombro y Emory sintió que Dana quería forzar su boca hacia abajo sobre ella. Amaba la restricción de Dana casi tanto como quería romperla. Ella la lamió y Dana trató de zafarse. Tomó sus piernas con más firmeza y la lamió de nuevo.- Dios -Dana gritó, sus caderas ascendieron -Tienes que hacer que me corra. Emory, por favor- Mmm -Casi ciega, casi sin respirar, Emory selló su boca alrededor de la dura longitud de Dana y poco a poco, con ternura succionó. Dana se sacudió contra su boca y se hizo aún más dura entre sus labios.- Oh, sí -la voz de Dana se quebró.Emory se concentró intensamente, grabando cada temblor, cada grito, cada giro y vuelta mientras Dana se retorcía en medio de su orgasmo. Las puertas siempre cerradas se abrieron, las barreras cayeron, las defensas estaban destruidas. Nunca habría otra primera vez para ella, para ellas. Nunca habría otro momento en la vida que alterara esto. Emory sabía que había sido conquistada tan claramente como sentía cada una de sus vulnerabilidades al descubierto. Cuando Dana finalmente se arqueó alejándose, las lágrimas surcaban las mejillas de Emory. Apretó el rostro contra el temblorosos abdomen de Dana –Gracias- Emory -susurró Dana sintiéndose drogada. Quería sentarse, quería tomar a Emory entre sus brazos, quería darle placer por placer. Apenas podía levantar la mano y lograr acariciar el rostro de Emory. Sintió la humedad en la punta de sus dedos y su corazón se encogió. -¿Qué pasa? Emory ¿Qué está mal?Emory negó con la cabeza -No hay nada malo. Todo está bien- Quiero abrazarte, pero me puedo moverme. AyúdameRiendo suavemente, Emory se movió más arriba en la cama y se tendió sobre Dana nuevamente. Sus piernas entrelazadas, sus pechos adheridos, sus bocas fundidas. Emory ardía. Su piel, sus músculos, su clítoris. Llameantes. Tenía que ser tocada. Desesperadamente -Dana -se quedó sin aliento, sin conocer las palabras -Te necesitoLas fuerzas de Dana regresaron a toda prisa y rodó sobre Emory, hasta que estuvo encima de ella, de sus rodillas y brazos. Pasó los dedos entre las piernas de Emory -¿Aquí?Los ojos de Emory se abrieron y apretó su mano sobre la de Dana, presionando sus dedos contra los lugares que le dolían.- Sí. Allí. Allí. Oh Dios. Tócame, Dana, tócame. Quiero...necesito...- Lo sé -Dana bajó la cabeza hacia el pecho de Emory y tomó su pezón dentro de su boca. Succionó, jugando con su lengua sobre la punta suave, firme, mientras trazaba un dedo alrededor de la dolorosa dureza. El clítoris de Emory se tensó, a punto de estallar. Lo apretó, lo rodeó -¿Aquí?- Sí -Emory se atragantó -SíDana besó el camino desde el centro de la garganta de Emory hacia su boca, haciendo círculos rápidos con sus dedos entre las piernas de Emory.- Dana -Emory respiró con asombro -Oh, DanaDana la besó mientras gritaba, bebiendo su placer mientras ella derramaba su pasión. Los gritos de Emory disminuyeron a suaves suspiros, pero su clítoris permanecía lleno y palpitante. Dana se deslizó dentro de ella y sintió que sus músculos se tensaban y acarició la aún dura prominencia con su dedo pulgar. Los muslos de Emory se tensaron.-Yo...Dana...oh -Emory tartamudeó mientras empujaba hacia abajo contra la mano de Dana -Voy a venirme otra vezDana frotó su mejilla sobre el pecho de Emory, sintiendo el martilleo de su corazón contra sus costillas -Lo sé. Déjalo ir. Déjalo ir, bebe- Oh Dios -Emory gritó.Cuando Emory se calmó, Dana se colocó a su lado y tiró de Emory acercándola, sus dedos todavía dentro de ella -¿Está bien ahora?Emory acurrucó su rostro en la curva del cuello de Dana, sus brazos rodeando débilmente el cuerpo de Dana -Nunca he sentido algo así en mi vida- Buen comienzo, entonces- Oh, muy buen comienzo. Perfecto -Emory besó la garganta de Dana -Lo siento. Creo que voy a quedarme dormida- Eso está bien- No necesitas... -Emory vaciló, tratando de pensar, pero su mente estaba tan confusa. -¿Estás excitada? ¿Necesitas...?Dana besó la frente de Emory -Sí. Lo estoy. Pero va a mantenerse así- ¿Por cuánto tiempo?Dana se echó a reír -Hasta la próxima vez- Maravilloso... -murmuró Emory –Maravilloso- Duerme ahora -Dana apoyó la mejilla en la cabeza de Emory. No quería dormir. No quería perder ni un momento de esta noche. Esta noche que, no importa lo que siguiera, había marcado el comienzo del resto de su vida.

HonorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora