8vo libro

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Capitulo 6
El senador Franklin Russo miró el reloj de bronce en su escritorio. 9 pm. Los faros parpadeaban a través de los árboles a lo largo de la carretera de acceso a su refugio en la montaña Idaho, que le advertían que un vehículo estaba llegando. Hooker era puntual. Esperaba eso de los que trabajaban para él. Eso y absoluta lealtad incondicional. El timbre sonó y un momento después un suave golpe sonó en la puerta de su estudio.
- Adelante
La puerta se abrió y su ayudante personal Derek Sullivan, una rubia delgada en pantalones de color caqui y una camisa a rayas almidonada dijo -El sr. Hooker está aquí, señor
- Bien. Hágalo entrar
Un hombre de mediana edad corpulento con un bigote grueso marrón moteado de gris entró. Sus botas de nieve dejaron manchas de barro en los amplios pisos de madera de pino. Su rostro ancho y áspero estaba colorado por las temperaturas bajo cero.
- Cierra la puerta, Derek... -dijo Franklin -...y cuida que no nos molesten
- Sí, señor -Derek se retiró y cerró la puerta.
- Hooker -dijo Franklin -¿Qué tienes que informar? -No le ofreció a Hooker un asiento. El hombre era un asesino a sueldo, musculoso. Necesario, pero no formaba parte de su círculo íntimo. Le pagaba bien y eso era todo lo que importaba.
- Tengo un contacto con las conexiones que necesitamos en DC -dijo Hooker -No va a ser barato
- El dinero no es un problema... -dijo Franklin -...pero la discreción lo es
- No tiene que preocuparse por eso. Él no sabe para quién estoy trabajando. No quiere saberlo
- Mucho mejor -Franklin se reclinó en la silla giratoria de cuero y juntó las manos delante de su pecho, estudiando a Hooker con cuidado. Su campaña presidencial estaba ganando fuerza en el núcleo, pero Andrew López tenía un gobierno popular. Tenía que poner dudas sobre la capacidad de López para dirigir al país en tiempos cada vez más difíciles. Necesitaba asegurarse. Este hombre se lo prometió -¿Qué pasa con la obtención del material?
- Él me embaucó -Hooker se encogió de hombros -Tendremos que estar en la cama con la milicia para realizar la adquisición real
Franklin negó con la cabeza -No me gusta exponernos ante los impetuosos y después del fiasco con el complot de Matheson, un montón de ellos van a ser objeto de vigilancia. No puedo permitirme estar vinculado a ellos
- Para eso fue que me contrató...voy a hacer interferencias y asegurarme de que nada golpee su espalda
Hooker sonrió, una lenta, corta y fea sonrisa que provocó una momentánea advertencia en el radar de Franklin. Si Hooker esperaba ponerlo en deuda con él, estaba equivocado. A lo largo de su rápido ascenso al poder en el Senado y en camino a ganar la nominación presidencial, había tenido que llegar a acuerdos y restituir promesas, pero siempre fue cuidadoso de no dar a nadie influencia sobre él. Nunca dejó que nadie excepto Nora Fleming conociera todos sus planes. Nora Fleming era más que su jefa de campaña. Ella era la única persona que compartía su visión, ni su esposa, ni sus hijos, ni su personal. Como líder del Partido Patriota, estaba lanzando su candidatura a la presidencia en una plataforma de restablecer los valores tradicionales americanos de la familia, la moralidad y la religión. Su familia era un elemento esencial de su imagen...pero Nora era su verdadero apoyo.
- Sólo recuerde...negación creíble -dijo Franklin -Necesitamos mucha distancia entre mi campaña y las actividades de estos radicales
- No hay que preocuparse. El hombre en el interior de Eugen Corp...
Franklin levantó la mano -No quiero saber nombres o detalles. Sólo hazlo
- Por supuesto
- Y cuando todo haya terminado, todos los involucrados tienen que desaparecer.
Hooker hizo una mueca como si Franklin hubiese violado alguna regla tácita de lo que podía ser hablado en voz alta. Franklin casi se echó a reír. Como si su seguridad no fuese lo mejor en el mundo. Incluso el santuario de Andrew López no era tan seguro como él pensaba.
- La única manera de asegurar el secreto es asegurarse del silencio -dijo Franklin en voz baja -No me importa cómo lo hagas
- Yo me encargo de él -dijo Hooker finalmente -¿Y los objetivos?
- Quiero que el país sepa que Andrew López no sólo es suave contra el terrorismo y los asuntos exteriores, todo su gobierno es suave. Cuando la gente vea que no puede protegerlos, incluso dentro de nuestras propias fronteras, van a tomar la decisión correcta y lógica en las urnas –Franklin se encogió de hombros -Quiero un foro público, con cobertura de los medios
- Víctimas civiles podría ser contraproducente. Mire lo que pasó en Oklahoma.
- La amenaza por sí sola será suficiente. Y si hay víctimas... -Franklin hizo un gesto con la mano -McVeigh y Nichols eran aficionados. Impetuosos. Esa es exactamente la razón por la que no quiero involucrarme con otro de estos grupos de milicias
- Aún necesita soldados de infantería...más que eso, necesita seguidores que estén dispuestos a sacrificarse por la causa. No tiene otra opción
- Entonces quiero contención absoluta. Sin brechas. Sin fugas. Nada que nos una a ellos o a los acontecimientos
- Entiendo -los ojos de Hooker se volvieron determinantes -No tiene que preocuparse
- Si lo sincronizamos bien... -dijo Franklin -...la posición de López se desplomará antes de que su campaña incluso comience. La oleada de publicidad negativa va a enterrarlo
- Le mantendré informado
- Póngase en contacto conmigo por teléfono cuando tenga algo más para mí. Buenas noches
Hooker se fue y Franklin apagó la luz del escritorio, dejando el salón bajo las sombras. Con los ojos entrecerrados, vio el tenue resplandor de las luces traseras de Hooker regresando por la montaña en la oscuridad. Se vio obligado a asociarse con gente de mal vivir, con el fin de lograr sus objetivos. Eso no le molestaba. El suyo era el camino de la rectitud. Alguien tenía que recuperar el control de la nación, redirigir el curso de América y la restauración de la grandeza y el poder. Alguien tenía que recordar a los americanos el verdadero camino. Andrew López necesitaba ser destituido de su cargo. Su hija, de quien López hacía alarde ante la gente temerosa de Dios, era una pecadora y más aún por su insistencia en impulsar su relación impía ante los rostros de los americanos buenos. Santana López se estaba convirtiendo en un icono nacional y eso también debía terminar. No descansaría hasta que ambos se hubiesen ido.
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- Entonces... -dijo Boo, empujando su plato vacío a un lado y acercando la taza de café -... ¿vienes de una familia de médicos?
Lauren colocó cuidadosamente el tenedor al lado de su plato y tomó café. Habían pasado la mayor parte de la comida hablando de trabajo, las reuniones diarias entre el PPD y el WHMU, coordinación de horarios, el protocolo cuando POTUS viajaba, seguridad y preparación médica para las amenazas potenciales de seguridad...temas seguros. Éste no era tan seguro y estaba algo, sorprendida de que Boo, que había mantenido una distancia profesional toda la noche, traspasara la zona neutral hacia algo personal.
- Lo siento -dijo Boo sin inflexión -¿es un tema delicado?
Lauren negó con la cabeza -No, no lo es. Lo siento. Sólo estaba pensando -esperó hasta que el mesero retirara el servicio de sus lugares -Soy la hija del medio, más o menos, de cuatro y la primera en mi familia en ir a la universidad. Mi padre y mi madre eran obreros. Mi madre en la industria del vestido, mi padre en los muelles. Él murió en un accidente cuando tenía seis años.
- Hey, lo siento. Si esto es...
- No, está bien. Tengo una gran familia. Me crie en la casa de mi abuela en el sur de Filadelfia con mi madre y mis hermanas. Estábamos bastante llenos, pero era... -pensó en los dormitorios compartidos, las disputas por el baño en la mañana, la gran mesa de madera en la cocina soleada con olor a comida casera, mostradores repletos de platos y como todos se empujaban para un lugar en la mesa -Era ruidoso y cálido y lleno de vida -sonrió -Fue grandioso -levantó la vista del expreso. Boo la estaba mirando como si fuese una extraña. Pensó en lo que acababa de revelar y se dio cuenta de que no le importaba. No tenía nada que ocultar.
- ¿Los echas de menos? -dijo Boo suavemente.
- Todos los días -el pecho de Lauren se apretó, tanto por la ternura en los ojos de Boo como por los recuerdos.
Boo tomó un sorbo de café -Está bien... así que no seguiste el molde familiar como yo. ¿Por qué querías ser una doctora?
Lauren rió -¿Sabes?...practiqué esa respuesta un centenar de veces cuando estaba aplicando para la escuela de medicina, sabiendo que me lo preguntarían una y otra vez. Nunca di una buena respuesta. Sólo sabía que quería tocar a la gente. Hacer una diferencia de alguna manera -miró hacia el restaurante vacío. Eran las últimas en una mesa, pero los mesoneros no las habían apresurado y no estaban a la vista ahora. Estaban solas. No había estado a solas con una mujer desde que podía recordar. No tenía citas...ya que sus circunstancias no eran tan fáciles. Podría no estar necesariamente de acuerdo con todas las regulaciones de la armada, pero las seguía. La mayoría de las mujeres con las que podía haber conectado, estaban por debajo de su rango y fuera de sus límites. A veces pensaba que eso podría haber sido una excusa conveniente, pero entonces no importaba. Si estaba engañando a alguien, era sólo a sí misma. Sin daño, sin enredo. Y en esas raras noches en las que estaba agitada y vagamente inquieta, salía a correr hasta que estuviese lo suficientemente cansada para dormir. Lauren se contuvo rápidamente. Esta no era una cita, incluso aunque toda la noche había estado algo fuera de lo común. Boo todavía la estaba mirando ¿Qué le había preguntado Boo? Oh, la pregunta del por qué un médico. Casi le dio una de esas respuestas usuales, pero la intensidad en la mirada de Boo la descarriló -Tal vez pensé que si hacía una diferencia en la vida de otra persona, le daría más significado a la mía
- Entonces suena como si hubieses obtenido tu deseo. Estás a punto de tener un paciente cuyo estado de salud afecta a todo el mundo -Boo se detuvo -¿Eso hace el trabajo más difícil?
- No -dijo Lauren al instante -Si y cuando llegue el momento, él es mi paciente...y espero ese día nunca llegue...voy a estar cuidando de Andrew López, no del presidente
- ¿Su oficina no te intimida?
- No, pero Lucinda Washburn lo hace -dijo Lauren riendo
- A ti y a todos los demás -sonrió Boo.
- ¿Qué hay de ti? dijiste que siempre supiste lo que querías hacer -durante unos segundos, Lauren pensó que Boo no contestaría. A veces el rostro de Boo se cerraba tan rápidamente que era como ver unas persianas cerrándose de golpe contra una ventana en una tormenta. Entonces, la postura de Boo se relajó y sonrió y abrió las persianas una vez más y la luz del sol se filtró a través de ellas
- Bueno, vamos ¿En mi familia? como si hubiese realmente alguna otra cosa que considerar ¿No queremos todos crecer como nuestros héroes?
- Entonces ¿quién era el tuyo?
- Oh, mi padre, no hay duda. Es grande y tempestuoso y sólido y valiente. No llegué a ser grande, pero espero... -incluso en la tenue luz de las velas, su rubor era evidente -...No importa
- ¿Esperas ser tan sólida y valiente?
- Caray, olvida que dije eso ¿quieres?
- Voy a fingir que lo he olvidado, si lo deseas
- Está bien -dijo Boo, dejando escapar su aliento –Cambio de tema
- Muy bien
- Así que... ¿qué pasa con... además de tu madre y tu abuela y tus hermanas? ¿Alguien más...cercano?
- Mi abuela murió en la grandiosa edad de noventa y seis... -dijo Lauren, evaluando a través de la oculta pregunta y decidió que Boo estaba preguntando si estaba soltera o no. Al tratar de formular una respuesta, fue salvada por su teléfono que señalaba un mensaje de texto. A esta hora, tenía que ser importante –Discúlpame -Sacó su teléfono del bolsillo y comprobó el mensaje -Alguien se mantiene hasta altas horas. He sido informada por el oficial de guardia en la Casa que debo reportarme a las cero ochocientas mañana
- WST
- ¿Cómo dices? -Lauren guardó su teléfono en el bolsillo
- Tiempo Estándar Washburn. Lo que significa casi cualquier hora
- Bueno, creo que voy a tener mi última evaluación de seguridad
- Solo formalidad. No estarías aquí si hubiese alguna pregunta -Boo se levantó -Supongo que esa es nuestra señal para empezar a movernos
- Supongo -dijo Lauren, levantándose con una punzada de pesar. Se colocó su abrigo mientras Boo revisaba las facturas y dejaba dinero para cubrir la cuenta sobre la mesa. Por costumbre, Lauren se acercó, levantó el impermeable negro de Boo del gancho al lado de sus botas y lo mantuvo abierto para ella. Boo vaciló, luego se volvió y deslizó sus brazos en el abrigo.
- Gracias -dijo Boo.
- De nada
Boo se volvió, sus ojos se encontraron con los de Lauren. Era demasiado tarde para fingir que sólo estaban cenando y con cualquier otra mujer no lo dudaría. Pero Lauren no era como cualquier otra mujer que hubiese conocido nunca. Debió haber mantenido la boca cerrada, pero las palabras brotaron
- ¿Una bebida antes de dormir?
Lauren miró a la izquierda en la barra, casi vacía ahora, poco antes del cierre. Se sentía descansada de una manera extraña, a pesar de que había estado en movimiento durante las últimas dieciocho horas. Había pasado más tiempo con Boo de lo que había pasado con nadie en meses y ni siquiera se había dado cuenta de que el tiempo había pasado. Tal vez debería tomar esto como una señal. Negó con la cabeza –Me gustaría, pero tengo que levantarme muy temprano por la mañana
Boo sonrió torcidamente. A salvo. Debería tomar esto como una señal -Sí, yo también -comenzó a caminar hacia la puerta -¿Dónde vas a quedarte?
Lauren se inclinó a un lado, abrió la puerta y la sostuvo mientras Boo pasaba a través de ella -El Marriot, atravesando la ciudad
- ¿Un hotel? no deberías estar alojándote en un hotel. O'Shaughnessy tenía un apartamento que venía con el trabajo
Lauren sonrió ante la indignación de Boo a su favor –No debería estar aquí esta noche, pero Lucinda Washburn me quería aquí. Así que aquí estoy
- Bueno, lo que ella quiere es ley
- Lo imagino -Lauren le mantuvo el paso mientras caminaban hacia el T-Bird al final de la cuadra -Usualmente no me entusiasman las órdenes al cien por ciento
Boo rió, abriendo la puerta del conductor y se deslizó adentro mientras Lauren bordeaba por el otro lado y se sentaba en el asiento del pasajero -Vas a tener que acostumbrarte a
Eso
- ¿Las órdenes por texto o la cosa sin previo aviso? –Lauren ajustó su cinturón de seguridad y estiró las piernas debajo del tablero.
Boo puso el coche en marcha y se alejó -Las dos cosas. Cuando ella quiere que se haga algo, quiere decir ahora o hace cinco minutos
- Suena como que es más o menos llamadas de veinticuatro por siete. Es como ser un residente nuevamente
- Y aquí, pensabas que estabas recibiendo este título de fantasía y un trabajo cómodo -Boo bromeó.
Lauren se echó a reír -Estaba esperando por una enorme oficina y mucha fanfarria
- Apuesto que si -Boo la miró -¿Qué estabas esperando realmente?
- ¿La verdad? No tengo ni idea. Hasta hace un día y medio, pensé que mi próximo destino sería otro cargo académico. Todo lo que sé acerca de esto es que voy a llegar a ver el mundo, justo como los reclutadores siempre prometieron
- No te hagas ilusiones -Resopló Boo -Es un año de campaña ¿recuerdas? Vas a ver tantos campos de maíz y escuchar tantos discursos aburridos que vas a desear estar en otro sitio haciendo cualquier otra cosa
- Gracias por el discurso inspirador. No puedo esperar
- Lo siento. He estado en campaña electoral en un año electoral. Prepárate para estar perpetuamente cansada, mal alimentada y probablemente insultada
- Lo tengo. Me imagino que es bastante tenso para ti
- No más que de costumbre -dijo Boo fríamente.
- De acuerdo -Lauren se estaba acostumbrando a la forma en que Boo desviaba cualquier cosa personal. Obviamente, el Servicio Secreto no mostraba debilidad. O tal vez era sólo Boo. Lauren se preguntaba cuál sería el costo para ella por ese escudo de invulnerabilidad y si alguna vez dejaba caer sus defensas.
Boo desaceleró en una intersección, giró a la derecha y miró a Lauren -Es difícil, pero también estimulante ¿sabes? Estar justo allí. Ser parte de algo grande
- Creo que lo entiendo. Estoy acostumbrada a estar detrás de las escenas. Observando
- Eso está a punto de cambiar, Capitana
Lauren miró el perfil de Boo resplandeciente bajo la luz de la luna -Creo que ya lo ha hecho.

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