7mo libro

222 2 0
                                    


Capítulo 13Alrededor de las 10 pm, Dana finalmente vio su oportunidad de hablar con la enigmática y decididamente distante agente llamada Quinn. Santana, Rachel y Emory habían cerrado filas y estaban demostrando que no querían el rollo de la compañía en el área de descanso. Stark permaneció en la puerta, a pesar de que se había sentado en una silla que alguien le había acercado para ella. Wozinski había entregado alimentos y bebidas una hora antes y la mitad de un bocadillo sin tocar permanecía en un plato de papel en el suelo junto a Stark. Quinn estaba mirando por la ventana a través de una abertura estrecha de las persianas. No reconocía la presencia de Dana cuando Dana se acercó a su lado.- No hemos sido presentadas, pero me imagino que sabes quién soy -dijo Dana.- Sí -dijo Quinn.- ¿Tiene una actualización sobre el incidente que ha detenido a la directora adjunta?- Sin comentarios- ¿Cuánto tiempo cree que pasará antes de que este país reorganice su estructura de seguridad lo suficiente como para luchar eficazmente contra el terrorismo?- Sin comentarios- Crear la Oficina de Seguridad Nacional luce mucho como una maniobra política para apaciguar el temor del público, mientras justifica la vigilancia de los ciudadanos estadounidenses en territorio nacionalQuinn seguía mirando a la calle como si Dana no estuviese allí.- ¿Cuánto tiempo ha estado involucrada íntimamente con la mejor amiga de Santana López? -Dana intentó otra táctica.Quinn volvió la mirada helada hacia Dana -Puedo hacer que la saquen de la habitación y le nieguen permanentemente el acceso a Santana López en menos de un segundo ¿Qué tanto quiere completar su tarea?- Está bien -dijo Dana lentamente, sosteniendo la mirada de Quinn -He estado diciendo esto muchas veces esta noche, pero extraoficialmente ¿cuánto tiempo cree que pasará antes que oigamos algo?- No lo sé -Quinn volvió su atención de nuevo a la calle -La Casa Blanca tiene un departamento de prensa que se encargará del tipo de preguntas que está haciendoDana se echó a reír -Y también creo en el hada de los dientesUna sonrisa apareció en la esquina de la boca de Quinn -Sólo he permitido que permanezca aquí tanto tiempo porque esta mañana la directora adjunta aclaró que tendría acceso sin restricciones. Si fuera por mí, no estaría aquí- ¿Así que está a cargo cuando ella no está disponible?- Sin comentarios- ¿Me puede dar su cargo oficial?Silencio.- ¿Qué tal un apellido?Silencio.Está bien, sin preguntas. Yo hablaré -Dana se frotó la parte posterior de su cuello, calculando cuantos disparos tendría antes de sacarle algo a la Esfinge -Así es como veo las cosas. Hay dos equipos de trabajo de base, en algún lugar de este edificio está el equipo del servicio secreto que resguarda a la primera hija y en el otro hay una especie de equipo especial separado de la OHS. La directora adjunta encabeza aquí el equipo de la OHS, usted es uno de ellos, probablemente, la segunda al mando. Hay una especie de cruce entre los dos equipos, ya que Stark está siguiendo ahora su liderazgo, lo que es muy inusual para alguien en su posición -Dana pensó en eso por un minuto. El Servicio Secreto era conocido por no compartir la responsabilidad de sus protegidos. Por lo general, se enlazaban con el personal de prensa de la Casa Blanca durante la planificación anticipada para eventos públicos, pero el Servicio Secreto hacía todas las llamadas de seguridad. Y sin embargo, Stark fácilmente delegó en Quinn ¿Por qué? -Stark la conoce. Ella confía en usted. Si no lo hiciera, estaría peleando cada paso del camino ¿Cómo lo estoy haciendo hasta ahora?- Sin comentarios- Voy a imprimir lo que sé si no tengo otra cosaQuinn la ignoró, aun luciendo imperturbable.Dana introdujo las manos dentro de los bolsillos y se balanceó hacia adelante y atrás, calculando los ángulos -Hay solamente una razón por la que la OHS y el equipo de seguridad de Santana estén tan entrelazados. Apuesto que algunos de los del equipo especial de la OHS aquí, solían ser del servicio secreto -su frecuencia cardíaca se disparó cuando las piezas se unieron en su mente. Cuando eso pasaba, era siempre una ráfaga, casi tan estimulante como la adrenalina elevada por el peligro o la satisfacción orgásmica de un buen sexo -Jesucristo. Santana López es el foco de los dos equipos, porque alguien piensa que los terroristas están detrás de ellaQuinn suspiró como si estuviera decepcionada -Los escritores tienen una imaginación activa- O tal vez ya han tratado ¿Cuándo? ¿Cuándo fue el intento de asesinato? -Dana no podía creer que la Casa Blanca hubiese mantenido esto en secreto. Y ahora comprendía por qué Brittany Pierce la apoyó para estar tan cerca de Santana. Pierce estaba tratando de limitar la visibilidad de Santana porque era un maldito objetivo. Oh, sí, había una buena historia aquí. Una historia caliente. Dana se alejó, sabiendo que no iba a sacar nada más de esta agente, si es que eso era lo que era.Quinn se lo impidió apretando su brazo como una mordaza -Si yo pensara que iba a escribir sobre alguna de sus teorías, tendría que secuestrarla y tendría que restringir todas sus comunicacionesDana no estaba tan sorprendida por la amenaza, pero no había esperado la total ausencia de ira. Quinn sin apellido parecía ser completamente imposible de provocar. Incluso Brittany Pierce había mostrado un poco de fuego cuando Dana le había presionado sobre Santana. Esta mujer Quinn le fascinaba. Y ahora sabía una cosa con certeza. No había ningún otro lugar en el que quisiera estar en el futuro previsible, salvo con Santana López -Supongo que ha pasado mucho tiempo desde que usted ha leído la Declaración de Derechos. ¿Ya sabe, la parte de la libertad de prensa?- No estoy jugando -dijo Quinn firmemente -Su pase de prensa no la protege cuando los asuntos de la seguridad nacional están en riesgo- ¿Y quién decide eso?- Yo lo hago- ¿Quién va a decidir exactamente lo que va a ser oficial, que no sea el menú de la boda?- Creo que eso será decisión de la directora adjunta... -Por un instante, la fachada fría de Quinn cambió y Dana vislumbró algo oscuro y peligroso en sus ojos antes de que Quinn añadiera -...cuando ella regrese*****- ¿Puedo hablar contigo un momento? -Emory tiró de la manga de Dana y la apartó de Quinn, quien de inmediato se volvió hacia la ventana.- Por supuesto -Dana siguió a Emory hacia la barra de desayuno sorprendida de que Emory la hubiese buscado, ya que estaba bastante segura de que hablar con Santana le había confirmado a Emory cuán egoísta e insensible era. Se sentó en uno de los taburetes. Alguien había bajado las luces para que el área estuviese en penumbra, dando la falsa impresión de privacidad.- ¿Pasa algo?- Pensé que debía rescatarte antes de que te metieras en problemas- ¿Preocupada por mí? -dijo Dana suavemente. Por lo general, se irritaba cuando alguien trataba de interferir con su trabajo, pero las pequeñas líneas de expresión entre las cejas oscuras de Emory indicaban verdadera preocupación. Después de ser testigo de las apasionadas interconexiones entre Santana López, sus amigas y aquellos que la protegían, Dana se dio cuenta de lo mucho que quería que alguien cuidara de ella. Alguien que se preguntara acerca de dónde estaba y se preocupara si ella volvía o no a casa. Tal vez eso era un sueño imposible, pero el placer que sintió por la mirada de preocupación en los ojos de Emory no era un sueño. La sensación era real y dulce y quería más de ella -Ha pasado mucho tiempo desde que he tenido una campeonaLos labios de Emory se entreabrieron en agradable sorpresa y cuando se acercó a ella descansó su mano sobre el muslo de Dana -Puedo ver que estás haciendo y no sabes lo que estás haciendoDana sonrió -Para ser una científica, eres muy sutil. Y por el momento, demasiado imprecisa- No bromees. No sabes lo que pasa aquí y si presionas a estas personas... -Emory negó con la cabeza -...simplemente has el trabajo que viniste a hacer. Escribe acerca de la mujer cálida y maravillosa que Santana López es y lo mucho que se preocupa por su país y lo mucho que ama a su padre. Escribe sobre cómo le cuesta ser abierta y honesta acerca de su vida, con el mundo entero mirándola y una buena parte criticándola. Escribe sobre el hermoso amor entre Santana López y Brittany Pierce- No puedo simplemente escribir sobre las cosas que son bonitas... -dijo Dana -...o fáciles. O lo que la gente quiere escuchar- La vida de Santana no es fácil -resopló Emory -Créeme, hay una gran cantidad de personas que no quieren oír hablar de Santana y Britt- Ya lo sé. Y escribiré sobre su matrimonio. Pero ¿y qué pasa acerca de lo que está pasando? ¿Qué pasa acerca del peligro? ¿Quién está detrás de ella, Emory?- No. Por favor, no vayas allíLa voz de Emory era baja y casi torturada y Dana tuvo esta repentina necesidad de borrar su dolor. Cubrió la mano de Emory que reposaba sobre su pierna -Lo sabes ¿no es así? ¿Sabes lo que realmente está pasando aquí? -Dana comenzó a ordenar mentalmente lo que sabía de Emory y las cosas que había leído acerca de la primera hija. Santana y Rachel Berry habían sido amigas desde que eran adolescentes. Nunca había habido ninguna mención de Emory hasta ese breve avance de noticia sobre las dos en una recaudación de fondos a principios del mes anterior. Pero por lo que Dana podía ver ahora, algo había unido a Emory, Santana y Rachel de una manera poderosa. Que más había, Emory sabía mucho de los jugadores dentro de la habitación. Quinn había reconocido a Emory en el instante que había salido del ascensor -Algo pasó el mes pasado y estuviste allí ¿no es así? ¿Cuándo fue? ¿En Boston? ¿Hubo un atentado contra Santana? -Dana tuvo otro pensamiento y su estómago se encogió -¿Contra ti?- Siempre he sido una persona privada... -dijo Emory como si estuviera hablando consigo misma -...pero nunca he tenido tantos secretos en mi vida -sacó la mano de debajo de la de Dana y se levantó -Me gustaría que no fueses tan buena en lo que haces- Emory -dijo Dana con urgencia cuando Emory dio la vuelta, pero Emory no miró hacia atrás. Su repentina partida dejó a Dana con una sensación de vacío y soledad indecible. Por primera vez en su vida, deseaba que la historia no siempre fuese lo primero.*****- Hey -dijo Santana, en cuclillas junto a la silla de Paula -Debes tratar de comer un poco de ese sándwich. Has estado en servicio durante todo el día y podría ser una larga noche- Está bien. No tengo hambrePaula nunca había aprendido la capacidad irritante de Britt para ocultar su dolor, pero Santana no creía que Paula era menos buena en su trabajo a causa de eso. Paula haría lo que tenía que hacer, incluso mientras se desangraba hasta la muerte en su interior. Estaba sangrando ahora y Santana sentía dolor por ella. Comprendía de primera mano lo difícil que era silenciar todas esas pequeñas voces que no paraban de gritar que iba a perder lo que más le importaba. Pero ella luchaba por silenciar esos demonios y seguiría luchando sin importar que -Tan pronto como esto termine, quiero salir de aquí. Mañana, vámonos a Colorado- ¿Mañana?- O el Domingo. Eso sólo moverá las cosas un par de días. Nos íbamos el lunes, de todos modos- Tendré que clarificarlo con la comandanteEl corazón de Santana se enterneció por la seguridad automática de Paula de que Britt estaría de vuelta -¿Por qué? Tú eres mi jefa de seguridad. Todo está preparado allá ¿no es así? Sam y Ellen han adelantado todo el trabajo- Es probable que tengan algunas simulaciones que revisar con la policía local y los equipos médicos de evacuación, pero hemos estado a plena disposición desde mediados de semana- Eso ¿ves? -Santana agarró el brazo de Paula -Hemos estado planeando esto durante más de un mes. Ahora más que nunca, Britt y Renee también, tendrá que descansar. No me importa lo que digan. No me importa quién necesite ser perseguido, quien tiene que ser capturado, quien debe ser castigado. Durante unos días, ellas necesitan recuperarse... -se acercó más -...o Paula, la próxima vez alguien va a salir herido- ¿La próxima vez? -Paula susurró. Su mirada recorrió la habitación mientras comprobaba y se aseguraba de que nadie podía oírlas.- Renée apenas terminó la rehabilitación antes de ir en esta misión. Se suponía que iba a ser un viaje fácil. Si ha habido problemas... -su voz se quebró y apretó el puño, los músculos de su brazo se endurecieron bajo la mano de Santana.- Renée va a estar bien. Bajo ningún concepto Britt la hubiese llevado con ella, si no creyera que Renée podía hacer lo que había que hacer -le dio una sacudida al brazo de Paula -Además, Renée puede ser terca, pero es una profesional. Nunca hubiese regresado de nuevo al servicio activo si no creyera que estaba listaPaula sonrió -La idea de Renee de ser apta para el servicio es un poco diferente a la mía- Oh, tonterías -exclamó Santana. Individualmente, cada una de ellas sentía que eran indestructibles, pero vivían con el temor de que los que amaban no lo fueran -Si no recuerdo mal, tú eres la única que no quería renunciar a su turno, aun cuando tenía un agujero de bala en el hombroStark frunció el ceño -Eso es diferente- Cierto. Siempre es diferente cuando eres tú -Santana se alegró de ver que algo del dolor en los ojos de Paula había disminuido -Entonces, ¿qué dices? ¿Colorado? ¿Golpearemos las pistas y dejamos todo esto atrás?- Tan pronto como tenga permiso y usted sabe de dónde viene. Hasta que la comandante tenga controlado... -Paula hizo una pausa y miró al otro lado de la habitación hacia Dana Barnett, quien las estudiaba intensamente -...su seguridad es una operación conjunta, por el momento, pero presionare para que nos vayamos. Tiene razón, ellas lo necesitan -respiró hondo y soltó el aire lentamente -Todos lo necesitamos*****Britt y Savard esperaron hasta que los hombres heridos fueron retirados del helicóptero y trasladados a una ambulancia, luego salieron, manteniendo la cabeza baja mientras los rotores giraban por encima. Habían aterrizado en un pequeño aparcamiento detrás de un edificio oscurecido, en la Base Aérea Langley. Fuera del círculo de luz emitido por los faros del helicóptero, Britt vio dos figuras, pero no podía distinguir sus rostros.- A mi lado -dijo Britt a Savard. Se acercaron a su comité de recepción tocándose de hombros. Britt mantuvo el agarre sobre su pistola enfundada como lo hacía Savard hasta que reconoció a Lucinda Washburn y Averill Jensen, el asesor de seguridad del presidente -Despejado- ¿A quién esperabas? -preguntó Lucinda.- En este momento, no estoy muy segura -dijo Britt.- ¿Necesitan atención medica?- Savard -dijo Britt.- No, yo no... -espetó Savard. Miró a Britt -...señoraLucinda, vestida con tacones bajos, una falda y una chaqueta oscura y una blusa de seda, parecía que apenas había salido de su oficina en lugar de un helicóptero que probablemente había tomado para llegar desde Washington a Langley, después de la señal de Britt.- ¿Está segura? Porque va a tomar la mayor parte de la noche el interrogatorioBritt miró a Savard -¿Hay algo malo en ti que un galón de café no pueda curar?- Estoy bien, comandante- Estamos listas para irnos... -dijo Britt a Lucinda -...después de hacer una llamada telefónica. Y necesitamos ducharnos -estaban cubiertas de ceniza y humo.- Las duchas podemos proporcionarlas... -dijo el asesor de seguridad del presidentes -...pero no creo que una llamada sea aconsejable hasta que tengamos una mejor idea de lo que pasó exactamente- No estaba haciendo una petición -mientras Britt se dirigía hacia el edificio con Savard a su lado, sacó su teléfono celular.*****Matheson puso su libro a un lado y tomó su teléfono celular, sorprendido por la inesperada llamada. Sólo muy pocas personas tenían este número y cambiaban los teléfonos cada cierto tiempo. Su sorpresa se volvió preocupación al no reconocer el número de la persona que llamaba. Contempló no responder durante unos segundos y a continuación decidió, que una breve respuesta sería segura. Si sentía problemas podría colgar antes de que alguien tuviera la oportunidad de rastrear su ubicación.- ¿Hola?- Hola, mi buen amigo. Creo que tenemos algunos asuntos que discutir ¿no? -dijo un hombre con fuerte acento pero en perfecto Inglés.- Siempre estoy dispuesto a ayudar a un amigo, aunque no recuerdo ningún otro autobús- Los recientes acontecimientos han alterado nuestra forma de pensar acerca del valor de ciertos elementos. Tal vez podemos elegir el momento y lugar de deliberarMatheson miró su reloj. Todavía un poco más de tiempo -Por supuesto, por supuesto. Tendré a mi segundo contactándote con los detalles- Gracias, mi amigo -Se produjo una pausa -No te demoresLa persona que llama desconectó y Matheson consideró su alianza con los hombres que en otras circunstancias se considerarían enemigos. Los enemigos de su enemigo se habían convertido en sus amigos. Dios trabajaba de maneras misteriosas.

HonorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora