Capitulo 77: El despacho

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Maratón 3/5

Entre por detrás de mi padre al gran cuarto, el cual el llamaba despacho. Estaba construido como si fuera en gran lugar de descanso de un gran patrón en el campo, con rusticas estructuras de maderas y enormes muebles barnizados que contenían grandes archivos de su tarea como bancario. Me mantuve callada, mientras el se encargaba de encender las lamparas del oscuro lugar, y me senté en una de las dos sillas frente al escritorio esperando que mi padre comenzara a hablar. Lo oí localizarse en su despampanante silla de cuero pero no escuche palabra, entonces espere unos segundos para levantar la vista.

El me observaba, si se pudiera medir esta seria la vez con mas desprecio que me miraría en toda mi vida. Me impedí temblar ante sus ojos y le sostuve la mirada.

-Pensé que después de todo lo que te di en esta vida, no seguirías arruinando todo - lo mire inexpresiva, como siempre que el comenzaba sus largos discursos - todo lo que viene de ti o se relaciona contigo es malo, destructivo y...ENCIMA ME MIRAS ASÍ - pareció perder los estribos de un momento para otro y alzo sus manos al techo como pidiendo paciencia. Algo que nunca me había brindado.

Sus ojos volvieron hacia mi prendidos fuegos, irradiando odio y me demandaron que hable.

-¿Que he hecho? - pregunte con cansancio.

Ya era demasiado tarde para asustarme con sus sobresaltos o sus demandantes pedidos al cielo. Ya era demasiado tarde para esperar algo mas que odio de el a mi.

Oprimió su mano en un puño y la soltó con pesadez sobre el escritorio de madera refinada, el cual vibro con el golpe. Inconscientemente me eche hacia atrás.

-Ha vuelto - soltó con una mano sobre su rostro.

No hizo falta ninguna especificación para saber de quien estaba hablando. Su tono de voz lo decía todo. De súbito la sangre se me congelo y no supe que decir ni como reaccionar. Algo que no esperaba en toda mi vida llego y, como todo lo que llega de manera sorpresa, no estaba lista.

Odio las sorpresas. Me recordaría muchos años después.

Lo sentí suspirar con fuerza y levanto su mirada de vuelta hacia mi. Mis ojos se movieron rápidamente y llegaron a cruzarse con los suyos en segundos. No podía decir nada.

-Ella dijo que se comunico contigo, que has estado buscando el contacto con ella - trate de explicarle que eso era una mentira, que nunca había deseado volver a verla pero el no me lo permitió. En cambio se levanto y rodeo el escritorio con un par de zancadas.

Levante la mirada hacia la enorme magnitud que era su cuerpo cerniendo sobre el mio y antes de que llegara a reaccionar su mano impacto sobre mi rostro. Fue un acto rápido y seco, que no duro mas que una milésima de segundo pero me lastimo mas de lo que me habría lastimado en toda mi vida.

El golpe me había arrojado al suelo y el se había encargado de patear la silla al mismo tiempo haciendo que esta rebotara y golpeara mis estomago antes de que cayera.

-Pequeño pedazo de mierda - susurro agachándose para levantarme del suelo.

Su tacto fue bruto y me levanto para sacudirme frente a el, sus ojos no parecían humanos y en su rostro se veía toda la frustración que había sabido mantener bajo control todos estos años.

-Yo...- trate de hablar pero su mano impacto en mi otra mejilla.

Su mano izquierda en la que siempre solía tener su macizo anillo de oro, con el cual sellaba todas sus cartas o contratos, se encargo de propinar un dolor que se expandió por todo mi rostro al centro de mi corazón. Esta golpeo otra vez y al instante sentí mi labio arder y el sabor metálico de la sangre entre mis labios.

La "Puta" Personal de One DirectionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora