La "Puta" Personal de One Direction

Capitulo 104: Cartas de amor al pasado

Me dije a mi misma que no podía seguir llorando así. Con toda la fuerza que logre reunir había caminado hacia el baño con todo mi pequeño botiquín de maquillaje y cuarenta minutos después hacia salido de allí bastante renovada. Mis ojos no parecían tan hinchados gracias al grueso delineado y al conjunto de sombras oscuras que había utilizado para darle profundidad, mi nariz no estaba tan roja por la cantidad de base y contorno que le había echo para que parezca de su tamaño natural y no lo inflamada que estaba. Mi color de piel parecía mucho más vivo y las lágrimas ya no caían. También me había cambiado de ropa, un conjunto simple pero me sentía mucho mejor... Me sentía un poco más yo, aunque algo me faltaba.
Cuando abrí la puerta del baño me encontré con el puño de Niall frente a mi cara, él se echó hacia atrás.

-Lo siento, iba a avisarte que ya debemos irnos - asentí y trate de sonreír con todas mis fuerzas pero salió más como una mueca, de la cual me sentí apenada por la reacción de El.

Suspiró  y luego de negar me atrajo hacia sus brazos, aunque interpuse mi mano para no arruinar el maquillaje que me había causado horas crear, la mascara que me mantenía alejada de los chismes del exterior, el me apretujo contra su pecho y me besó el cabello.

-deja que pase el tiempo...todos lo necesitamos - asentí y sorbí mi nariz lo suficientemente rápido para luego alejarme.

-tenemos que ir - el asintió entendiendo que quería dejar el tema de lado y me siguió de atrás hacia el comedor.

Zayn se acercó hacia mi rápidamente y se quedó a una distancia bastante reducida,como si quisiera decirme algo y se hubiera adelantado solo para que nadie pudiera decírmelo antes pero cuando estaba por decirlo eso se hubiera esfumado de su cabeza.

-yo...yo no tengo palabras para decir por lo que hizo ese odiota - se encogió de hombros. Pero no me hacían falta sus palabras, sus ojos me decían lo dolido y culpable se sentía aunque el no había tenido nada que ver. Apreté sus antebrazos antes de dejar que el envolviera mi cintura.
Luna llego de atrás nuestro, cuando por un segundo había olvidado su presencia, me sentía tensa de tenerla cerca y todo eso era porque sabía que de alguna u otra forma le debía una explicación. Me detuve a mirarla con su hermoso conjunto deportivo de Nike y negué, no estaba lista para explicarle nada aún.  Como si hubiera hablado en voz alta, estiró su mano hacia mí esperando por la mía y cuando estuvieron juntas las apretó. Ella no iba a presionarme.
Cuando Louis abrió la puerta del departamento para avisar que debíamos partir, se soltó de mí y se movió para cargar a Galo dormido entre brazos.

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Todos mis músculos y articulaciones me dolían, ya que no había sido ni un buen viaje ni un trayecto tranquilo, pero esa no era la razón por la cual mi mano temblaba tanto que no podía encajar en la cerradura.
Las razones, porque más bien eran muchas, eran otras. La principal había sido la cantidad incontable de periodistas que habían llegado a nosotros apenas pisamos fuera del departamento, todos desesperados por tener una nota sin importarle si nos lastimaban o no siquiera si eran groseros o no; luego el trayecto hacia el aeropuerto siendo perseguidos por automóviles y más reporteros en motocicletas había sido traumático. Sus gritos y preguntas no salían de mi cabeza y mientras el viaje larguísimo había sido lo suficientemente silencioso , el silencio que había solo producía aún más ruido en mi cabeza. Las ideas no dejaban de dar paso libre a más histeria y los recuerdos me hacían erizar el cabello. Me había encerrado dos veces en el baño del avión solo para llorar y tratar de calmar ataques de pánico que sentía fluir a travez de mi. Solo de pensar todo lo que estaba por venir...

Harry maldito seas, ¿por qué?

Una mano mucho más fuerte, grande y tosca que la mía se apoderó de mi muñeca, ayudándome a controlar el temblor. En conjunto con Liam logramos abrir la puerta de entrada.
Todo estaba como lo recordaba de la última vez y el aroma a miel y frutos rojos que mamá utilizaba como aromatizador estaba más fuerte que nunca debido al encierro.