Extra: recuerdos II

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Querido Diario:
                              Estoy asustada, mamá y papá comenzaron a pelear hace unas horas y así se mantuvieron por mucho tiempo. Me desperté y lo único que atine es a abrazarme a mí misma solo deseando que los gritos acabarán de una vez.
No fue así hasta que la puerta principal cerrándose resonó por toda la casa, que me armé de valentía y decidí calzarme mis pantuflas para buscar por alguien. Mamá está allí, en el medio de la sala de estar, llorando. Me acerqué a ella tratando de abrazarla cuando me alejo de la forma más triste; como si fuera alguna peste se alejó de mí. Grito reiteradas veces que me quería lejos y que era mi culpa.
Tengo miedo.
Yo no hice nada, lo prometo. Me he quedado la mayor parte del tiempo que estoy en casa encerrada dentro de estas cuatro paredes que en este instante son testigos de nuestra conversación (si es que puedo llamarla así) desde hace semanas. Las charlas con papá siguen siendo mínimas y reducidas. Nunca trato de decir mucho ni hablar demasiado alto, se que lo irritó.
Diario, escucho pasos...

            ---📌---

Mamá interrumpió mi ultima escritura, lo hizo justo antes de la cena, ayer por la noche. Pensé que estaba enojada, peno no pareció así. Entro y me abrazo, con fuerza. Sus uñas clavándose a los costados de mis carnosos brazos y inyectándome un poco de dolor. No me siento muy cómoda, pero creo que es así como abrazan todas las madres. Me pregunto si quería jugar y al asentir comenzó a desenredar mi pelo. Jugaríamos a las muñecas.
Luego de un rato me encontraba mirándome al espejo, mamá de atrás con una sonrisa observándome, tenía puesto un vestido largo de colores algo apagados y con pequeñas flores en puntillas. Mi pelo estaba trenzado firmemente y tenía un tipo de sujetador que se entendía a lo largo de mi cabeza. Mis zapatos tenían un poco de plataforma y eran muuuuy incómodos, me hacían caminar como robot. Y mamá protestó cuando me vio moverme así. Negó mientras me acomodaba un mechón que se había salido de lugar y me hizo mirar mi imagen.

Dijo algunas palabras que no entendí sobre marcas importantes o combinaciones de estilos de años que no recuerdo, hasta que soltó con gracia que "tal vez algún día, con mucha ayuda, termines siendo parte de las niñas más bellas".
Sonrío acordándome, porque creo en mamá. Tal vez algún día sea linda.
Tal vez este la posibilidad que mis para nada llamativos ojos, como ella suele llamarlos, cambien de color. O que el color de mi pelo sea más claro como el de ella. O también, aprenda a caminar sin tropezarme cada tres pasos. Mamá dice que soy muy torpe para tener ocho años.
Aunque en verdad este tema me parece muy superficial ( como he escuchado en la tele); hay algo que me importa más. Papá no ha vuelto desde ayer, y algo me dice que no lo hará durante un tiempo.
A mamá no parece importarle, hace rato la escuche planear una reunión con sus amigas del club campestre para esta noche.
No sé qué más contar, porque no tengo mucho en mente además de esos temas. Puede ser por el dolor que me provocan los clips que sujetan mi peinado o la comezón de la pollera que tengo, pero no puedo pensar en más.

Con cariño. Tu fiel amiga.

La "Puta" Personal de One DirectionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora