SENTIMIENTOS.

Capitulo 36.

Estaban los dos besandose, tranquilos. Sin que nadie los interrumpa. Solos en el cuarto de Nicolás. Ella sentada arriba de él, mientras rodeaba el cuello de él con sus delicados y finos brazos. Él, la sujetaba de la cintura. Sintieron como tocaron la puerta del cuarto " Ocupado" respondió Nicolás mientras seguía besando a su novia. Al segundo se abrió la puerta, pero no le prestaron atención y siguieron en su mundo. " Qué hacelga?" dijo un pequeño castaño medio pelilargo, al entrar a la habitación. Observó como ninguno de los dos le prestaba la más mínima atención. " Apa, veo que estás comiendo lindo, eh? Pancho te decían a vos..." continuó diciendo, y ellos seguían y seguían con el beso. " Mateo, andate. Estoy ocupado" le respondió su hermano mayor entre besos. 

Ma: Si, veo que estás ocupado. 
Nic: (separandose de Euge) Porqué mejor no vas a lo de Cris, y nos dejas a los grandes con asuntos de grande, si?
Eu: Hay pero no lo trates así...es un amor
Ma: No ves? Seguí los pasos de la rubia, y se un buen hermano mayor
Eu: (abrazándo a Mateo) Veni Monito, quedate con nosotros
Nic: Qué?! Eugenia que dijiste?!
Ma: Que me quedo con ustedes pancho
Nic: No, no y NO! El único momento que tengo para estar con mi novia a solas, viene y lo arruina este orangután! 
Ma: Apa! Asi que alfinal te pusiste las piletas, y están de novios? Mirá vos che...pensé que eras pancho, pero me confundí... 
Nic: No ves como es, y vos lo querés dejar acá! 
Eu: Basta Nicolás, comportate. (a Mateo) Querés ver una peli?
Ma: Siiii!

Nicolás bufó, y prendió el televisor, mientras que su hermano se sentaba arriba de Eugenia, y ella le acariciaba su pelo. 

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Se tiró en su cama. Estaba feliz. No solo por el hecho de que ella lo haya besado, si no por todo lo transcurrido en ese día. No podía ser más perfecta. Ya la extrañaba, quería que ya sea la hora de ir a lo de Nicolás y verla. No paraba de sonreír al recordar cada momento que pasó con ella. Se reía solo. Estaba contento, alegre, de un excelente humor. Pero toda su felicidad fue tirada a la basura cuando vio a alguien entrar sorpresivamente a su habitación y tirarse arriba suyo. 

Cr: (eufórico) Contame! Contame! Contame toditoo! Qué pasó? La besaste? Se pusieron de novioos?

Y si. No todo podía ser tan perfecto. Alguien llamado Cristóbal, tendría que arruinar su felicidad. 

Pe: (tomándose su cara, con sus manos) Porqué siempre tenés que venir a arruinarme mi paz y mi felicidad?! Porque?! Qué hice yo de malo, para tenerte como hermano?!
Cr: (encaprichado) Dale, dale! Contamee!
Pe: SALI YA DE ARRIBA MIO! SI QUERÉS SEGUIR SIENDO CRISTÓBAL LANZANI!
Cr: (saliendo de arriba de él, sentandose al lado) Dale! Pero contame, la besaste?
Pe: No te interesa eso a vos.. 
Cr: (burlón) Entonces la besaste! La besaste! La besaste!
Pe: NO! Y salí YA de acá!
Cr: Ah! Pero sos un ca+gón de primera! Cómo que no la besaste?! Se me cayó un ídolo... 

Sí. Cristóbal sabía perfectamente los puntos débiles de su hermano. Sabía qué le hacía enojar y sabía como sacarle información. Tratarlo de cobarde, era lo peor que le podía decir. Y si sus planes fallaban, siempre optaba por un plan B. 

Pe: Pero qué decís? Yo no soy ningún ca+gón!
Cr: No parece...si no la hubieras besado... 
Pe: Si no salís exactamente en 5 segundos, pobre de tus autitos... 

El plan no estaba resultando. Hoy Pedro parecía no largar absolutamente nada. Su hermano sabía perfectamente como amenazarlo. Sabía sus puntos débiles, y los autitos eran uno. Si él no se lo decía, buscaría una forma más sencilla. Lo que no sabía Pedro, es que su hermano de ocho años, tenía sus contactos.