"Listo. Acá estoy. ¿Para qué me llamaron?" anunció provocando que ellos dos se asustaran un poco al aparecer justo detrás de ellos. No sabía qué era lo que lo había convencido para venir acá. Podía estar aprovechando este magnífico sábado a la tarde, jugando algún deporte o estando con Candela. Encima no entendía porque lo habían llamado a él, si ambos lo odiaban. Todo lo hacía por Pedro, porque sabía que todo esto se trataba de él. Le dijeron que se siente en el pasto de esa plaza a la cual lo habían citado, ellos hicieron lo mismo. La situación era incómoda y ya se quería volver a su casa. Notó como Nicolás codeó a Gastón, seguramente para que sea el pelicorto quién empiece a hablar.
Ga: Emm...bueno.. Agustín.. eem.. nosotros queríamos pedirte un favor..
Nic: Bueno una ayudita en verdad..
Ag: ¿Qué quieren?
Ga: Queremos que nos ayudes con Peter
Nic: Nosotros nos equivocamos feo con Peter y ahora queremos remarla
Ga: Sí, estamos realmente arrepentidos y queremos que él nos perdone..Había adivinado bien. Se trataba de su amigo. Los escuchaba hablar atentamente y notaba el tono nervioso con el cual hablaban.
Ag: Pero, ¿para qué me necesitan a mi?
Nic: Porque a Cande no le podemos pedir..
Ag: ¿Por qué no?
Nic: Y viste como es Cande.. es mujer y bueno no entiende estas cosas...
Ag: Más respeto con Cande, eh?
Ga: Lo que este nabo quiere decir es que vos nos podes ayudar más con Peter..
Ag: Pero ¿con qué quieren que los ayude?
Nic: Entonces, ¿aceptas?
Ag: Sí, obvio. Si se trata de Peter, sí.Los tres sonrieron ampliamente. Sabía que lo que más necesitaba Peter es estar con sus mejores amigos de vuelta, y por más que se haga el duro con ellos, sabría que por dentro Pedro se estaba muriendo por perdonarlos. Aunque la tenga a Candela y a él, sabía que no se comparaba con lo que esos dos amigos de la infancia significaban para él.
Nic: Buenísimo.. mirá nosotros habíamos pensado en...
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Se despertó distinta. Desayunó distinta. Almorzó distinta. Sonreía a la gente de forma distinta, era esa espontánea, dulce y perfecta sonrisa, que no tenía ninguna pizca de ironía ni falsedad. Abrazaba a cada miembro de su familia de forma distinta, era con afecto, con cariño como si no los hubiese visto por mucho tiempo y los extrañaba. Sus gestos eran distintos, eran los de antes. Su look era distinto, ahora era simple, sin destacar, como en un tiempo lo fue. Hoy el día era distinto, estaba soleado y ya no habían nubes que cubrían el cielo. Su manera de ver el mundo era distinto. La vida a partir de hoy era distinta. Se sentía distinta.
Distinta. Wow. Hace mucho que no se sentía tan bien. Hace mucho que no sentía esa felicidad con solo abrazar a Lleca, su hermano menor, o a sus padres. Distinta. Esta no sería la palabra adecuada, ya que en un tiempo fue así, pero parecía como que si esa parte de la vida la había borrado por completo, ya que era raro volver a sentirse así.
Demasiados cambios en un día, para no sentirse diferente.
Igual aunque sonría y sienta una cosa extraña dentro suyo que la hacía sentirse bien, todavía estaba clavada esa angustia en su pecho. Suspiraba y volvía a suspirar ya que sus pulmones no se saciaban solamente con oxígeno, necesitaban algo más. Su cara seguía un poco demacrada por llorar toda la noche y el maquillaje ayudaba muy poco a ocultarlo bien. A pesar de sentir tantas cosas nuevas se sentía triste y muy culpable, principalmente.
Por eso hoy tenía un propósito y eso era justamente lo que estaba por hacer. Llevaba una bolsa en sus manos y caminaba por las calles de su barrio cerrado con el fin de llegar a su destino. No tenía ni idea si su plan iba a funcionar o no, pero siempre le dijeron que no perdía nada con probar. Si no funcionaría probaría con otra cosa. Le daba un poco de nervios ir, ya que no sabría cuál sería su reacción. Ojalá saliera todo bien. Ojalá...
Llegó. Subió los dos escalones. Tocó timbre. Esperó. Desesperantes nervios. Le abrieron la puerta y la empleada le sonrió ampliamente al reconocerla. Preguntó por ella. La invitó a pasar pero ella insistió que prefería quedarse afuera de la casa mientras la iba a buscar. No tardo mucho en buscarla ya que una furiosa y enojada Candela salió rápidamente de su casa. Sí, era a Candela a la cual Mariana buscaba. La delgada se puso frente a Mariana.
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SENTIMIENTOS.
RomanceNovela laliter. Es una novela que lei hace mucho y me encanto. Aclaro que no la escribo yo, y no se quien es la autora. Si algun dia lee esto hagase presente