Capitulo 91.

663 31 7
                                    


Una raqueta y él. Una pelota y él. Un paredón y él. Gente alrededor y en el centro, él. 
Él con su mente; él sumido en sus pensamientos; él, ella, ellos, todos. Para él, no había mejor remedio para encontrar algo de paz y tranquilidad que ir a pelotear un rato en el parque de su barrio. Era, para él, descargar todo contra una simple pared. Descargar emociones, sentimientos, pensamientos, absolutamente todo. Era liberarse y por momentos dejar de pensar en esas cosas que lo perturban, o reflexionar sobre todo aquello. 
Podía escuchar y ver, como un grupo conformado de tres amigos la pasaban excelente cerca suyo. Suspiró al verlos reírse. No era que le alegraba ver a ese grupo feliz, sino que le agarraba melancolía del pasado. Así solía juntarse y pasar un buen momento con sus amigos. Una extraña sensación quiso que ellos también estuvieran acá junto a él, divirtiéndose, como solían hacerlo siempre. ¿Por qué todo a veces resulta tan difícil? ¿Por qué uno nunca se da cuenta de lo que tiene a su lado y no lo aprovecha? ¿Por qué uno por su orgullo termina perdiendo lo que más quiere? ¿Por qué uno no puede entender que la perfección no existe, y que todos tenemos el derecho a equivocarnos? 

"¿Podemos unirnos?" preguntó una voz que lo dejó absorto y lo hizo despertar de golpe de sus pensamientos. Se dio vuelta, aunque ya reconocía esa voz. Al darse vuelta se encontró con dos sonrisas gigantes, y cuatro ojos espectadores ante su respuesta. No podía creerlo, él cuando pensó que quería que estén acá, no pensó que su deseo se volvería realidad. Miró para abajo y se concentró en su raqueta. Como un idiota se quedó en silencio, sin mirarlos, y despacio se fue alejando de ellos. 
Las dos sonrisas de los dos rubios fueron desdibujandose a medida que él se iba alejando, quedaron estupefactos. Nicolás se adelantó un paso, ya que Juan Pedro se encontraba a solo unos pasos de ellos. 

Nic: Ya no sé que queres que hagamos... 

Se frenó pero continuó estando de espaldas. No supo porque se frenó, solo lo hizo como acto impulsivo. Quizás porque una parte suya quería quedarse acá...

Nic: Te hicimos desde trabajos de historia, hasta estamos acá para que veas que estamos completamente arrepentimos. Te pedimos perdón de mil maneras y vos nada... no sé que queres que hagamos.. decínos porque ya no sabemos.. No aguantamos más que nos ignores así, Peter. 

Era inútil seguir escuchando, dio un paso más, pero la voz de Nicolás lo frenó otra vez. 

Nic: Entiendo que no me quieras perdonar, pero Gas no tiene nada que ver en todo esto. Yo soy el que tiene toda la culpa, yo soy el que me mandé una cag+ada con vos, yo fui el que le creyó a Mariana y no a vos, yo fui el que te pegué, yo fui el que te maltraté. Yo, yo y yo. No estoy poniéndome en víctima ni nada, solo digo las cosas como son, y de verdad que no me molesta que lo perdones a Gas y a mi no, me lo merezco. Yo sé que te lo dije mil veces, pero todavía no creo todo lo que te hice, no sé como pude hacerlo y estoy realmente arrepentido, y me odio a mi mismo, porque yo que soy tu amigo de la infancia, te hice algo así y viene este Agustín, que va y hace todo lo que yo tendría que haber hecho y me da rabia. Me da celos ver como están todo el día juntos, cuando Gas y yo tendríamos que estar en su lugar, me da celos porque vos sos mi mejor amigo y no te tengo por que fui un completo idiota. No entiendo como pude desconfiar de vos... En serio, perdonalo a Gas... él no tiene nada que ver.. 

Estaba harto ya de esta situación, hace tanto que quería dejar las cosas en claro. Por su culpa no iba a dejar que esto continue así y que su amigo Gastón tenga que merecer todo esto por su culpa. Sin más nada para decir, se fue alejando, dejando a Gastón y a Juan Pedro ahí. 

Tenía que superar su orgullo, tenía que superar ese dolor que le habían causado, tenía que superar ya todo esto. Aunque todavía sienta un terrible dolor por los maltratos, desconfianza, golpes, y palabras dichas, tenía que superarlo. Se trataban de Gastón y Nicolás, y además ambos como cualquier otra persona merecían una segunda oportunidad, todo el mundo se equivoca alguna vez. El hecho que los extrañaba tanto, hacia tapar todo el dolor generado, y ya no aguantaba más estar separado de sus mejores amigos. 
Se dio vuelta y lo miró a Gastón que aún seguía allí, con una de esas sonrisas amistosas, el rubio pelicorto también le sonrió, no bastaba una simple sonrisa para decirse tantas cosas. Notó como Nicolás ya no estaba ahí y con la mirada lo buscó. Estaba ya bastante lejos, y dirigió una mirada a Gastón y luego de nuevo a Nicolás. Decidido empezó a correr en la dirección donde se encontraba el pelilargo. 
Cuando ya estaba suficientemente cerca, y al estar el rubio de espaldas, se le ocurrió hacer lo que más bien le hace, un buen tackle. Esto hizo asustar por completo a Nicolás y ambos terminaron tirados en el pasto. 

SENTIMIENTOS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora