Capitulo 42.

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Vic: Y? Te gustó nuestra salida?
Ca: Ay si lover! Me encantó! Thanks por acompañarme al shopping!
Vic: Fue un gusto y fue muy divertído. Además tenía que controlar que te comprabas. 
Ca: Si, te voy a matar! No me dejaste comprar ese pink dress, que era taan lindo!
Vic: Vos viste el escote que tenia? Ni loco te dejaba comprartelo, y mucho menos dejarte que salgas a la calle con tremendo escote!
Ca: Ay sos taaan cute! (besándolo) Te amo tanto gordi
Vic: Yo te amo el triple. Bueno mi amor, me voy para casa... 
Ca: (haciendo puchero) Ya te vas? No te quedás comer?
Vic: No, mi amor. Me encantaría quedarme, pero no quiero dejar a mi vieja mucho tiempo sola en casa, no te enojas?
Ca: Cómo me voy a enojar? Cómo me voy a enojar con el boyfriend más perfecto y tierno y lindo y bueno?
Vic: Te amo flaqui flaqui... 
Ca: Yo también Vic

Se besaron por última vez, despidiendose, y Candela repleta de bolsas de todo tipo, entró a su casa y el se marchó a la suya.

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Dejó los dos platos vacíos de comida en la mesa de luz de él. Ella insistió en prender la luz, pero él no quiso. Era increíble que con solo su presencia y con un par de mimos y besos de ella, le pudiera levantar tanto el ánimo. Pero debía admitir que seguía mal. Su hermano menor, era una de las cosas más importantes que tenía en su vida. Aunque a veces lo trate medio mal, lo amaba. Amaba jugar con él al rugby, amaba dejarlo ganar en la playstation, y amaba hasta estar con él. 
Sentía las dulces caricias de Mariana en su pelo despeinado. Suspiraba angustiado. Si ella no estuviera acá con él, estaría aún más destrozado. La voz dulce y aterciopelada de ella, lo sacó de sus pensamientos. 

La: Qué le pasó a Cris?
Pe: Emm...él tiene asma, y bueno tuvo un ataque de asma (despeinándose) a veces pasa como que se le cierra la garganta, y no puede respirar bien...es por eso que lo internaron... 
La: Pero pasa seguido, ésto?
Pe: Si, por eso trato de estar tranquilo. Pero siempre está la posibilidad de que deje de respirar y... 

Se calló y ella enseguida lo abrazó con mucha ternura. 

La: Vas a ver que todo va estar bien... 
Pe: Ojalá... 
La: Si, vas a ver que si. Vas a ver que mañana Cris ya va estar en tu casa y todo va a salir bien.. 

El silencio reinó. Los dos prefirieron el silencio. Ella prefieró consolarlo en silencio, dándole mimos. Lo veía tan delicado, tan quebrado. Lo veía tan tierno, y tan maduro para su edad. Definitivamente, él si era un hombre. Un hombre con todas las letras. No era como Federico, ni como Matt, ni como tantos otros hombres con los que estuvo. Él la quería, y se lo demostraba cada un segundo. No podía verlo triste, se le partía el alma. Quería mimarlo y protegerlo, como él lo hizo tantas otras veces por ella. Quería agradecerle en cierta forma, todo lo que hizo por ella. Sintió como su respiración se volvió pausada de un momento a otro. Se había dormido entre sus brazos y sus mimos. Hacía frío, así que antes de que se enfermara, prefirió taparlo con las sábanas. Trató de hacerlo delicadamente, así no despertarlo. Pero cuando terminó de taparlo, sintió como él comenzó a abrir los ojos. 

Pe: (dormido) Lali...qué hora es?
La: Es tarde...dormí.. 
Pe: No, te tenés que ir a tu casa.. 
La: No, no te voy a dejar solo. 
Pe: Tenés colegio mañana.. 
La: No me importa, yo me quedo con vos acá. Ahora dormí...

Pedro logro dormirse, ella al lado era lo q el necesitaba, ella hacia que todo el miedo que el sentia por su hermano fuera mas facil de afrontar con ella abrazandolo.

Al otro dia...

"Quiero dormiiiiir..." dijo con voz dormida y manteniendo sus ojos cerrados, al notar como alguien lo sacudía para lograr despertarlo. Supuso que ese alguien era Mariana, pero luego de escuchar cosas insólitas y sin sentido por boca de la morocha totalmente dormida, le dio la impresión que ella no era. Quería seguir durmiendo, no quería despertarse y seguir angustiandose. "Peter no jodas..." dijo ella protestando. Supuso que a ella también la estaban tratando de despertar. "Yo no soyyy..." se defendió él, todavía con los ojos cerrados. 
Los dos, al mismo tiempo, abrieron los ojos para averiguar quién era ese alguien. Observaron a una personita sentada arriba de sus cuerpos. Llevaba su característica sonrisa radiante y de travieso. El cuerpo de Juan Pedro estalló de alegría. Estaba ahí, en su casa, en su cama. Se había recuperado. Los dos jóvenes gritaron su nombre, llenos de felicidad. 
Se sentó en su cama, y Mariana hizo exactamente lo mismo. Extendió sus brazos, para abrazarlo con fuerza, pero terminó pagando, ya que su hermano menor, habia abrazado a Mariana. La abrazó con tanta fuerza que la tiró nuevamente a la cama. Los miraba con mucha ternura, veía como ella lo llenaba de besos, y él a ella. Le gustaba que se lleven bien. 
Pasaban los minutos y el chiquitín no se despegaba de la morocha. Ésta finalmente se separó de Cristóbal. Pedro nuevamente abrió sus brazos en señal de abrazarlo, pero el rubio de ojos celestes no lo recibió. Solamente se limitó a decir que el almuerzo estaba servido, pero lo dijo mirando unicamente a Mariana. Luego, abandonó el cuarto, sin dirigirle la palabra ni la mirada. Su rostro se volvió triste nuevamente, no entendía el porque de esa reacción de su hermano. Acaso no entendía que necesitaba un abrazo de él? Mariana pudo notar como se sentía, y simplemente lo besó. Se levantaron y fueron a almorzar. Bajaron las escaleras de la mano, pero al llegar a la cocina, se soltaron porque Mercedes se encontraba en ella. Le preguntó a ésta última por Cristóbal, y ella le contestó que ya había comido. Al finalizar de comer, la empleada apareció con su torta favorita y la de su hermano. 

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