Capitulo 104.

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No le había hecho mucho gracia contar sus viajes a los interesados de sus compañeros, porque fingía estar contento con sus viajes, cuando en realidad no fue nada así.
La había perdido de vista, la última vez que la vio fue cuando Agustín se fue al baño y la dejó sola. Ella no hizo nada más que mirar al techo, y fue en ese entonces que sus compañeros lo vinieron a distraer. 
Ahora la había encontrado y no le gustaba nada. Repartía empujones bruscos a los babosos, y repetía algunas malas palabras a ellos. Sabía que lo que estaba haciendo estaba mal. No debería estar haciendo este show de celos porque Candela seducía a otros hombres. Tenía que aceptar que Candela ya no era de su pertenencia. 
Pero no podía. Dos meses aguantandose verla, ansiando besarla y abrazarla, y no podía contenerse a sentir todo esto. Además no iba a quedarse cruzado de brazos, cuando no veía a Agustín y los demás seguían aprovechándose de ella. 
Un individuo, que se estaba ganando todo el odio de Victorio, sonreía feliz al estar entre medio de dos hermosas mujeres. Podía llegar a aceptar que otros la miren, pero no que la agarren de la cintura y se quiera aprovechar de ella. 
Fue por eso que con ese remolino de celos en su estómago y esa furia cargada en su puño, se subió a la tarima, y el pobre infeliz sufrió un golpe entre su mejilla y su ojo, que lo obligó a bajarse de la plataforma. 
Y sin importarle ese chico, sin importarle los insoportables gritos de Candela, sin importarle si Agustín estaba viendo la escena, y sin importarle el show que había armado por hacerles caso a sus impulsos, con Candela entre sus brazos, se bajaron de la elevación y se la llevó a otro lado. 

Increíblemente tuvo la habilidad de poder serenarse, respirar hondo y sonreír a la situación. Su novia, Eugenia, nada más estaba bailando en frente de toda una multitud de babosos. Nada por lo que preocuparse. Nada. Se acercó a un chico que le chiflaba aparentemente a su rubia teñida. 

Nic: (con una sonrisa falsa) ¿A quién miras vos?
Patricio: (mirando a Euge) A la rubia de acá, que está buenísima

Volvió a reír para si mismo. Patricio estaba mirando y halagando a su novia. Un divino. Un divino que estaba por morir. 

Nic: (doblándole el brazo dolorosamente) ¡¿A QUIÉN DIJISTE?! 
Patricio: (percatándose que era él) Eh.. Hola Nico.. eem yo miraba ... a.. a... a la rubia, la de al lado.. 
Nic: Ah.. la de al lado.. 

Rocío. Vuelve a sonreírle pero sin soltar su brazo. Su voz sonaba por un lado tranquila, pero por otro lado agresiva. Veía el pánico en la cara de Patricio. 

Nic: (gritándo sacado) ¡LA DE AL LADO ES LA NOVIA DE MI MEJOR AMIGO! 
Pat: No...yo quise decir.. 
Nic: (interrumpiéndolo) Mejor callate

Con un empujón brusco lo suelta y se acerca a la plataforma en donde Eugenia bailaba. Le toca la rodilla para que se dé cuenta de que él estaba ahí, ya que aunque la tarima no era muy alta, no la podía tener frente a frente. Ella al darse cuenta de su existencia abajo suyo, ríe y vuelve a lo suyo sin prestarle atención. 

Nic: ¡EUGENIA! Bajas YA mismo! 

Ella vuelve a reír, pero a él no le hace nada de gracia la situación. 

Eu: (como una nena caprichosa) ¡No te eshcuchoooo! ¡Lero-lero!
Nic: No me hagas subir y que te saque a la fuerza, Eugenia. Mi paciencia se agota rápidamente, y lo sabes. BAJAS YA! 
Eu: ¿Qué? Ah, shorry... No te entiedo, ¡podque no te escuchoooo!
Nic: ¿No vas a bajar? Buenísimo, pero conste que vos te la buscaste.

Con su paciencia agotada, los celos a punto de salirle de sus orejas, y la furia contendida, como pudo la tironeó del brazo sin nada de delicadeza y al lograr que ella quedara de rodillas, fácilmente la agarró y la puso entre sus brazos y así se la llevó. Los demás hombres bufaron al ver que él había arruinado el espectáculo y sino la tuviera a Eugenia insoportablemente tratando de liberarse de sus brazos, tranquilamente no le hubiese importado repartir piñas ya que con Patricio sus puños habían quedado hambrientos. 

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