-¡Llegó la alegría del grupo!- gritó rebalsando de sonrisas y mostrando bien sus gordos cachetes al entrar en la casa de los Lanzani y pasar hacia la habitación donde estaban sus amigos entre riendo y picando algunas ricos dulces. –Hola, mi amor- dijo con voz melosa al haber ya saludado a todos y dirigirse hacia ella, tomarla de la cintura para alcanzar sus labios.
-Hola, Agus- respondió rápidamente, dándole un veloz roce en los labios de él y se separó instantáneamente de los brazos de su novio. La miró algo confundido ¿Agus? ¿Cuándo en la vida le había dicho así?
-Agus agarra lo que quieras, eh- ofreció Juan Pedro al señalarle la abundante comida que por poco rebalsaba de la mesita ratona. Le agradeció y se sentó al lado de Candela.
Tosió al sentir el brazo de Agustín que rodeaba su delgada espalda, atrayéndola más para su lado. Disimuladamente levantó algo la vista para encontrarse con los inexpresivos ojos de Victorio que contemplaba la escena. Un fuerte cosquilleo hizo que nuevamente tenga esa necesidad de separarse de Agustín. No sabía muy bien que le pasaba pero la presencia de él de nuevo y la excesiva muestra de afecto de Agustín la hacían sentir incómoda. Fue por eso que no encontró otro remedio que pararse de donde se encontraba sentada.
-¡Bestu!- dijo encontrando un lugar en la piernas de su mejor amigo y abrazándolo fuerte. -¿Cómo estás? ¿Estás mejor?
-Te dije que no me pasaba nada, tontita. Solamente necesitaba dormir un poco- emitió al refregarse los ojos para despertarse mejor y recordando como Candela lo había despertado tan preocupada pensando que tenía fiebre o algo por el estilo cuando simplemente estaba durmiendo una buena siesta. Después de que ella le regale un tierno beso en su mejilla, la delgada volvió su vista al lado suyo donde estaban las mujeres contándose los rumores de la semana, todas menos ella. No había llegado y que todavía ande con ese profesor trucho le daba rabia. Y hablando de Roma… Se dio vuelta al escuchar tanto griterío a su izquierda (o encima suyo, porque al parecer Candela no pensaba moverse de arriba suyo) y ahí la encontró radiante como siempre. Saludó a todos con la mano usando su peculiar sonrisa ya que las mujeres no permitieron que los salude bien a los hombres, porque la secuestraron de un segundo a otro.
-¡YA nos contas qué pasó!- exclamó Eugenia al tironearla de un brazo y formando de nuevo una rondita al lado de Juan Pedro. Éste se hizo el desinteresado, volviendo su vista a dónde sus amigos hablaban de un tal partido de fútbol, pero por una vez en la vida le interesó de qué hablaban las mujeres, porque claro se trataba de Mariana.
-¿Te trajo hasta acá él?- preguntó enamoradiza Rocío y sintió como Candela también se emocionó ante la pregunta.
-Sí- contestó Mariana y él ahí se interesó más, hablaban de Francisco, era evidente.
-¡Es un diiiivino!- respondieron a coro las tres. Claro Francisco es ahora un ‘divino’ porque la llevo una mísera vez a Mariana, ¿pero que hay de él? Juan Pedro siempre se tomó el trabajo de llevar a cada una a su casa y nunca tuvo una simple recompensa. Agg.
-¡No ves! Yo siempre dije que te tira la re onda, Lali.- opinó Eugenia que provocó que Mariana abriera los ojos como platos.
-No digan estupideces.
-¡Ay please, Lalu! No entiendo como no te das cuenta. ¡O sea te da clases gratis! En my dictionary eso significa que esta desesperado por vos. - la escuchó a hablar a la que tenía sobre su regazo. Já encima de todo ¡le daba clases gratis! ‘Desesperado por ella’,¡¿ la conoció hace solamente unos pocos días y ya andaba desesperado?!
-Encima Fran es un partidazo.- ¿Partidazo? ¿Partido de fútbol? ¿De rugby? Ah no, a él no le gustaba el rugby. Já. Rochi no sabe la sopa que le falta a ese inútil para que llegue a ser un partidazo para Mariana. Ni Juan Pedro es suficiente para alguien como la morocha ¿y lo viene a ser éste profesucho?

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SENTIMIENTOS.
RomanceNovela laliter. Es una novela que lei hace mucho y me encanto. Aclaro que no la escribo yo, y no se quien es la autora. Si algun dia lee esto hagase presente