SENTIMIENTOS.

Capitulo 80.

Su cuerpo apoyándose contra la pared, de una manera elegante y muy sexy. Un vaso con una de esas bebidas alcohólicas, le regalaba estilo a su mano derecha, que movía el vaso formando círculos imaginarios. Su mirada estaba fija en un punto. Miraba con odio y desprecio. Dejó atrás su postura y empezó a caminar hacia allí. Caminaba con arrogancia, mostrando superioridad al pasar. 
Había pensado durante todo este tiempo mientras la miraba, ir y enfrentarla. Se encontraba sola, ya que buscaba una que otra bebida en la barra y su soledad le vino como anillo al dedo. De esta manera sería mucho más fácil encararla, encima sabía que ella era débil y toda una 'santa'- aunque para Mariana no tenía nada de 'santa'-. Igual solamente iba a verificar una cosa si era verdad. Esos rumores le estaban quemando la cabeza, quería aclararlos de una vez por todas, sacarse la duda..pero si llegaran a ser verdad no tenía ni idea que haría luego. 
Se acercó lo suficiente a ella. Y el plan en solo cuestión de segundos le salió perfecto. Todavía cargaba su trago en su mano, y se acerco justo detrás de ella. En ese mismísimo segundo la chica se dio vuelta, y ambas se chocaron 'casualmente', provocando que 'accidentalmente' Mariana volteara su trago encima de ella. 
La joven se miró a sí misma, ya que una sensación fría y de humedad la invadía, y luego al descubrir que la bebida alcohólica se dispersó por su remera, posicionó su mirada a Mariana, con odio y bronca. Mariana puso cara como si lo estuviese lamentando, pero por dentro lo disfrutaba. 

La: (haciéndose la buena) Ay sorry Michi! Te juro que no te vi.. 
Mi: (bajito, irónica) Si claro.. 
La: Ay no, encima en tu remera! Ay mil perdones gordi...(al barman) No tenes algo para que ella se seque? (recibiendo un trapo) Mil gracias! (entregándole el trapo) Tomá gordi, mil perdones.. 

Sonrisa falsa, gestos falsos, amistad falsa, todo falso. Sabía que a Michi no la podía engañar con esa amabilidad repentina de ella, pero aunque lo sepa quería ser tan falsa como sabía que María Paz lo era. Odiaba y odiaba que sea tan 'divina' y que ni siquiera la haya insultado por haberle manchado su remera. Ella y su estú+pida perfección. ¿Acaso no había algo que María Paz hiciera mal? Ni insultarla hacía! Solamente se limitaba a mirarla a Mariana con cierto odio mientras que se secaba, completamente ignorándola. 
Mariana apoya su brazo izquierdo arriba de la barra de una manera cómoda y natural pero manteniendo elegancia, como ella lo es. 

La: Así que estás de novia con Lanzani... 

Le tiró la bomba. Se lo dijo como si no le importase el tema, como una cosa así al pasar. Le carcomían la cabeza esos rumores de si andaban noviando o no. Muchos los habían visto juntos, hasta ella misma, pero nadie podía comprobarlo. Necesitaba escuchar esa respuesta antes de que se volviese loca por completo. La fiesta a su alrededor seguía en este día viernes. 
La cara de María Paz cambió por completo, reflejando sorpresa. No sabía que significaba eso, pero Mariana solamente quería y rogaba por un 'no' como respuesta. 

Mi: Ehh...yo... 

La veía dudar, como si no estuviese segura qué responder. Los segundos que pasaban mataban por dentro a Mariana, pero ella no se mutaba, no quería quedar frente a Michi como una estúpida 'ex' que moría de celos porque aparentemente 'su' chico ya estaba noviando con una idota, diosa y perfecta como lo era María Paz. No quería mostrarse desesperada. 
De golpe la postura de María Paz cambió. Ahora se mostraba segura y decidida, ya no se la veía dudativa de qué contestar o qué decir, ya sabía la respuesta y eso era lo que más temía Mariana. 

Mi: Sí. 

Su cuerpo sufrió una tensión por esa simple afirmación. Su puño se contrajo con todas las fuerzas que poseía. Quería seguir manteniéndose entera, para no quebrarse no solo en lágrimas sino también en pedazos. ¿Por qué era tan morbosa? Quizás porque tenía la esperanza de recibir un 'no' como respuesta.
Tenía ganas de ahorcarla a 'señorita perfección' pero al mismo tiempo se quería ahogar en sus propias lágrimas. Se sentía horrible por dentro. Trató de volver a su postura anterior, a la de una Mariana sin preocupación y sin dolor por lo que había afirmado María Paz.