La noche no podía ser más aburrida. Todavía no podía creer lo garcas que habían sido sus amigos al salir como pollerudos en salida de a parejas con sus respectivas novias. Aunque dentro suyo sabía que algo los envidiaba por tener una novia y ser felices con ellas. A su ‘gran’ noche había que agregarle que se estaba por largar una tremenda tormenta, la cual terminaría por arruinar su noche.
No entendía mucho como había terminado en ese bar, con su fiel amiga María Paz. Sí, la única que se había ofrecido salir con él y acoplarse a su triste noche. Ambos estaban afuera, debido a la enorme cantidad de gente que había dentro. Su espalda estaba apoyada contra la pared, y sus manos llenaban los bolsillos de su pantalón.-Un poco de onda a la noche no le podes poner, ¿no?- preguntó ella conteniendo la risa, pasando su mano por enfrente de su cara, para hacerlo reaccionar, ya que su vista se había quedado fija en el tenebroso cielo. Él suspiró agotado, mirándola. –Yo ya te conté toda mi historia de los días que no nos vimos, ahora es tu turno…
-Nada, que se yo…no hice nada…
-Que poca onda le pones a la vida vos, eh... Che, ¿y con Lali qué onda? ¿Volvieron, no volvieron…?- preguntó interesada y curiosa Ma. Paz.
-No, no volvimos…-respondió él algo distraído, sin ganas ni de hablar de ella, ni de pensar en ese estúpido profesor de Física, ya que ni la noche ayudaba.
-Por ahora…-concluyó ella la frase de Juan Pedro con una sonrisa.-Te juro que no los entiendo, un día están a pleno con el chape, otro día ni se hablan…
-Para, ¿quién te contó eso?- la interrumpió.
-¿Quién va a ser? Cande.- respondió Michi como si fuera obvio -¿Te enteraste la nueva? Nano y Mili están a pleno chapando.-cotilleó María Paz mirando a esos dos amigos suyos, que se hacían los amigos, pero todo el mundo sabía las terribles ganas que ambos se tenían. -Igualitos a vos y a Lali…-opinó ella todavía mirando a esa parejita. - ¿Vos nunca te vas a poner las pilas y pedirle de volver? Se nota que sos hombre, eh…
Juan Pedro rió suave girando su cabeza hacia la derecha y luego la escuchó seguir hablando y hablando pero sus palabras se perdían. Algo al girar su cabeza algo lo distrajo de la charla, y lo hizo llamar la atención. Miró algo confundido la escena, sin todavía descifrar si eran quienes se imaginaba. En verdad ella era sin duda, imposible no reconocerla…pero la pregunta era si ella era ella, y si él era él….¿qué hacía con él?
Empezó a notar como ella se resistía a seguir caminando y como él de la manera más bruta la continuaba arrastrando, y se formaba un forcejeo entre ambos. No le gustaba nada lo que estaba viendo, algo no estaba bien ahí.-¡Soltame!- la escuchó gritar mientras trataba de soltarse. Se quedó duro. Un fuerte enojo brotó por su cuerpo mientras que esa imagen de ella gritando e intentando soltarse se repetía una y otra vez en su mente, provocando que el enojo aumente. Estaba claro que algo ahí no andaba bien. No iba a permitir que alguien la trate así a ella, y mucho menos ese enfermo.
Dejando a María Paz algo confundida, con pasos apresurados y llenos de irritación se acercó a ellos dos.-¡¿No escuchas?! SOLTALA- le ordenó con bronca entre sus dientes y pudo notar como los dos se sorprendieron y detuvieron al escucharlo. Ambos se dieron vuelta sin poder creerlo. Observó como Federico se puso pálido, y soltó automáticamente a Mariana, y de un segundo a otro sintió como la morocha lo abrazó desesperada y con fuerzas, como si estuviera buscando auxilio entre sus brazos. No dudó en rodearla con sus brazos, aunque se quedó sorprendido por su extraña reacción. Pero más sorprendido quedó, al sentirla temblar.
-¡¿Qué le hiciste enfermo?!- escupió lleno de bronca, sin soltar a Mariana. No podía soportar la idea de que él le haya hecho algo, como para hacerla temblar así.
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SENTIMIENTOS.
RomanceNovela laliter. Es una novela que lei hace mucho y me encanto. Aclaro que no la escribo yo, y no se quien es la autora. Si algun dia lee esto hagase presente