Capitulo 21

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En el medio día del domingo, el día era nublado. Las nubes negras se apoderaron de Mar de las Pampas, dejándola en penumbras, ya que eran las culpables de ocultar el Sol, que es el que da brillo a esta pequeña región. Junto a las nubes de color gris oscuro, estaba el frío viento, que envolvía a la gente provocando en ellas un escalofrío interno. Además, con su fuerza arrasadora, levantaba la tierra y la arena, provocando una neblina natural.

En una palabra el día era: Horrible

Rocío se había despertado por culpa del viento que hacía chocar el postigón contra el vidrio de la ventana. Decidió apagar el aire acondicionado, ya que se encontraba tiritando de frío. Al volver a su cama, para volver a tratar de dormir, se atrevió a mirar hacia la cama de al lado, que se encontraba a pocos metros de la de ella, que lo único que los separaba era una mesita de luz colocada entre el medio de las dos camas. Por lo menos sabía que había regresado de su caminata de anoche. No quizo despertarlo, ya que no quería que la volviera a tratar mal. No le gustaba la idea de que él la maltratara, sentía una angustia clavada en su pecho, que era indescriptible. Se veía tan tierno, ahí tirado en su cama, durmiendo. Quería que volviera a ser el de antes. Ese Gastón que la hacía reír y sentir bien. No el de ahora, que lo único que hacía es ignorarla, o gritarle. No entendía el porque de su cambio repentino. 
Había dicho algo, que a él no le gustara? Ella, seguía mirándolo fijamente. Examinando cada parte de su rostro. 

El chico comenzó a abrir los ojos, y al abrirlos se encontró con los dulces ojos de Rocío, que estaban clavados en él. Al verlo despierto, Rocío apartó su vista, avergonzada. Él, por su parte, decidió darle la vuelta, y levantarse para ir al baño, sin dirigirle ninguna palabra. 

Al cabo de unos minutos, los dos salieron y fueron al comedor del hotel para poder desayunar. Al llegar, estaba sus seis amigos diviertiéndose. 

Nic: Era hora che! Ya los estábamos por ir a buscar!
Eu: Llegaron justo. Estábamos a punto de comer.. 
Ro: Comer?
Ca: Si gordi, ya son las dos de la tarde... 

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El día pasaba lentamente, más de lo habitual. Era esos domingos, que lo único que hay para hacer es mirar una buena película, jugar a las cartas, escuchar música o comer un rico helado. No se podía ir al centro, ya que llovería en cualquier momento, y menos que menos ir a la playa con éste viento. El mar se encontraría picante y peligroso.
Cada pareja se encontraba aburrida en su cabaña, excepto una. Una que escuchaba música a un nivel muy alto. Dos personas que bailaban, cantaban y actuaban todas las canciones de sus respectivos ITouch. En síntesis, una pareja que se divertía a más no poder. Derrepente, un "toc-toc" se escuchó por la puerta, y Juan Pedro fue a ver de quién se trataba. 

Ca: Acá hay party y no nos invitaron? Sorry, pero re grasas! 
Pe: (ríe) Dale pasen gente, a nuestra humilde cabaña

La cabaña ya no estaba solamente poblada por Mariana y Juan Pedro, sino que ahora se encontraban todos sus amigos.
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Excepto dos. Dos que habían preferido quedarse en su cabaña

Ro: A dónde vas?
Ga: (cortante) A caminar, algún problema?
Ro: Gastón se está por largar la tormenta del año y vos queres irte a caminar?!

Gastón no le hizo caso y salió al exterior. Pero no fue el único que salió, Rocío lo siguió. Ya no soportaba más que Gastón la tratara así. Exigiría una explicación YA.

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Mientras en la cabaña número tres, que era la que pertenecía a Mariana y Juan Pedro, todos ya estaban bailando. 
Candela bailaba con Victorio, mientras trataba de seducirlo con sus movimientos, para tratar de llamar su atención. 
Con Eugenia y Nicolás, pasaba exactamente lo mismo

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