Ca: No, I'm sorry gordi, pero no puedo, hoy salgo con my boyfriend
Eu: Y vos Rochi?
Ro: Yo también...hoy salgo con Gas...perdón Euge..
Eu: Y vos Lali? (ella no contesta, sigue mirando su celular) Eu! Lali!
La: (asustada, guarda su celular rápidamente) Qué? Qué pasó?!
Eu: Que si querés venir hoy a casa..Estaban las cuatro, en la salida del colegio. Dos esperaban a sus novios, para que las vengan a buscar. Una seguía deprimida, y la restante, o sea ella, estaba distraída mirando los mensajes que llegaban a su celular.
Minutos antes...
De: Peter
Mensaje: Hoy después del colegio en la plaza cerca de tu casa, te va?Y ahora que le decía a Eugenia? Ya tenía que inventar una escusa.
La: Mmm...no puedo Euge...tengo que ayudar a mamá con unas cosas...perdón..
Bajó la cabeza, e involuntariamente su cara se entristeció. No quería que sus amigas noten que realmente estaba mal. Necesitaba de sus amigas, pero no era capaz de arruinarles su magnifca tarde con sus novios, por una amiga depresiva y llorona. Trató de sonar lo más convincente posible, de que todo estaba bien, pero Mariana notó que no estaba bien.
La: Pero...quizás más tarde pueda...
Derrepente Eugenia levantó la mirada, y le regalo una amplia sonrisa. Su amiga estaba mal, y no la iba a dejar en banda. Necesitaba consuelo y se lo iba a dar. Luego de la sonrisa, la abrazó con fuerzas y le dijo ocho mil "Gracias".
Cómo se iba a negar a ayudar a una amiga que estaba en crisis?-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
"Y mi flaqui? Cómo te fue en el colegio?" preguntó Victorio a Candela, mientras pasaba su brazo por arriba de su hombro y caminaban sin rumbo, por una calle arboleada y soleada, en la tarde del día Martes.
Ca: Great, salvo por la parte en la que Euge estuvo mal todo el día...
Vic: Si te lo juro que a veces me dan ganas de matarlo a Nicolás..
Ca: No lo mates mi amor! Euge lloraría el triple si lo mataras..
Vic: (ríe) Te extrañaba tanto flaqui...
Ca: (besa sus labios) Yo mucho mucho más...A dónde me llevás?
Vic: Ni idea, a dónde querés ir vos?
Ca: A tantos lugares..quiero ir a Paris, New Zealand, visitar por octava vez New York....(ríe)mentira tontito, eso lo dejo para dentro de unos años... ahora quiero que vos me lleves a donde vos quieras...
Vic: (suspira) Ah! Me asusté...bueno, querés ir al rio?
Ca: Ay si! Supeeer romántico!
Vic: Entonces señorita, vamos al río.-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Caminaba solitaria rumbo a su casa. Su programa de hoy era: Ir a su casa, deprimirse y llorar un buen rato y después pasar a visitar a su amiga Mariana. Qué diversión!
Su cartera llena de carpetas, libros y demás cosas de colegio, le pesaba en su hombro izquierdo. Todo le pesaba esos días. Pero el mayor peso, era el gran dolor que Nicolás había puesto en su pecho.
Caminaba y seguía caminando, mirando a parejas besarse, niños correteando felices. Le daba tanta nostalgia todo.
Se acordaba de cada beso con él, de cada risa, de como jugaban como dos nenes de jardín de infantes, pero de repente todo oscurecía y volvía aquella imagen en la casa de Nicolás, y aquella escena de anoche, con esas chicas.
Nuevas lágrimas mojaron su delicado rostro. Lo único que había hecho en estos días era llorar y llorar. Ya tenía los ojos colorados e hinchados de tanto llorar. Los panuelos inundaban su cuarto y su vida.
De repente, escuchó una voz que gritaba su nombre desde algún lugar lejano. Era como un eco, pero cada vez se hacía más y más fuerte la voz. Comenzó a caminar a mayor velocidad, no quería saber nada con el dueño de esa estúpida voz. No quería saber nada con Nicolás Riera.
Se hacía la que no escuchaba, y cada vez aumentaba con más velocidad los pasos. Caminó un par de cuadras así, casi corriendo. Las lágrimas no le dejaban de caer. Porqué le hacía ésto? Acaso no la podía dejar en paz?
Por más que alargara los pasos y caminara rápidamente, sabía que él era aún más veloz que ella. Acaso no entendía que quería estar sola? En verdad no quería estar sola, lo que no quería era su compañía. Derrepente un empujón brusco la desequilibró, la desacomodó de sus pensamientos, de su vida. La sacó de órbita.
Se encontró pegada a su musculoso cuerpo. Dejó de respirar, de sentir, de vivir. La miró con esa mirada sexy suya, que la hizo volverse tonta. Sus brazos la envolvían para no dejarla ir.Nic: Euge...
Enseguida volvió a la realidad. Ya no estaba embobada mirándolo a él, estaba dolida, furiosa, y triste.
Eu: (brusca, y llorando) Porqué no me dejás en paz Nicolás!
Se soltó de una manera abrupta, tomó su cartera, se dio vuelta y salió corriendo.
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Caminaba chocha y llena de alegría. No lo veía hace dos eternos días, por culpa de sus amigas o porque el colegio no le permitía. Igual vale aclarar que estuvieron en contacto, ya que él la llamó los dos interminables días, para hablar con ella y quedarse hasta tarde con el teléfono casi pegado a su oído.
Este tema de la clandestinidad no le estaba resultando cómodo. Primero porque no podía verlo siempre, ni podía estar en público con él. Segundo porque odiaba mentirle a sus amigas. Pero bueno, no le quedaba otra. Era eso o nada.
Le faltaban unas pocas cuadras para llegar a la plaza donde se iba a encontrar con Juan Pedro Lanzani. La idea de solo encontrarse con él, la hacía saltar de felicidad.
Por fin llegó, el camino desde su colegio hasta acá era largo y agotador. Miró a su reloj, y era temprano. Los del Rockland salían un poco más tarde que su colegio. Pero solo eran unos minutos. Los esperaría ansiosa, pero al mismo tiempo paciente. Conociéndolo a Pedro, seguro que estaba por llegar.
Dejó su cartera en el pasto, y se quedó parada, tratando de ver si lo localizaba a lo lejos. Miraba a los pequeños jugar alrededor suyo, a gente tirada en el pasto conversando con amigos, pero él no aparecía. Se quedó allí en la misma posición durante minutos, cuando siente que alguien le rodea la cintura. "Llegaste!" dijo pegando un grito de emoción, apenas sintió que la abrazaban por detrás.
Se dio vuelta con una sonrisa amplia, que al segundo desapareció. Qué hacía él ahí?Fe: Si supiera que me estabas esperando tan ansiosa, hubiera venido antes mi amor.
Era dificil explicar lo que sentía en ese momento. Pero todo se redondeaba en la palabra confusión. Nunca se hubiese imaginado, que él estuviera ahí, abrazándola.
La: (tratando de separarse) Qué hacés acá Federico?
Fe: (sonriendo, y abrazándola) Te vine a ver linda, pero nunca esperé que estuvieras tan contenta al verme.
La: Me están esperando, me podés soltar?
Fe: Quién te está esperando? Si es que se puede saber...
La: Qué te importa?!
Fe: Apa, agrasiva resultaste linda...dale, quién te está esperando? Alguno de tus huecos amiguitos?
La: Qué te interesa! Soltáme Federico!
Fe: (acercándose) Mmm...como me encanta cuando te pones así enojada, me encanta que te hagas la difícil
La: (se acerca más) Me das asco
Fe: (se acerca, y quedan a milímetros) Mmm...cómo me encantas Lalita..No sabía que pensar. La cara de desilusión que habitaba en su rostro era impresionante. No entendía nada, no sabía que pasaba.
Fue lo peor del mundo, llegar todo ilusionado y feliz y que de pronto su cara se transforme en cualquier otra cosa, menos felicidad.
Al principio pensó que él, aquel viejo amor de ella, se estaba queriendo propasar con ella, que era por eso que la abrazaba, le acariciaba su cara y su pelo, la pegaba contra su debilucho cuerpo, y le recorría su espalda con su mano derecha, regalándole una caricia. Pero cuando estaba por ir y pegarle una merecida piña y dejarle unas cuantas cosas en claro-porque no iba a dejar que él, ese tal Federico, le acarice su rostro y se trate de aprovechar de SU chica- bueno, cuando estaba por ir y dejarlo a ese individuo en el hospital, vio como ella no se resistía a ese abrazo y a aquellas cosas ya mencionadas. Al contrario, veía a la morocha acercase a él, quedando a milímetros y ver como le decía cosas cerca de su boca.
Acaso estaba todo planeado? Acaso ellos eran amantes, y querían que él sufriera injustamente? Ocho mil quinientas cuarentiocho preguntas sin respuesta, cruzaron por su mente.
Acaso ella nunca se había olvidado de aquel hombre que decía llamarse hombre? Acaso ella lo seguía amando?
Bronca, bronca, bronca. Porqué le hacían ésto? Era tan mala persona, que se merecía esto?
Lo peor de todo, es que los dos actuaban como si no supieran que él estaba allí mirando toda la situación. Nunca se hubiese esperado algo así de Mariana.
Con mucha bronca y totalmente herido, se dio vuelta y se marchó de aquel lugar.El proximo capitulo es EL capitulo para las laliters. 😐😆
Comenten y mas tarde lo subooo!!

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SENTIMIENTOS.
Lãng mạnNovela laliter. Es una novela que lei hace mucho y me encanto. Aclaro que no la escribo yo, y no se quien es la autora. Si algun dia lee esto hagase presente