SENTIMIENTOS.

Capitulo 39.

Faltaban unos pocos minutos para el entretiempo. Estaba cansado de correr de un lado a otro, de empujar y de no dejar de hacer tackles a sus contrincantes, solo por la bendita pelota ovalada. Estaba aturdido de los gritos de su entrenador. Necesitaba un respiro. Si bien estaba cansado, aprovechaba cada segundo de su deporte predilecto. Disfrutaba mucho jugando al rugby, y se divertía bastante con sus amigos del club. 
A pesar de ser un día de entrenamiento, jugaban en contra de un club cercano al suyo. Mucho no se los bancaba. Eran de esos rugbiers, que no tienen nada en el cerebro y patotean a todo el mundo que se cruce por su camino, solo por el hecho que se creen mejor que todos. Él podía llegar a ser un poco patotero, pero no al extremo como lo eran éstos chicos de más o menos su edad. 
"Viste lo que es esa pelirroja? " comentó uno de sus compañeros de su equipo. Era Franco, muy buen pibe, divertído, y siempre distraído con algún que otra chica de la tribuna, que venían de vez en cuando a ver como entrenaban y de paso, babosearse por ellos. Charlaba junto con Javier, otro del equipo. 
Antes se hubiese unido a su conversación y comentar sobre todas las chicas lindas que venían a verlos. Antes. Antes, cuando no pensaba todo el tiempo en ella, y antes, cuando no la quería de la forma en la que ahora la quería. 

Pe: Qué raro ustedes dos baboseandose por las minitas, eh?
Fr: Es que no sabés lo que es esa pelirroja! Encima vos que tanto nos decís a nosotros, vos también andás un poco distraído Lanzani....Una minita dándo vueltas por tu cabeza?
Pe: (riendo) Algo así...

Lali, Lali, Lali

Pe: Dale dejen de mirar, y concentrense

Y más Lali. 

No había otra cosa en su cabeza. Era ella y solo ella. Era ella y su sonrisa. Era ella y su perfume. Era ella y sus gustosos besos. Era ella y su todo. 
Trataba de concentrarse en el juego y cuando lo conseguía, ella volvía otra vez a su mente. Nunca en la vida le había pasado que una chica lo distrajera tanto. Lo distrajera incluso jugando a lo que más amaba en el mundo. Eso era una de las tantas cosas por lo que la hacía especial.
Cuando menos se lo esperó, ya estaban en el entretiempo. Se acercó a sus amigos, que reponían sus energías tomando algo, mientras conversaban. 

Pe: (riendo, uniéndose a la conversación) Siguen hablando de la pelirroja? 
Ja: (sonriendo) Ya no. Fichamos a una que no sabés lo que esssss! 
Fr: Está para darle jo+dido
Gon: Más que jodido
Ja: Sabés las cosas que le hago? 
Pe: Taaaan buena está?
Ale: No te das una ideaaa. (señalando) Es esa... 

Nisiquiera se atrevió a mirar. No le interesaba en absoluto. Agarró su botella y tomó un sorbo. 

Ja: Qué pasa papu? Tan comprometido estás que nisiquiera podes mirar una minita? 
Fr: Dale pa'. Tirá nombre. Quién es?
Gon: (interrumpiendo) Pará bol+udo, los del otro equipo ya la ficharon! Yo les dije que teníamos que ir, por lo menos para averigurar su nombre! 
Ale: (bufando) Siempre nos cag+an las minas... 
Ja: Ya fue man, yo voy con la mina. Peter, no me hacés la segunda y me acompañas?
Pe: (sin ganas, protestando) Tengo que ir? 
Ja: Si dalee, vos que sos un as para las minas. Dale dame una mano con ésta y te juro que no te rompo más en tu vida... 
Pe: (sonriendo y dándole una palmada en su espalda) A ver, cúal es la famosa minita? 
Ja: (señalando) Esa...

Su mirada se focalizó donde su amigo le indicó. Su botella de Gatorade se deslizó por su mano derecha, cayendo al piso y salpicando un poco a su alrededor. Sus puños automáticamente se cerraron, de una manera involuntaria pero cargada de furia. El resto del cuerpo no se movió. No reaccionaba, sus ojos seguían abiertos como platos, sin pestañar ni por un segundo. Una ola entró en su cuerpo, no podía identificar si era de furia, de bronca, de ira o todas al mismo tiempo. Escupió su nombre, como si lo hubiese tenido atragantado en el medio de su garganta. Lo pronunció sin sonido alguno, pero sus amigos pudieron identificarlo por el movimiento de sus labios.