Ya ni sabía hace cuanto estaba despierto. Daba vueltas y vueltas en la cama tratando de volverse a dormir. Suspiró resignado, era la enésima vez que cerraba los ojos. Su mente vagaba mientras trataba de concentrarse en algo y dormirse. Ya estaba demasiado desvelado para volverse a dormir. Además el coro de los benditos pájaros madrugeros no ayudaban y mucho menos el concierto de ronquidos de su querido amigo Agustín, dormido tirado en un colchón. Parecía que ambos competían en quién era el que lo hacía más fuerte. Irritado se puso la almohada en sus oídos para dejar de escuchar, pero le era imposible. Otro tema era la luz que había en su habitación. Ya estaba suficientemente iluminada como para que se vuelva a dormir. Dado por vencido, se sacó la almohada de su cara, abrió los ojos y no le quedó remedio más que mirar el techo y dejar a su mente vagabundear tranquilamente. Giró su cabeza y miró como dormía Agustín. Estaba tan dormido que le daba envidia, sus sábanas estaban hechas un bollo en un costado, mientras que él estaba estirado completamente, pancho de la vida. Se rió y le tiró un almohadonazo para callar esos insoportables ronquidos. "Si Cande lo viera así..."pensó riéndose, imaginándose a su mejor amiga histérica, pegando uno de sus mejores gritos, escuchándolo roncar.
El cachetón se movió algo enojado en respuesta al almohadón. El castaño estalló en carcajadas.Ag: (con los ojos cerrados) No es gracioso Pedro, ¡quiero dormir!
Pe: En cualquier momento saco el celular, te filmo y se lo muestro a Cande, para que vea con la persona que está saliendo..
Ag: No te atreverías
Pe: Te pasa por no dejarme dormir en toda la noche, la próxima te pongo un broche en la narizEl recién despierto ríe y le devuelve el almohadonazo. Acto seguido se refriega los ojos, abre los ojos, y mira hacia su reloj. Pasado el mediodía. Los dos se quedan en silencio, en su mundo. Uno pensaba en Candela, en qué haría hoy y en que le daba mucha fiaca ir a entrenar. El otro, pensaba en eso que le carcomía la cabeza. Ahora que estaba Agustín despierto, podía sacarse la duda.
Pe: ¿Qué quería ayer Mariana?
Ag: (sonando natural) Nada...(mirándolo) solo me la chapéEl de cachetes inflados estalló en risas ante el cambio repentino en el rostro de Juan Pedro. ¿Cómo no iba a poner esa expresión si había sonado tan natural? Su amigo abrió los ojos como platos y hasta pudo percibir como su corazón frenó de golpe, dejando de latir. El rostro se convirtió algo pálido, de sorpresa, dejándolo boquiabierto. Solamente quería saber que cara pondría Pedro ante la noticia, y era justamente la que quería que ponga.
Ag: (aún riéndose) Apa, cómo nos cambió la carucha, eh? ¿No aceptamos ni un chiste hoy?
Pe: (irónico) Já, qué buen chiste
Ag: Mirá como te pones de loco con solo nombrar a Marianita
Pe: (pegándole con el almohadón) Pero callate, ¿me vas a decir o no?
Ag: ¿Tanto te importa Pedrito? (mirando la expresión de Peter) No te enojes, solo me dijo gracias por todo lo que hice por Cande..¿te pone celoso acaso?
Pe: Callate mejor.Después de un par de risas y carcajadas y enojos por parte de Pedro decidieron salir de sus aposentos para ir y disfrutar del último día del fin de semana. Al salir de la habitación de Juan Pedro, se encontraron con la mamá de éste, que los miraba con una sonrisa de oreja a oreja.
Em: (sonriendo) Los estaba por ir a despertar dormilones! ¿Cómo durmieron?
Pe: (sin entender) ¿Qué hacés acá, ma? ¿No tendrías que estar en el hospital?
Em: Sí, pero vine a buscar un par de cosas para Cris.. Hablando de eso, Peter..¿no me buscarías un par de juguetes porque vos sabés más de que le gusta a él?
Pe: Sí, está bien..Emilia le guiñó un ojo a Agustín sin que Pedro lo note, pero el cachetón no entendió a qué se debía.
Pusó su mano en la manija de la puerta y entró en la habitación. Hace bastante que no entraba al cuarto de su hermano menor, seguramente porque le daba una cierta melancolía y un gran vacío dentro suyo al no ver a su hermano ahí, jugando como siempre lo hacía, o retándolo porque entraba a su cuarto sin su permiso, tal cual lo hacía Pedro con él. Su vista no se dirigió a ningún lado, solo a esa enorme caja al fondo del cuarto. En ésta, Cristóbal mantenía la mayoría de sus juguetes favoritos. Al entrar ni se percató de que la luz ya estaba prendida a lo igual que la televisión que transmitían uno de esos programas para los más pequeños. Ni se enteró de eso ya que su mente estaba solo fija en los juguetes que agarraría, ya que quería hacer lo más rápido posible, no quería estar ahí.
¿El autito verde o el azul? ¿La nintendo? ¿Uno o más autitos? Cansado de tener que decidir, agarró varios, cerró la caja y se levantó del piso. Se dirigió hacia la puerta para marcharse, con su vista clavada en los juguetes que cargaba en sus manos, pensando si esos eran los correctos y si a su hermano le gustarían.
"Pe...ter.." emitió una voz casi inaudible y dificultosa al hablar para luego toser. Se frenó en seco, justo cuando iba a posar su mano en el picaporte y quedó inmóvil como estatua. Al escuchar esa voz, inmediatamente todos los juguetes cayeron de sus manos, desparramándose por el piso. Mil emociones abundaron su débil cuerpo. Su corazón parecía que iba a estallar de la velocidad que emitía los latidos. Mil cosas pasaron por su mente en una fracción de segundo. Se dio vuelta rápidamente para comprobar si era lo que se estaba imaginando. Sí, él estaba ahí, acostado en su cama con un par de instrumentos hospitalarios alrededor suyo. No podía creerlo, él estaba ahí.
"Enano!" emitió sin todavía poder creerlo, con sus ojos maravillados de verlo allí, y el pequeño al oírlo esbozó una de sus más pícaras sonrisas. No aguantó más y al salir del estado de shock en el que se encontraba, se abalanzó sobre él. Lo abrazaba con cuidado, debido a su débil estado, pero ambos no dejaban de sonreír. Su madre y Agustín se asomaron por la puerta.
![](https://img.wattpad.com/cover/87088013-288-k297299.jpg)
ESTÁS LEYENDO
SENTIMIENTOS.
RomanceNovela laliter. Es una novela que lei hace mucho y me encanto. Aclaro que no la escribo yo, y no se quien es la autora. Si algun dia lee esto hagase presente