Capitulo 81.

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Su voz, sus lágrimas, sus palabras, sonaban tan...reales y sinceras. Era como si su Lali se hubiese manifestado en el cuerpo de la otra Mariana para pedirle perdón y arrepentirse de todo. A medida que ella iba a hablando su voz se iba quebrando y aparecían más y más lágrimas. 
Cuántas ganas tenía de responderle y decirle que a él también le pasaba lo mismo, que la extrañaba y la necesitaba tanto. Tenía ganas de abrazarla ya que no podía verla más llorar. Tenía ganas de volver el tiempo atrás y que nunca haya pasado todo esto. 
Dejó de soñar y su mente lo hizo volver y mostrarle la realidad en la que estaba viviendo. 
Ya no sabía a quién creerle y a quién no, en definitiva todos le mentían, todos lo usaban, todos se cag+aban en él. Lo había hecho ella, María Paz, sus mejores amigos de la infancia, incluso Candela que no le había creído desde un principio. 
Mariana ya lo había engañado con sus palabras, ¿por qué ahora debía creerle? 
Con la tristeza peor que antes, rebalsando de su rostro, pegó media vuelta para irse. 
En ese instante Mariana lo impidió agarrándole el brazo nuevamente, atrayéndolo hacia su cuerpo, dándole uno de esos apasionantes besos. ¿Cómo no se podía resistir a semejante beso? ¿Cómo la podía rechazar si era ella lo que él más quería? 
No le quedó más remedio que rodearla con sus brazos para profundizar ese beso. Ambos se alejaron de la oscuridad y fueron hacia la vista de todos. No le importó en absoluto, lo único que le importaba era ella, él y ese beso. Lo disfrutaba como si fuera el primer beso, como si nunca hubiera besado a Mariana.
La morocha tenía esa habilidad de hacerlo flaquear, sabía exactamente su punto débil; ella.
Se había olvidado de esa sensación al besarla. Era una plenitud y una felicidad que no tenían comparación. Era como volver a sentirse vivo.
Su mente estaba concentrada en ella y nada más que ella. ¿Cómo había sido capaz de resistirse ante ella antes?
Pero había algo raro en sus besos. Era un sabor extraño, completamente desconocido para él. Era algo amargo..raro..que opacaba la dulzura de ese beso..como una pizca de venganza.

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Ca: (mirando a un punto) Gordi! Mirá! No son tan cute?! Lo lograste Michuu! 
Mi: No Cande...hay algo mal ahí...no me gusta nada.. 
Ca: (feliz) Gordi que va a ver algo mal ahí? Lali is back! Y se estaba besando con mi bestu! 
Mi: No Cande...lo está haciendo apropósito Mariana

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Una risa lo descolocó de sus pensamientos. Era la risa de ella que resonaba en su mente de una manera cruel. "Sos tan tierno" escuchó decir por ella para luego reírse con intensidad y volver a besarlo. Abrió los ojos y la mira a Mariana con cierta confusión. ¿Por qué ya no lloraba? ¿Por qué ahora se reía?
Se reía a carcajadas, pero era algo rara la risa, era sarcástica y falsa, no era la risa que a él le gustaba. Se reía como si fuese lo más gracioso del mundo, pero Pedro no encontraba qué era lo tan gracioso de todo esto. 

La: Pensé que iba a ser más difícil, pero con un simple beso caíste Pedrito.. 

¿Cómo? ¿Ahora qué era lo que pasaba? ¿Dónde había quedado esa morocha que lloraba y que decía que lo extrañaba? ¿Acaso había sido producto de su imaginación? No, él escuchó perfectamente cuando ella le dijo todas esas cosas. La volvió a mirar en silencio, para que le aclare la situación. 

La: (mirando su cara de confusión) No me digas que realmente te creíste todo lo que te dije..(besándolo)No ves que sos tan tierno? Con un par de palabritas y un beso te hice pisar el palito.. 

Esa pequeña esperanza de que su Lali haya regresado se fue al pasto. Toda aquella felicidad que había alcanzado se derrumbó de un segundo a otro. Estaba claro que ya no podía confiar en nadie. ¿Para qué iba a seguir confiando si él era el que salía siempre lastimado?
Ya no quería ilusionarse más, ya no aguantaba tener que estar desilusionándose a cada segundo. Mariana ya no tenía remedio, ya no iba a cambiar más y tenía que aceptarlo. Se quedó ahí, como piedra mientras la miraba y trataba de buscar algún indicio de su Lali, porque estaba seguro que ella fue la que dijo todo eso, no esa Mariana. Su cara volvió a expresar tristeza, esa tristeza que llevaba antes, pero esta vez más intensa. 
"Ay no me pongas esa carita triste que me muero acá.." la oía decir con un tono sarcástico junto con risas y luego volvía a besarlo. 

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