SENTIMIENTOS.

Capitulo 66.

Cautelosamente abrió la puerta de la habitación, para que él no note que él estaba allí, observándolo. No quiso entrar, sabía que él quería estar solo, así que solo se asomó por la puerta. 
Todo estaba oscuro, no porque ya sea de noche, sino que él oscureció todo, dejándo todo sin vida, sin color, todo cambiado, a lo igual que él. 
Le hacía mal verlo tirado como muerto en una cama, las veinticuatro horas diarias. No comía, no hablaba, no hacía nada, y eso le preocupaba mucho. 
Su cara ya no expresaba lo mismo, ya no quedaban rastros de esa sonrisa que había heredado por parte de él, solamente expresaba una cierta tristeza y frialdad. Su mirada ya no era la misma, no expresaba nada, ya no miraba a los ojos a la gente, solo miraba a el piso. 
Sentía cuando estaba con él, que le estaba hablando a una estatua. Ese no era su hijo, ese no era su campeón. 
Había intentado hablar una y otra vez con él, pero le era imposible, ya que o no hablaba, o respondía monosílabos o respondía un "no pasa nada". Sabía que algo pasaba, de eso estaba completamente seguro. 
En la casa faltaba algo. Faltaba su alegría contagiosa, sus pilas energéticas para todo que cualquier joven a su edad posee, su risa, su sonrisa, su buen sentido del humor. Faltaba verlo y escucharlo pelearse con Cristóbal por cosas sin importancia y al rato verlos riéndose como si no hubiese pasado nada. 
Faltaba ir a verlo jugar al rugby los fines de semana, y verlo feliz haciendo lo que le gusta. Faltaban las plagas de amigos en casa, el quilombo y el griterío de aquellos adolescentes con los cuales su hijo había crecido y él los había visto crecer a esos inseparables amigos. 
Faltaba jugar con él y su hijo menor a unos partiditos en la Wii, o simplemente jugar con ellos a cualquier deporte luego de llegar de trabajar. 
Qué había pasado con su hijo mayor? 

La: O sea que me estás admitiendo que las estabas mirando! No lo puedo creer! Encima es muy distinto, porque ese nene es tu hermano, y no podés estar celoso de él! 
Pe: Y si lo estoy qué? Estoy recontra celoso, algún problema? 
La: (muerta de amor) Si, que te amo

La: (lo besa) Yo mucho mucho más... no puedo creer que vos, o sea Peter Lanzani, alias mujeriego number one, me haya dicho que me ama a MI, naaaa! O sea Pedrito enamorado de mi! Quién lo hubiera dicho, eh?
Pe: Mmm.. no te hagas la capa porque sos la primera a la que le digo te amo, mirá que te bajo de la palmera con un beso, eh?
La: (acercándose, seductora) Y qué esperás para bajarme de la palmera con un beso, eh? 

La: Te amo, te amo, te amo.. te quedó claro?
Pe: Mmm..sabés que no? Quizá con otro beso me quede claro, pero no sé.. 

Imposible era explicar lo que sentía, imposible era explicar ese dolor intenso que tenía. 
Sabía que le hacía muy, muy mal recordar, pero era algo inevitable, que no podía no hacer. 
Por más que intente, los recuerdos e imagenes lo torturaban en su cabeza, sintiéndose totalmente culpable porque todo lo ocurrido fue su culpa. 
Juraba y volvía a jurar que nunca más tomaría alcohol al punto de estar totalmente borracho. Pasaron dos situaciones importantes en esas ocasiones, uno en el que dijo a todos que la amaba y otro en el cometió el peor de todos los errores del mundo. Ya no quería volver hacerlo, no si seguía cometiendo un error tras otro. 
Se sentía muy solo, estaba solo. Todo el mundo se alejaba de él, y lo peor de todo es que él también ahuyentaba a la gente, ya que cuando algún miembro de su familia o hasta Victorio trataba de acercarse a él, por una cosa o por otra no dejaba que lo ayuden. No quería dejarse ayudar, ya que no se lo merecía. Él había arruinado todo, se merecía lo peor, y si eso implicaba estar solo y morir solo, así sería. 
Sus ojos claros largaron una sola lágrima, no se permitió largar otra. La simple idea de recordar, y de darse cuenta de que ya no tenía a sus amigos, que ya no la tenía a ella, le provocaba un remolino de sentimientos. La extrañaba, la necesitaba. Quería sus besos, sus mimos, sus abrazos, su todo.