Nunca me llevé bien con los cumpleaños. Bah, no es que me hayan hecho algo malo, sino que nunca me gustaron. Ok, lo admito, sólo de chico me encantaba asistir a ellos porque sabía que iba a jugar con los peques de Gas y Nico, y además porque iba a comer torta, pero nada más.
Mejor dicho, nunca me gustó cumplir años, porque nunca entendí lo especial que hay en ellos. También nunca supe porque la gente se alegra tanto hasta emocionarse, si yo nunca me alegré ni emocioné en ellos. Para mí, siempre fue un día común y corriente, nada de especial, bah, sólo por el hecho de que te llamaba tu tía lejana de no sé dónde para saludarte, que todo el mundo te sonreía, y que ahora ya no decías “tengo tantos años…” ahora tenías que sumarle uno más. Tampoco entendí como uno se tiene que sentar en frente de la torta, quedando como un dolobu mientras todos te cantan la típica canción cumpleañera y vos sin saber qué cara poner. Y además nunca comprendí como la gente se piensa que soplando las velitas, se te van a cumplir los tres deseos.Nunca digas nunca.
Hoy cumplo dieciocho y es la primera vez en toda mi vida que estoy feliz en mi cumpleaños. Todo eso que antes me parecía estúpido y que no entendía, ahora lo miro con otros ojos, y puedo comprender todo.
Hoy aprendí que lo especial de lo que hablaban no es algo mágico que uno siente, sino que lo especial está en poder percibir todo el cariño y la calidez que te brindan las personas que más querés, ya sea con un abrazo, con una sonrisa, con una llamada, con un gesto, o con sólo estar ahí con vos, haciéndote sentir especial en este día.
Hoy les puedo afirmar que los deseos sí se cumplen, y que no es un mito barato. El secreto está en saber qué es lo que realmente querés, y estar dispuesto a hacer que eso que pediste se cumpla, ya que nada se logra de la nada. Yo antes creía que los pedía y listo, alguien iba a hacer el trabajo por mí, pero no es así. Esta vez yo tuve una pequeña ayudita, una persona muy especial dispuesta a cumplírmelos.
Todavía me queda el resto del día para disfrutarlo en compañía de mis amigos y mi novia. Y qué mejor manera de empezarlo, que con los besos de ella.Luego de la noche festiva, el cielo se iluminó, dando paso a un nuevo día. El sol mostró sus encandiladores rayos, dejando a la vista un impecable día domingo.
Con una sonrisa abrió la puerta con sumo cuidado, y así entró en la habitación. Se acercó silenciosamente, al observarlo desplomado sobre su cama, con las sábanas enredadas en su cuerpo, mientras respiraba de forma pacífica, profundamente dormido. Se tiró a su lado, con el fin de perturbar su sueño, mientras jugaba con su boca. Lo vio esbozar una sonrisa dormilona, tomándola de la cintura, pero sin abrir los ojos, dejando que ella lo siga besando.-Mmm…me parece que el cumpleañero está un poco mimoso hoy…-se separó para mirarlo. Él asintió con un gesto tierno, sin querer despertarse y querer quedarse así todo el día. –Pero bueno, si quiere más mimos, se va a tener que despertar…-anunció separándose del todo para sentarse en la cama, al haber cumplido su función: despertarlo. El celular de Mariana de golpe sonó, indicando un nuevo mensaje recibido. Lo abrió y lo contestó.
-No, ¿por qué? –se quejó, mientras extendía sus brazos, buscándola con los ojos cerrados.
-Porque hay que disfrutar del día de hoy. –replicó Mariana guardando su celular. –Y no sólo porque es tu cumpleaños, sino porque si abrieras los ojos verías el increíble día que es hoy. –agregó. El celular sonó otra vez, y de la misma manera Mariana lo abrió y contestó.
Juan Pedro abrió sus dormilones ojos con dificultad, ante la luminosidad que irradiaba la ventana de su cuarto.-Que conste que me desperté por vos, eh. –se fregó los ojos Juan Pedro, al sentarse en la cama. Mariana sonrió y le dio un beso en su mejilla. Se escuchó nuevamente el celular de Mariana sonar por tercera vez, indicando otro mensaje más. -¿Con quién te mensajeas tanto? –curioseó entre riendo en el instante que sonó, abrazándola por detrás, sacándole el celular de sus manos. Su sonrisa se desvaneció al leer la pantalla. -¿”Fran, el caño”? –escupió sin poder creerlo, enarcando una ceja, volviéndose a Mariana -¿Qué hacés mensajeándote con este pibe?
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SENTIMIENTOS.
RomanceNovela laliter. Es una novela que lei hace mucho y me encanto. Aclaro que no la escribo yo, y no se quien es la autora. Si algun dia lee esto hagase presente