Capítulo 43

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*narra Manuel*

Estar en los columpios con otra persona que no sea Ana se me hace muy raro.

Martina: No sabía a quién acudir... Y he acabado aquí y he pensado en ti. Espero que no te importe.

Manuel: Para nada, pero no sé si yo puedo ayudarte mucho...

Martina: ¿Qué harías en mi situación?

Manuel: Pedirle disculpas a Rocío, eso lo primero. Y explicarle por qué has hecho lo que has hecho e intentar que te entienda... Y también intentaría hablar con Mauro.

Martina: Eso haré, supongo. Me siento impotente. ¿Crees que yo soy la culpable de todo esto?

Manuel: Bueno, yo creo que Mauro es igual de culpable por haberse callado, aunque Rocío no sea su mejor amiga. Aunque buscar a los culpables tampoco es la solución.

Martina: Odio el amor. Y me odio a mí misma por haberme preocupado tanto por él cuando estoy aquí para cocinar.

Manuel: Tengo una idea. Venga, vamos a la cocina. Lo mejor para ahogar las penas, es cocinar, para después comérselo todo, claro JAJAJA.

Martina: ¿A estas horas? Estás loco...

Manuel: ¿Qué más da? Para la cocina no hay horarios.

*narra Martina*

Gracias a Manuel me siento mucho mejor, sí que es verdad que cocinar es terapéutico, una vez estamos metidos en faena nos olvidamos de todo. Estamos cocinando una tarta de zanahoria. Noto que ya estoy mucho mejor, ya que empiezo a tener ganas de cotillear.

Martina: Por cierto... ¿Ana y tú? Todo el mundo lo dice.

Manuel: ¿Que si estamos juntos?

Martina: Bueno, todos sabemos que os gustáis, que si estáis juntos es un misterio que estoy a punto de resolver.

Manuel: ¿Cómo le voy a gustar a Ana? Ella está con Marco.

Martina: ¿Qué dices? ¿Estás seguro de eso?

Manuel: Ellos me lo dijeron.

Martina: Aquí hay gato encerrado, te lo digo yo.

Detrás del delantalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora