Capítulo 40

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*narra Rocío*

Tanta información de golpe me está saturando. Recapitulemos. Teresa acusando a Martina y Mauro.

Rocío: ¿Por qué debería creerte?

Teresa: ¿Y por qué no?

Rocío: Pues porque Martina es mi mejor amiga y ella nunca me haría eso. ¿Verdad que no, Marti?

*narra Martina*

No puedo creer que esté viviendo esta situación. Y no puedo creer que Teresa me esté haciendo esto. Debato entre volver a mentir o confesar. Miro a Mauro, su expresión lo dice todo. Me alerta de que ha llegado el momento de decir la verdad.

Rocío: ¿Verdad que no? - repite. Se está poniendo nerviosa. Me giro y la miro a los ojos, preparada para darle la razón a Teresa, pero soy incapaz y se me anegan los ojos de lágrimas. Esa respuesta le vale.

Rocío: De acuerdo, sí, perfecto, genial... QUERÉIS DEJAR DE MIRARME CON CARA DE PENA. Y tú, amiga, - pone demasiado énfasis a la palabra amiga, pronunciándola con desprecio - ¿no vas a decirme nada?

Martina: Yo...

Rocío: No te esfuerces, tampoco lo has hecho con nuestra amistad. ¿Sabes que es lo que más me duele? Que hayas preferido montar todo este circo para mentirme que haberme confesado tus sentimientos el primer día. Soy una persona comprensiva, aunque quizás a ti no te lo parezca.

Mauro: No le cargues toda la culpa a ella, yo también soy culpable.

Rocío: No te atrevas a meterte. Menuda estúpida he sido todo este tiempo, soñando con el chico equivocado y compartiendo amistad con una traidora. Ahora ya podéis disfrutar de vuestroamor libremente, si vuestras conciencias todavía os lo permiten. - su voz no denota odio, sino que lo dice en tono hueco, lo que es mucho peor. Dicho esto, se aleja sin mirar atrás.    

Detrás del delantalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora