Capítulo 160

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CAPÍTULO 160

*narra Mendicuti*

Casi me pongo a llorar cuando veo a Mauro. Nos fundimos en un abrazo reparador, no sabéis cuánto lo necesito y ahora más, con todo lo que me está pasando...

Mendicuti: Bueno, tío, otra semana más en Masterchef, tú a la final de cabeza.

Mauro: Ojalá JAJAJA. ¿Se puede saber qué hacéis todos aquí? Ana ha venido a despertarnos cual psicópata.

Martina: Siempre que nombras a Ana, en la frase añades el adjetivo "psicópata".

Mauro: ¡Es que lo es!

Estamos todos en la sala común, excepto Ana y Manuel. Ah, y Efrén. Les explicamos con pelos y señales la existencia de la otra residencia.

Guillermo: ¡Cómo nos lo ocultasteis el día de la repesca!

Daniel: Es que no podíamos decir nada...

Mendicuti: Por cierto, os presento a mi hermano Lucas.

Lucas saluda a mis compañeros que le faltaba por conocer y cuando va a darle dos besos a Aina, los alarga demasiado. Me pongo nervioso.

Lucas: Qué calladito te tenías lo de Aina... - me susurra - Joder, si tú no la quieres, me la quedo yo.

Mendicuti: ¡Cállate, imbécil! - lo que me faltaba ya, que mi hermano se sienta atraído por Aina.

Mauro: Venga, Guille, ¿a qué jugamos hoy que estamos todos?

Aina: Faltan Ana y Manuel. - un escalofrío me recorre toda la espalda al escuchar su voz. Marta se mantiene al margen, como si la situación la aburriera. No puedo dejar de pensar en lo que sentí cuando ayer me besó.

Mauro: Déjalos, Ana estará torturando a Manuel con sus ideas de psicópata.

Martina: Pobre Manuel...

Guillermo: Se me ha ocurrido que ahora que estamos todos podemos... - pero alguien abre la puerta bruscamente y nos interrumpe.

Manuel: Ah, hola, estáis todos aquí. ¿Mauro, Mendi? - nos llama. Está muy despeinado, con los brazos llenos de cortes y una desagradable herida en la cara.

Martina: ¡Manuel! ¿Qué te ha pasado? - y se acerca rápidamente a él, asustada.

Claudia: Eso es que ya se ha debido de encontrar con Efrén. Te ha dado una buena. - comenta, como si fuera lo más normal del mundo. Y como si ya supiera lo que tenía planeado hacer ese desgraciado.

Manuel: Ah, ya veo, así que todos sabíais que mi relación con Ana estaba siendo afectada por el egocéntrico de Efrén y no me habíais dicho nada. Gracias, amigos. - hace ademán de irse pero aparece Ana, jadeando, también con muy mal aspecto.

Ana: Eh, no te vayas. - lo coge del brazo pero él se zafa de mala gana.

Manuel: Déjame. - se chafa el flequillo y se larga. Le hago señas a Mauro y nos levantamos. Hay que ir a animar a Manuel.

Mendicuti: Tranquila, todo se arreglará. - le digo a Ana, al salir por la puerta, mientras le aprieto suavemente el hombro. Ella me sonríe tristemente y Mauro y yo nos perdemos por la residencia en busca de Manuel.

Detrás del delantalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora