Capítulo 83

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CAPÍTULO 83

*narra Mendicuti*

Se ve que Disneyland París nos ha distraído demasiado a todos, ya que es la peor prueba por equipos que hemos hecho, pero de lejos. Resultado final: Los dos equipos pierden. No nos lo esperábamos para nada. Ahora estamos ocho en la cuerda floja y hay que apretar el acelerador, porque todos tenemos las mismas posibilidades de irnos en la prueba de eliminación. Estoy muy nervioso, pero estoy decidido a disfrutar al máximo los dos días que estamos pasando en Disneyland. ¡¡Y esto se empieza a disfrutar subiendo en todas las atracciones!!

Me dirijo a la cola de la atracción de los columpios giratorios con Mauro y Manuel. Aina y Marta pasan por delante y la chica rubia de dos trenzas choca conmigo intencionadamente.

Mendicuti: ¿Pero qué te pasa? - le espeto, molesto.

Marta: Pregúntaselo a mi caramelo. Ah no, no puedes, porque murió... ¡por tu culpa!

Mendicuti: ¡Venga ya! ¡Serás rencorosa!

Marta: ¡No tenías derecho!

Manuel: ¿Qué le has hecho a su caramelo?

Mauro: Confiesa, asesino de caramelo.

Aina: Marta se encargaba del caramelo para el tocino de cielo y Marcos se ha entrometido porque no se fiaba de ella, consiguiendo así cargárselo.

Marta: Ha muerto sin poder despedirse de sus seres queridos - finge un sollozo - ¡Tendrás remordimientos de conciencia! - me acusa mientras aprieta mi pecho con su dedo índice.

Mendicuti: Está bien... Me declaro culpable. ¿Pero me perdonarías si te regalo una pulsera de calamares? - todavía guardo una en mi muñeca, que antes las he usado para subir los ánimos del equipo, pero tampoco han servido de mucho. Ella finge que le dan arcadas, pero deja que se la coloque en su pequeña muñeca.

Marta: Te perdono, pero solo para que no me vuelvas a regalar una pulsera como esta en tu vida JAJAJA. Nos vamos a subir a una montaña rusa. Luego nos vemos. ¡Pasadlo bien!

Manuel: Tienes que enseñarme a ligar. Pulseras de calamares. Menuda innovación. - me dice, cuando ya no están.

Mendicuti: Son lo nuevo en el mercado. Y que conste que no estaba ligando.

Detrás del delantalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora