Capítulo 121

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CAPÍTULO 121

*narra Martina*

Martina: DESPIERTAAAAAAAAA. - zarandeo a Ana con brusquedad, abre un poco la boca, dice algo y se gira. - QUE SON LAS DOCE YAAAA. ¡¡TENEMOS MASTERCLASS!! Aina, ayúdame.

Aina: Déjala, que está enamorada...

Martina: Oye, hace días que lo pienso... - echo un vistazo a las dos piezas de ropa que tiene Aina encima de su cama - Ese pijama que has traído ya está un poco viejo, ¿no?

Aina: ¿QUÉ? ¡QUE QUEDE CLARO QUE YO NO SOY ROPA VIEJA! - y se larga, dando un portazo. Me sé de una que se ha levantado con el pie izquierdo.

Sigo molestando a Ana hasta que por fin la despierto, se sienta repentinamente en la cama, abre mucho los ojos y dice:

Ana: Real.

Se vuelve a tumbar con una gran sonrisa, cierra los ojos y se acurruca.

Vale, a estas dos hoy no hay quién las entienda.

Me dirijo hacia la Masterclass y desisto con Ana, ya se arreglará. Por el camino me encuentro a Manuel, muy despeinado y con muchas ojeras.

Martina: ¿Qué hicisteis ayer Ana y tú? - le levanto las cejas, provocativamente.

Manuel: De todo menos dormir. - me guiña un ojo y se ríe.

Martina: Ahí la tienes todavía, negándose a despertar.

Manuel: Debería ir a la Masterclass, ahora es muy importante asistir, estamos casi en la recta final del concurso... - mira su reloj - Todavía me da tiempo, ¡nos vemos ahora!

Martina: ¡Es inútil! - le grito, pero no me hace caso, ya está al final del pasillo.

*narra Manuel*

Voy al baño, lleno un vaso de agua y entro en la habitación de las chicas. Ana sigue en su cama. Subo las escaleras de la litera y le tiro el agua fría en la cara, sin vacilar.

Ana: ¡Maldita sea!

Cuando abre los ojos se da cuenta de quién ha sido el culpable e intenta cogerme, pero he sido previsor y ya estoy bajando por las escaleras. Ella se incorpora rápidamente y baja de la litera de un salto, para darme mi merecido. Ya sabía yo que esta era la manera más efectiva. En menos de un minuto ya está de pie. Aquí nada de ser delicados, un buen vaso de agua fría y listo.

Ana me acorrala en la pared y me aprieta el cuello con las dos manos.

Ana: No... Vuelvas a hacer... Eso en tu vida... - la miro divertido.

Manuel: ¿Sino qué? ¿Llamarás a los mutos? - la reto con la mirada.

Ana: Mutos que te machacarán como a Cato... - dice, apretando los dientes e intentando aparentar mucho enfado.

Manuel: No quiero morir como Cato... - me lamento.

Ana: Pues no vas por el buen camino. Ya van dos veces en las que hoy me has despertado y todavía no estás muerto, demasido indulgente estoy siendo.

Manuel: Venga, vístete, - le digo entre risas - la Masterclass nos espera. - me dedica una elaborada pedorreta, empapándome así mi cara de sus babas. Se gira para irse a cambiar, pero la cojo del brazo, tirándola hacia mí y le doy el beso de buenos días que se merece.

Detrás del delantalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora