Capítulo 127

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CAPÍTULO 127

*narra Marco*

Nos han reunido a todos en la sala común, tienen algo importante que decirnos.

Eva: A ver, chicos. Tengo una buena noticia. ¡Mañana nos vamos de viaje!

Lucía: ¿A dónde?

Eva: ¡A Sevilla! ¡Así que ya podéis empezar a prepararos las maletas! ¡Nos vamos dos días!

La miramos todos con expresión interrogante.

Eva: Ya, ya, ya sé cuál es vuestra pregunta. ¿Para qué vamos a Sevilla? ¡Repesca!

Rocío: ¿Repesca? - Rocío se pone a llorar automáticamente y yo la abrazo. - ¡Qué fuerte! ¡Los vamos a volver a ver a todos! ¡Tengo unas ganas de ver a Martina!

Marco: ¡Qué guay, chicos! Venga, ¡juguemos a algo para celebrarlo! - propongo.

Eva se va y nos sentamos todos en el suelo en forma de círculo.

Claudia: Habría que ir a avisar a Efrén, por si también quiere jugar. - todos le dirigimos malas miradas, menudo comentario más estúpido, sabiendo que nadie lo soporta, solo ella, que vete tú a saber qué se trae entre manos. Nadie la contesta.

Lluc: ¿Jugamos a verdad o atrevimiento?

Marta: Si no se os ocurre nada mejor... - se lanzan miradas peligrosas.

Marco: Venga, empiezo yo. Verdad.

Rocío: Explícanos con lujo de detalles cómo matarías a Efrén. - empieza a reír, yo también, todos se contagian de mi risa excepto Claudia.

Marco: Acomodaos, esto va para largo. Primero le enviaría a su casa un paquete con cuatro rastrevíspulas, que le picarían y se pasaría dos o tres días mareado y con alucinaciones. Entonces, Marcus Eaton iría a visitarlo y le pegaría una buena paliza con un cinturón, mientras le diría: "es por tu propio bien". Entonces vendrían agentes de la paz a su casa, lo llevarían a Los Juegos del Hambre, donde los Vigilantes no pararían de putearle y en el momento que un tributo estuviese a punto de matarlo, aparecería un aerodeslizador de la nada que se lo llevaría al Centro de Entrenamiento y lo torturarían como a Peeta y Johanna. Finalmente, aparecería Voldemort y daría fin a su sufrimiento con un simple "Avada Kedavra".

Rocío: Has visto muchas películas tú eh.

Daniel: Y leído muchos libros.

Claudia: A mí no me hace ni pizca de gracia.

Marta: Nadie ha pedido tu opinión. Venga, yo quiero atrevimiento.

Claudia: Véndate los ojos. Una persona al azar te besará y tienes que adivinar quién.

Marta: Mientras no seas tú, que sea quién quiera...

Escribimos nuestros nombres en un papel, los mezclamos y el escogido fue... Lucas. 

Detrás del delantalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora