Capítulo 164

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CAPÍTULO 164

*narra Marta*

Aina: Qué alegría volver a verte, Marcos. - oigo que le dice, finjo que me dan arcadas - ¿Qué te gustaría que te regalara para tu cumpleaños?

Marta: Vigila que nadie te pinche, pelota. - le escupo, esa empalagosa actitud me pone de los nervios.

Aina: No te preocupes, tengo a alguien que siempre intenta hacerlo, pero me voy poniendo parches para no resultar herida.

Marta: Pues intenta no llenarte de parches, porque cederán y acabarás desinflándote.

Mendicuti: ¡QUERÉIS PARAR YA, CHICAS! - se levanta, furioso.

Víctor: ¿QUIERES TÚ PARAR YA DE JUGAR CON ELLAS? ¡DEJA EN PAZ A MARTA! - él también se levanta para llamar la atención.

Marta: No te metas, Víctor, no te incumbe. - le digo, mientras lo empujo para abajo para que se vuelva a sentar.

Claudia: Eso, no te metas. ¡No sé cómo todavía puedes sentir cosas por ella! ¿No ves que pasa de ti? Eres idiota.

Lucas: Mira quién fue a hablar.

Rocío: ¿Y a ti por qué te importa tanto lo que diga Claudia?

Lucas: ¿Y a ti por qué te importa tanto lo que yo diga?

Rocío: ¿Quieres saberlo? ¡Pues porque tengo la mala suerte de estar colada por un estúpido como tú! - Madre mía, menuda manera de confesar los sentimientos. Rocío arrastra la silla, enfadada y hace amago de irse. Me fijo en que Mauro, Manuel y Ana miran fijamente a Martina, que está como un tomate. Ella también se levanta, mira a Rocío y se van las dos. Lucas empieza a remover su comida, confuso.

Guillermo: A ver cuando tú eres igual de valiente que Rocío y te atreves a confesar lo que sientes por mí.

Teresa: ¡Que me dejes tranquila! ¡Eres un pesado y un prepotente! - deja su vaso encima de la mesa, con un golpe brusco, provocando así un charco de agua en el mantel.

Lluc: Por mucho que insistas, nunca te va a decir lo que siente, ¡porque no siente nada! - le grita a Guillermo.

Marta: ¿Desde cuándo defiendes tú a Teresa?

Lluc: Desde que aprendí que hay que ser justo con los demás y protegerse de las maldades de una zorra como tú.

Me levanto de la mesa, Víctor también. Todos nos miramos mal y cuando creo que va a arder Troya, Eva irrumpe en la sala, con los brazos cruzados.

Eva: ¡Pero bueno, chicos! ¡Pensaba que os alegrabais de estar juntos!

Detrás del delantalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora