Capítulo 75

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CAPÍTULO 75

*narra Aina*

Por fin he aclarado mis sentimientos y tengo claro que lo peor que he hecho ha sido dejar escapar a Marcos. Esta tarde estoy dispuesta a arreglarlo.

*narra Mendicuti*

Estoy nervioso, Aina me ha citado en el invernadero. Esto parece un déjà vu, pero con los papeles intercambiados. Se nota que ella no tiene el mismo concepto del romanticismo que yo, porque no hay nada en el invernadero que lo haga especial, aunque igual no me ha citado para nada romántico. Quién sabe.

Está sentada entre unas rosas blancas y eso me pone más nervioso todavía.

Mendicuti: ¡ATRÁS! ¿Eres esclava de Snow? - ella se sobresalta, supongo que no se esperaba que la saludara así. Pero mira a su alrededor y se da cuenta del error de haberse puesto al lado de las rosas blancas.

Aina: No, no, no. Estaba examinándolas por si tenían algo venenoso - intenta arreglar.

Mendicuti: Eso espero, no pienso acercarme a ellas, me dan arcadas. - bromeo y hago el gesto de vomitar. Aina se ríe.

Aina: Bueno... - carraspea - necesitaba hablar contigo y para mí este es un sitio simbólico para los dos.

Mendicuti: Dime.

Aina: ¿Así? ¿De golpe?

Mendicuti: Cuanto más rápido mejor.

Aina: Pues... Querrás matarme, pero... Me he dado cuenta de que... de...

Mendicuti: De...

Aina: De que me gustas un montón. - dice, del tirón.

Su revelación me ha sorprendido, después de su rechazo intenté no volver a pensar más en ella.

Mendicuti: Dicen que no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes, ¿no?

Aina: ¿Yo te he perdido?

Mendicuti: ¿Sinceramente? No lo sé. Desde que te conocí, me prendré completamente de ti, de tu esencia, de tu mirada. Pero creo que te idealicé demasiado, porque cuando por fin te conocí de verdad me di cuenta de que no eras cómo esperaba. - Pum. Eso le ha debido de doler, ya que su rostro cambia de color - Y me da mucha rabia que reacciones ahora, después de tantos días. Me encantaría conocerte en realidad, ser romántico contigo, darte una oportunidad para ver si tenía razón cuando me enamoré de ti. Pero ahora mismo, lo siento, soy yo el que no está preparado para esto.

Aina: ¿Entonces esto es un adiós?

Mendicuti: No, es un hasta luego.

Cojo una rosa, se la pongo en la oreja, le doy un beso en la mejilla y me marcho.

Detrás del delantalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora