Capítulo 74

183 10 0
                                    

CAPÍTULO 74

*narra Marta*

El martes se avecina como un complicado día. Los sucesos de ayer no han dejado a nadie indiferente, y yo no podía ser una excepción, claro, porque la lié parda. Víctor lleva persiguiéndome toda la mañana, pero he conseguido evitarlo. Y Lluc si ya estaba enfadado conmigo, ahora multiplicad su enfado por tres billones, así os podéis imaginar su actitud hacia mí. Y falta sumarle los nervios que tengo al pensar que el jueves empezamos a grabar la primera prueba del tercer programa.

Me voy a hacer unos tiros libres al campo de básquet para evadirme de la realidad. He de confesar que las patatas son mejores que yo jugando al baloncesto. Pero me da igual. Yo lo único que quiero es desconectar. Pero no, se ve que hay alguien empeñado en que no lo consiga. Se me escapa la pelota bastante lejos y cuando voy a buscarla me encuentro con las grandes manos de Víctor sujetándola.

Marta: Dámela.

Víctor: Solo si consigues quitármela. - hago amago de cogerla, pero como es mucho más alto que yo, la sube y no hay manera de que llegue. Empiezo a pellizcarle los brazos, pero eso solo hace que salga corriendo. Llegamos al campo de básquet y tira la pelota a la canasta, la cual va dentro. Entonces los dos corremos para ver quién la coge primero, pero gracias a nuestro forcejeo solo conseguimos caernos al suelo. Sí, uno encima del otro. Me ase fuertemente de la cadera y no puedo moverme.

Marta: Suéltame.

Víctor: ¿Seguro que quieres que haga eso? - me desafía - ¿O prefieres que salve la poca distancia que nos separa?

No deja de mirarme a los ojos mientras se acerca mucho, demasiado. Estoy hipnotizada, sus ojos, nuestros cuerpos en contacto, el gran acercamiento. Así que no me aparto cuando nuestros labios se juntan. Pero cuando me doy cuenta de lo que estoy haciendo, me separo rápidamente y me levanto, directa a buscar la pelota. La cojo y tiro a canasta, demasiado frustrada, porque ha sido un tiro malísimo.

Víctor: Deja que te ayude.

Se coloca detrás de mí, ayudándome a colocar correctamente mis brazos. Y me sorprendo cuando, por fin, consigo encanastarla. Él me tiene agarrada por la cintura y gira mi cuerpo para que nuestro alientos choquen. Nuestro contacto provoca que se despierte mi parte más irracional, ya que me vuelve a besar y yo le dejo.

Marta: Ya basta - le digo, cuando nos separamos - No quiero nada contigo.

Víctor: ¿Y entonces por qué no puedes evitar besarme?

Marta: Pues... porque... ES ALGO QUE NI YO MISMA SÉ, ¿VALE? Pero sé que no quiero besarte más, respétame por favor.

Me vuelve a besar y yo respondo bien a su beso, cosa que hace que pierda autoridad y credibilidad.

Marta: En serio, no lo hagas más. Lo único que siento por ti es atracción. Vete, por favor. - le digo, muy a mi pesar, ya que me pasaría la tarde entera jugando con sus labios, parece que se han vuelto un imán para mí. Pero mi parte racional me dice que no estaría haciendo lo mejor para mí, que lo mejor es que le aparte de mi vida, porque Víctor no es bueno para mí.

Víctor: De acuerdo, pero quiero que sepas que voy a hacer todo lo posible para que no tengas miedo a que empecemos algo juntos.

Me da un dulce beso en la mejilla y se aleja. Su última frase ha enternecido mi confuso corazón.

Detrás del delantalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora