*narra Manuel*
Son ya las tres de la mañana y mañana me arrepentiré de las pocas horas de sueño, pero necesito ir a los columpios, necesito ver a Ana y tengo la corazonada de que va a estar allí esperándome.
Pues no, me equivoqué. Me siento en el columpio y empiezo a mecerme tristemente. Hasta que alguien me da impulso para que "vuele" más alto. Me giro sobresaltado y en mi cara se forma una sonrisa, bastante tonta, por cierto, al ver a Ana.
Ana: Te estaba esperando escondida en los árboles. Sabía que vendrías. ¿Qué tal con Martina?
Manuel: Hemos hecho un pastel de zanahoria. Te he traído un poco para que la pruebes.
Saco el trozo, que lo tenía guardado en el bolsillo, envuelto en papel de cocina.
Ana: ¿Quieres envenenarme? Vete tú a saber qué hay dentro de tu bolsillo.
Manuel: ¿Quieres saberlo?
Ana: Claro.
Manuel: ¿Estás segura? Mira que estoy apunto de desvelarte mi gran secreto.
Ana: Me muero de la impaciencia - ironiza.
Me meto la mano en el bolsillo... Y saco un palo. Sé que ahora mismo estaréis flipando, pero en un momento lo entenderéis.
Manuel: ¡Petrificus totalus!
Ana interpreta bien su papel, porque se hace la paralizada.
Manuel: Vamos a ver qué tenemos por aquí.
Empiezo a tocarle los mofletes, adoro tocar mofletes.
Manuel: Estás muy delgada, tienes que comer más.
Y le meto un trozo del pastel en la boca. Ella me muerde los dedos y eso provoca que le empiece a hacer cosquillas.
Ana: Basta, basta... O cabaré... cupiendo... tu... pastel...- dice con la boca llena.
Me sujeto el estómago, no puedo parar de reír. Entonces me abraza, un simple gesto que despierta a todas las mariposas que revolotean por todo mi cuerpo, mete la mano en mi bolsillo y me quita la varita. Que no, que no es un palo, es una varita del señor Ollivander, os lo juro.
*narra Ana*
Ana: ¿Sus últimas palabras antes de que le lance un Avada Kedavra?
Que me diga que me quiere. Que me diga que me quiere. Que me diga que me quiere. Como más que amigos, a ser posible.
Manuel: No quiero morir sin antes saber una cosa.
Ana: Venga, no tengo todo el día, he de cubrir un cupo de asesinatos diarios. - le saco la lengua.
Manuel: ¿De verdad Marco y tú estáis saliendo?
Se me resbala la varita y cae al suelo. Su pregunta me ha pillado totalmente desprevenida. Decido contarle la verdad. A medias.
Ana: Me pillaste. Fue todo un invento.
Manuel: ¿Y con qué fin?
Ana: ¿Prometes que diga lo que diga nuestra relación va a seguir igual?
Manuel: Me estás asustando. Pero sí, lo prometo.
Ana: Al principio de todo me gustabas y fue un mecanismo para descubrir si tú sentías lo mismo, pero ya ves que ha sido inútil. Y a medida que hemos ido forjando esta relación, me he dado cuenta que lo que prima en nosotros es la amistad.
*narra Manuel*
Me siento como en una montaña rusa, al principio te falta la respiración por el miedo a la caída y una vez que caes solo piensas en disfrutar. Por fin Ana se ha atrevido a caer, pero parece que no le gustó la caída y ha vuelto a subir.
Manuel: Sí, nunca me gustaría que nada dañase nuestra amistad.
Ana: ¿Entonces no te molesta que estuviese colgada por ti?
Estuviese. Cómo odio el pasado.
Manuel: En absoluto.
Otra vez ha vuelto a ganar el yo bueno, era una oportunidad perfecta para sincerarme, pero no, Manuel nunca se atreverá a ser valiente.
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Detrás del delantal
Teen FictionAventuras vividas de los aspirantes a Masterchef Junior 2 durante su estancia en el concurso. Dieciséis niños empiezan su aventura en el programa, llena de aventuras y sentimientos elevados a la máxima potencia. Novela entera publicada en instagram:...