Capítulo 180

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CAPÍTULO 180

*narra Aina*

Aina: Esto es muy raro. Marta sabía que había encargado unos preparativos y dónde los guardaba. También estaba alertada de que iba a vengarme, porque tenía una copia del CD... - entiendo que a Ana y Manuel les gusten tantos los columpios, el balanceo te lleva a otra dimensión.

Ana: ¿Y qué quieres decir con eso? - ella se enrosca en el columpio.

Aina: Que hay alguien pasándole información. - ella me mira inquisitivamente.

Ana: ¿Tú crees que...?

Aina: Sí, creo que es Manuel.

Ana: No, tía, Manuel no haría eso...

Aina: Hagamos una prueba. Mañana prepararé el pastel. Díselo a Manuel. Y dile que lo guardaré en la nevera de la cocina. Voy a hacer dos, uno más sencillo que lo guardaré ahí y el otro que será el válido para la fiesta. Que ya veré a ver qué hago con él. Si Marta mañana va directa a destrozarlo, sabemos que ha sido Manuel.

Ana: Bueno, vale... Espero que no esté implicado, ya no gano para disgustos...

Aina: Anda, ahora vete con él, que sé que le tienes preparada una sorpresa.

Ana: ¿Cómo lo sabes? - abre mucho los ojos.

Aina: Las cuerdas te delatan. - Ana me guiña un ojo.

*narra Ana*

Le indico con la cabeza a Manuel para que se acerque, estaba hablando con Mauro y Mendicuti. Se despide de ellos y viene hacia mí. Me regala el mejor beso del mundo. No sabéis cuánto necesito sus besos. Lo cojo de la mano.

Ana: Acompáñame.

Manuel: A sus órdenes. Por cierto, ¿dónde estabas?

Ana: Hablando con Aina. Se ve que mañana va a preparar la tarta y la guardará en la nevera de la cocina. ¿Crees que aguantará hasta el viernes? - él asiente lentamente, digiriendo la información. Intento apartar el pensamiento de que él puede estar traicionándonos y decido centrarme en su agradable compañía.

Llegamos al Árbol del Ahorcado y lo obligo a quedarse de espaldas, para que no vea la que he liado ahí.

Ana: Antes de nada, quería darte esto... - meto la mano en mi bolsillo y le regalo una pulsera de cuerdas hechas por mí.

Manuel: Oh, Ana, te identifica totalmente. Me encanta. - sonríe mientras se la pone - Y ahora nunca más vas a salir de mi muñeca. - le dice a la pulsera.

Pongo mis manos en su hombro y lo giro para que vea la novedad que hay en El Árbol del Ahorcado.

Manuel: ¿Esto es como...?

Ana: ¡Lo es!

Manuel: ¡Dios! ¡Esta cuerda nos va a llevar a Terabithia!

En Un puente hacia Terabithia, los protagonistas se transportaban a un mundo fantástico saltando un río con una cuerda. Quería reproducirlo de alguna manera, aunque aquí no haya ningún río. Pero de lo que no nos falta a Manuel y a mí es imaginación. Me acerco a la cuerda y voy a balancearme, pero Manuel viene corriendo y me aparta de ella. Tiene el rostro pálido.

Ana: ¿Qué pasa?

Manuel: No subas a esa cuerda, ya sabes qué le pasó a Leslie...

Ana: Anda, Manuel, aquí no hay peligro. - le quito hierro al asunto.

Manuel: Ana, te juro que me muero si te pasa algo. Sé que esta cuerda es inofensiva, pero ha sido imaginármelo un momento y se me ha cortado la respiración.

Ana: Va, tranquilo, lo de Leslie es solo ficción. - aunque sigue pálido.

Manuel: Lo sé, pero ya sabes lo que nos afectan las muertes de los personajes... Aunque gracias por convertir este árbol en un lugar todavía más mágico para los dos.

Lo abrazo con fuerza, me ha desconcertado su reacción, supongo que el vacío se ha vuelto a apoderar de él por un instante. Lo beso lentamente, dejándole claro que nunca voy a permitir que el vacío vuelva a él.

Detrás del delantalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora