Capítulo 94

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CAPÍTULO 94

*narra Martina*

Esta noche me ha entrado el bajón, al irse tres compañeros más me ha recordado lo mucho que echo de menos a Rocío. Ojalá la vuelva a ver pronto. Ana me cuenta, divertida, dónde durmieron ayer ella y Manuel. Ya no hay ningún problema entre las dos, Ana me pidió disculpas por haber sido tan celosa y haberse portado así conmigo. Y la verdad es que me alegro un montón de que por fin estén saliendo, se nota que se quieren y que sabrán llevar bien su nueva situación. Eso me hace recordar en lo mucho que quiero a Mauro y en las palabras de Mendicuti, que dice que nos complementamos. Me gustaría creer que es cierto, que nos complementamos de verdad, pero parece que siempre hay algo que se interpone entre nosotros. Primero Rocío, ahora Aina...

Alguien me tapa los ojos con las manos, por su tacto sé que es Mauro. Me giro, delicadamente, y me pierdo en su mirada. Intento parecer molesta, pero me cuesta horrores.

Mauro: ¿Todavía sigues enfadada?

Martina: ¿Estás seguro de que soy Martina? Fíjate bien, no vaya a ser que vuelvas a besar a la persona equivocada. - lo miro fijamente, él me sostiene la mirada.

Mauro: Quizás no lo seas, Martina no es tan borde. - contraataca.

Martina: Solo dime una cosa. ¿De verdad soy la única? ¿De verdad que no hay más personas en tu mente?

Mauro: ¿De verdad es ese tu miedo? Pues claro que no. Y nunca las habrá. Bueno, quitando a Mendi, tengo el corazón dividido entre vosotros dos JAJAJA. Ahora en serio, te dije que te quiero y lo mantengo, por favor, confía en mí, confía en nosotros.

Mi corazón se ablanda y se fortifica a la vez, tras estas palabras. Le beso en señal de reconciliación.

*narra Lluc*

Estoy decepcionado conmigo mismo, no he sabido aprovechar Masterchef, no me he centrado en aprender toda la cocina que me hubiese gustado. Y ahora, por idiota, me voy para mi casa. Encima me he portado como un miserable con Marta, ella confió en mí al contarme su problema y yo la he traicionado, ya no importa lo que me haya hecho, lo que hice no tiene justificación.

Justo cuando estoy pensando en ir a pedirle disculpas de algún modo, ella se acerca a mí. Y yo me pongo muy nervioso.

Marta: Hola.

Lluc: Hola.

Marta: Cuánto tiempo sin hablar...

Lluc: Demasiado... Oye, antes de que digas nada, perdóname, estoy tan arrepentido... No debí de hacer eso. - su expresión se endurece.

Marta: Vayamos a hablar a un lugar más reservado. - me coge del brazo y me lleva encima del escenario que hay en la sala común, el cual tiene el telón cerrado. - Me he dado cuenta de una cosa, de que yo también me he portado mal contigo, no he hecho las cosas de la mejor forma posible y que he estado perdiendo el tiempo con Víctor, que yo lo único que quiero es que lo arreglemos y volvamos a estar como siempre.

Me acaricia la mejilla, me he quedado sin palabras, no me esperaba esto. Por mucho que una parte de mi la odie, la otra sigue queriéndola como nunca y me aferro a ella para que no se vaya nunca más. Entonces, ella me besa, con mucha fuerza.

Marta: Te he echado tanto de menos... - me susurra, de manera provocativa - tenemos que recuperar el tiempo perdido.

Me sigue besando, siento un fuego en mi interior que me abrasa cuando nuestros labios se separan. Necesito más. Y más. Parece que ella también. Me quita la camiseta y yo me dejo. Me besa el cuello. Me acaricia. Y me quita también los pantalones.

Marta: Espera un momento.

Estoy desconcertado, pero también atontado, después de tanto beso. Veo que Marta se dirige hacia las escaleras con mi ropa y no entiendo nada.

Marta: Te lo advertí, bonito, no sabes a quién te estás enfrentando. - su mirada ya no destella el fuego del deseo, destella el fuego de la venganza.

Abre el telón y me quedo en ropa interior delante de todos mis compañeros, humillado. ¿Sabéis lo peor? Que creo que Marta ha disfrutado como nunca de esto.

Detrás del delantalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora