Capítulo 163

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CAPÍTULO 163

*narra Manuel*

Después de haber pasado un buen rato con mis amigos, nos vamos a comer. Han colocado una mesa alargada para que quepamos todos, como en los viejos tiempos.

Me siento al lado de Martina, y Mauro y Mendicuti se sientan en frente de nosotros. A mi derecha están Rocío, Marco, Lucas, Guillermo, Teresa y Lluc. Y a la derecha de Mauro y Mendi se encuentran Marta, Víctor, Claudia, Daniel y Lucía. Llegan Ana y Aina. Aina se sienta en el hueco libre entre Mendi y Marta. Ana me mira y creo que va a sentarse a mi lado, pero opta por irse al lado de Mauro. Bajo la mirada al plato, deseando que esta comida se acabe ya. Y para rematar, aparece Efrén, que se sienta en el único sitio libre: a mi lado. Estoy a punto de levantarme e irme pero nos empiezan a servir la comida y me sabe mal. Todos miran mal a Efrén, excepto Claudia.

En medio de un silencio desgarrador, Efrén decide romper el hielo.

Efrén: ¿Os habéis enfadado Ana y tú? - me susurra, opto por no hacerle caso - Normal, ella me prefiere a mí. - agarro fuertemente mi tenedor, controlándome para no amenazarlo con pinchárselo en el ojo.

Manuel: Vete por dónde has venido, aquí no pintas nada, cara fuco.

Efrén: He venido a rescatar a Ana de los brazos de un finolis como tú. ¡ANA ES MÍA!

La última frase la oyen todos. Ana y yo nos levantamos de la mesa, a la par, y le gritamos:

Ana y Manuel: ¿TE QUIERES CALLAR? - la miro un momento, pero ella esquiva mi mirada. Duele. Vacío. Nos volvemos a sentar y Efrén, por suerte, nos hace caso y se calla.

Mauro: Marti, ¿me vas a explicar ya por qué estás tan rara? - ha escogido el peor momento para preguntárselo, delante de todos. Martina se ajusta las gafas y se sonroja.

Ana: Creo que yo podría ayudarte.

Martina: ¿Qué dices?

Ana: Vas de mosquita muerta y las matas callando.

Manuel: Ana, contrólate. - ya sea porque estoy molesto con ella o porque no me gusta que acuse a la gente, que necesito meterme.

Ana: No me apetece, ¿sabes por qué? Tú temes que nuestra relación esté afectada por Efrén, pues yo temo que lo esté por Martina.

Mauro: ¿Qué tiene que ver Martina con todo esto?

Ana: ¡Pues que tu querida novia está colada por mi querido novio!

Manuel: Vale que ahora estemos pasando por un bache, ¡pero eso no te da derecho a inventarte cosas ni a acusar a Martina!

Efrén: Yo nunca defendería a otra chica que no fuese Ana. Has caído muy bajo, Manolo.

Ana y Manuel: CÁLLATE. - repetimos.

Mauro: ¿Es eso verdad, Martina? - Mauro, mi amigo, primero me mira a mí, triste, y después a Martina. Ella se queda callada, muy roja y sin saber qué decir. ¿Será verdad lo que está diciendo Ana?

Detrás del delantalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora