VEINTICUATRO'

90 8 0
                                    



La torre se encontraba en su mayoría callada con la excepción del primer piso donde todo zumbaba como si fuera un panal de avispas. Ya muchos se habían acostumbrado a ver en los rincones a una rubia y un pelirrojo hablando en intercambiando expresiones faciales en silencio, pero ya había pasado una semana y esos rincones estaban vacíos. Hale y James solo salían de noche a comer un bocadillo y entrenar durante horas hasta quedar agotados.

—Escuché decir a alguien que Nick Fury vendrá a la torre esta tarde.— comentó James mientras detenía el saco de boxeo para Hale.

—¿Y? ¿Eso que tiene que ver conmigo James?

—Podrías pedirle que nos deje ir.

Hale lo miró con fastidio y luego siguió golpeando el saco con fuerza sintiendo una enorme frustración en su cuerpo. Los golpes comenzaron a convertirse en algo personal, como si Hale no pudiera contenerse. James soltó el saco dejando a Hale descargar su ira.

Steve había despertado, había tenido una pesadilla, o más bien eran los típicos recuerdos que databan de hacia ya casi cien años de antigüedad. Bajó a la sala de entrenamiento, pero se llevó una sorpresa al ver que alguien ya estaba ahí.

—¿Cómo te va con esa cosa en tu pecho?— dijo James pero nadie respondió —¿En serio? No creo que Stark me deje entrar en su laboratorio para eso, Hale... No tengo la tecnología para hacerlo por mi cuenta... Claro que me encantaría verte hecha de metal pero... No. No seré tu esbirro.— dijo el pelirrojo con una sonrisa divertida.

Steve se asomó con cuidado por la esquina para mirar con quien hablaba.

—James, ¿sabes qué es lo que más odio de mi vida?— Steve se detuvo en seco, sabiendo que estaba mal escuchar conversaciones ajenas, pero sabia que la curiosidad era mayor en esta ocasión. —Que nunca pude conocer a mis padres. Era demasiado pequeña, apenas recuerdo sus rostros.

—Nunca me has contado como es que llegaste al Cuarto Rojo.

—Fue un amigo de la familia. Mis padres confiaron en él y yo no tuve razones para desconfiar en él tampoco.— respondió Hale sabiendo que había alguien más estaba con ellos. —Supongo que al final fue un rescate a mi persona cuando me llevaron a FSB.

—Hale ¿te sientes agradecida por lo que te convirtieron?— preguntó Steve revelando su intención de espiar.

Hale miró a James mientras Steve salía de su escondite. Estaba enojada con él, no quería verlo o hablarle, pero ahí estaba enfrente de ella con porte orgulloso y expresión preocupada.

—Vamos James, que el jefe quiere trabajar— dijo Hale con resentimiento en la voz.

James comenzó a caminar detrás de Hale mientras en sus cabezas tenían dialogo.

¿En serio lo vas a dejar con la palabra en la boca? Preguntó James.

No dijo nada para empezar. Hizo una pregunta y yo escogí ignorarla. Le respondió Hale.

—No seas maleducada— susurró James a lo cual recibió una mirada llena de furia de Hale.

—Deja de tratarme como si fuera una niña pequeña James.— le dijo Hale con fastidio deteniendo su paso. —Le voy a responder, y caerá en ti las consecuencias de esto.

Se giró sobre sus talones para regresar a donde estaba el Capitán quien aun los miraba.

—Quiero un enfrentamiento con usted. No armas, solo las manos.

—No será justo. Eres muy joven.— contesto él sintiendo la electricidad del desafío en el ambiente.

—Y también muy fuerte.— la chica estiro los músculos de su espalda y los tenso, en un solo movimiento se encontraba delante de Steve con la suela del zapato a escasos milímetros de su rostro. —¿Comenzamos?— le dijo con una sonrisa cínica.

Hale Knight Donde viven las historias. Descúbrelo ahora