Steve Rogers.

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Respiré hondo y con fuerza al entrar en la sala de entrenamientos que Fury me había indicado que era de los Avengers Youth la iniciativa de Hale por organizar un grupo joven (literalmente) de Vengadores basado en los hijos de ellos. Cuando Tony lo comentó aquella vez en la cena dando los debidos créditos a Hale por la idea que a mí, en particular me pareció buena, pero considerando mi posición en cuanto a los hijos de mis compañeros y mis amigos, yo no tenía mucho derecho de votar o dar mi opinión en esa circunstancia ya que yo no poseo la experiencia que ellos lo hacen con sus hijos.

Visualicé a Hale parada en medio de la habitación mirando con atención a cada uno de los chicos como entrenaban, parecía molesta por alguna razón que desconocía. Miré a los chicos que sudaban como si sus vidas dependieran de ello, estaban exhaustos, necesitaban descansar.

—Creo que deberían de descansar— comenté al lado de Hale mirándola de reojo.

Ella volteó a verme, pero no respondió nada. Solo miró con insistencia a los niños que se esforzaban de una manera sobre humana.

—Hale, ¿no crees que les estas exigiendo mucho?

—De hecho estoy molesta porque quieren intentar hacer todo en un solo día. No me han escuchado desde la mañana. Están haciendo lo que quieren.— replicó ella de mal humor. Pude notar que sus dedos estaban rojos, lo que me dijo que estaba nerviosa.

Miré a los chicos que no paraban de moverse de un lado a otro, y ella solo los miraba enojada porque no le hacían caso. Su rostro estaba tenso, congelado en una sola expresión: molestia.

—Son obstinados. ¡Mucho más que yo!— gritó Hale explotando en ira. — Les he advertido que si siguen en ese plan de querer hacer todo en un solo día, jamás; JAMÁS lograran algo. Se dañaran los músculos; los ligamentos les dejaran de sostener los huesos; se fatigaran a tal grado que ni siquiera podrán levantarse de la cama en una semana. Pero no me hacen caso, creen que soy una paranoica que no sé nada de lo que hablo.

Se calló un instante y luego me volvió a mirar.

—¡Y conozco a detalle todo de lo que habló!— no solo estaba frustrada, estaba cansada. Ella estaba necesitada de descanso y tener un poco paz.

Me acerqué a ella mientras admiraba su forma tan controlada en que trataba de aminorar su descontento y tal vez la rabia contra los chicos. La tomé por los brazos y la miré a los ojos, y justo cuando nuestros ojos se encontraron noté que su pecho junto con su respiración disminuía. Al mirarla descubrí que tenia manchas oscuras de media luna bajo sus ojos, sus ojos gritaban en silencio que los dejaran cerrase.

—No has dormido bien.— comenté. Ella negó lentamente mientras me miraba. —¿Por qué?

—He estado al pendiente de James, aparte de que los niños han estado toda la noche despiertos igual. Tengo pesadillas, no puedo dormir bien igualmente.— respondió con voz débil.

Sus piernas apenas la sostenían recta, parecía que no estaba dentro de si. Levanté la mirada a los niños que aun seguían entrenando. Decidí que era ahora de que descansaran y la única forma en que entenderían sería en que les quitara la sala de entrenamiento.

—Computadora, apaga la sala de entrenamiento cero-cero-cuatro, ala oeste. Modo durmiente hasta nuevo aviso, o que la agente Hale Knight revoqué la orden.

No recibí una respuesta directa, solo una obscuridad invadió mi alrededor y junto con ello, una pesadez sobre mis brazos, el peso casi muerto de Hale. Salí del lugar con Hale en brazos y las quejas de los chicos detrás de mí. Cuando llegué a su área de descanso vi a Natasha sentada en una cama hablando con James, que al ver a Hale se preocupó.

—Solo esta agotada.— contesté mirando a James quien después de oírme se relajó. —Se ha quedado despierta toda la noche. Creo que incluso no ha comido nada.

Todos me miraron como si esperaran alguna explicación o a que dijera otra cosa más, pero no sabia que más hacer. Yo, por el momento estaba haciendo lo posible por ayudar a Hale, ya fuera para estar cómoda, o para que todo esto de ser líder de dos jóvenes disciplinados a cuatro chicos insubordinados que se han criados como reyes y creen alcanzar la gloria con berrinches de una sola noche.

—¿Qué pretenden?— los miré a los cuatro con Natasha al lado mirándome junto con James con atención.

Daven y Nicole me miraron con atención algo sorprendidos por mi tono enfadado.

—Estamos entrenando. Como ella misma nos dirigió— contestó Nicole con molestia en la voz.

—Ella esta preocupada— dije señalando a la figura de cabellera rubia acostada detrás de mí. —Ha pasado la noche en vela preocupada por James, por ustedes y por esa persona que la persigue. La he visto luchar contra eso que no ha visto y ustedes solo causan darle más problemas.

—Perdóneme Capitán, pero hemos entrenado sin descanso...— quiso defenderse Paige tomando un paso al frente pero de inmediato su valor se vio interferida por la voz enojada de James.

—¿Sin descanso? ¿Qué acaso son idiotas o qué?— el chico pelirrojo se levantó a tirabuzones de la cama con la pierna vendada se puso al lado mío. Su mirada era intensa hacia los niños, llena de furia.

Los cuatro chicos lo miraron con los rostros pálidos.

—Tú nos dijiste que nos esforzáramos— le dijo Edward con semblante molesto.

—Pero no les dije que lo hicieran todo en una noche. Esto lleva practica. Si quieren hacer lo que hago yo, lo que hace Hale o incluso lo que hace Natasha jamás lo lograran matándose de cansancio, de hambre y descuidando su cuerpo de esa manera.

Todos los cuatro chicos miraron a dichas personas conforme fueron mencionadas y hasta que toda la atención fue dirigida a la mujer adulta del lugar. Ella con la mirada estoica y gélida los miró a todos con atención.

—Lo que James dice es verdad. No obtendrán un Nivel Cuatro de entrenamiento S.H.I.E.L.D en una semana, no en dos, no en un mes. Esto necesita tiempo, y paciencia. Si lo quieren lograr, sacrificar tiempo por fuerza, no es la solución.— podría jurar que la sangre de todos se helo al oírla hablar de esa manera tan amenazante.

Tres de esos niños han crecido conociendo de primera mano una cara de Nat tierna y suave, un lado de ella que había aprendido a desarrollar al estar junto a nosotros al formar parte de los Vengadores, los niños habían visto una cara más relajada que la usual rígida y asesina que nosotros en un principio conocimos.

Los niños bajaron la cabeza, ahora escuchando la confirmación de lo que Hale les había estado diciendo todos estos días desde el principio. Ninguno dijo nada más, y sabiendo que estaban derrotados y que probablemente no les traería buenos frutos el replicar se retiraron a descansar.

Por otro lado, Hale me preocupaba poco más de lo que lo hacia James con su herida de bala en la pierna y la manipulación de mente que había sufrido, pero Hale lidiaba con el equipo, su perseguidor, la base de la nueva y resurgido Hydra, con su compañero herido y seguramente otras cosas que la mantenían despierta durante la noche y yo desconocía.

Observé que en la pared donde se encontraba la cama de Hale había unos dibujos, pero no eran infantiles eran más detallados y serios. Natasha se acercó para mirar los dibujos a mi lado.

—Tiene estilo— dijo Nat, y fue lo único que dijo antes de retirarse.

Tomé una hoja a medio doblar que colgaba de la pared y me pregunté si ya estaba trabajando en ese uniforme o si solo era una idea con la que estaba jugando.

—Son solo garabatos que hice una noche en que no podía dormir— comentó la chica que se encontraba al lado de mí. Aun somnolienta abrió un poco los ojos y me miró. —No quiero usar este tonto uniforme de S.H.I.E.L.D. Revisé los expedientes, usted no lo hizo.

Por alguna razón que realmente desconozco, eso me hizo sacar una sonrisa.

—Haz tu proprio estilo Hale. No te atengas a solo una cosa.

—Trato de no hacerlo.— se incorporó en la cama —Solo quiero cambiar lo que el Cuarto Rojo forjó como mi futuro. No quiero esa vida. No quiero ser solo una asesina.

Ella me miró fijo a los ojos como si tratara de encontrar algo en mí.

Hale Knight Donde viven las historias. Descúbrelo ahora