Natasha Romanoff.

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[Tres Días Antes]

La vida suele quitarte más de lo que en realidad da. Suele ser cruel con las personas menos afortunadas y ser dadivosa con quienes no necesitan más. Como era el caso de Hale.

—Nat al fin te encuentro, te estuve buscando.

Levanté la mirada de James para ver a mi amigo parado en el marco de la puerta de la habitación. Me miro contrariado por algo.

—¿Qué haces?

—Lo cuido— respondí a su pregunta sin decir más.

—¿Lo cuidas? ¿Desde cuándo acá Viuda Negra es niñera?— se burló mientras me miraba con atención buscando cualquier signo que pudiera descubrirme.

—No es eso. Solo me preocupa— dije frotando el hombro del chico que me estaba dando la espalda y dormía con profundidad.

Miré a Clint quien me hizo una seña para salir. Lo seguí por el pasillo hasta estar a una distancia razonable del cuarto de James.

—¿Qué mosco te pico? Nunca has mostrado mucho interés por acercarte a los niños que los conoces de bebés y ahora te has encariñado con un chico que apenas conoces.

Él tenia razón pero era algo que no podía evitar. Era un sentimiento que estaba creciendo dentro de mí, era diferente a lo que sentía por Clint, o incluso por Steve, era como parecido a lo que sentí la primera vez que Hale pateo dentro de mí y aunque me aterró en su momento, ahora era algo diferente. Comenzaba a sentir cierta compasión por James al tiempo que una calidez hacia él florecía de mí.

—No sé que es lo que me pasa— me encogí de hombros en realidad ignorando cualquier cosa que estuviera cambiando en mi interior. —Quiero que regrese Clint. Me estoy preocupando.

Su expresión facial cambio de ser dura a comprensiva conmigo. Se relajó y se acercó a mí.

—Tranquila. Ella tiene fortaleza. Es inteligente, sabrá como librarse.— lo miré a los ojos sintiendo como las lagrimas amenazaban con manchar mi rostro.

—No. No lo sabrá. Esta condenaba. Tenemos que encontrarla. Ha sufrido demasiado como para prologar su tortura aun más.

—¿A qué te refieres?

—Revisé los videos de James. Los sonidos son palabras en ruso. Las palabras para activar el protocolo Agente Durmiente Viuda Negra y sabiendo todas sus habilidades... será imparable. Ella es el arma perfecta.

Hale a lo largo de su vida ha sufrido mucho. Yo recordaba mis días en la academia donde estaba condenada a ser reprendida hasta por el mas mínimo detalle. Donde para evitar que tratáramos de escapar nos esposaban al respaldo de la cama, por años ese acto nos ocasionaba heridas en las manos que hasta la actualidad eran cicatrices que no acaban por desaparecer y en ocaciones aun duelen.

Cayendo en cuenta de mis propias supe que eso era más que una realidad, sino también era mi peor pesadilla. Era sangre de mi sangre, esa chica había venido de mí y yo en un arrebato de pánico y terror, la abandoné a su suerte contándome la misma mentira una y otra vez de que no estaba lista para ser madre. Era una mentira, porque de no haberlo estado ella no estaría sobre la faz de esta tierra, aquí sufriendo por mucho más de lo que yo lo hice otorgándole un título casi superior al mío a la hora de ser un arma re programable.

—Jamás debí de abandonarla Clint.

Él negó con la cabeza dándome una mirada entre desaprobación y lastima.

—Eso no importa ya.— me rodeo con sus brazos en un intento por consolar mis sollozos ahogados por la ira y culpa.

Respiré hondo comenzando a recuperarme, pero sin dejar de sentir cada emoción en mi interior hacer su acto de presencia. Limpié mis lagrimas al momento que Clint me soltó. Ya no quise hablar más de nada, y solo regresé al cuarto de James.

Hale Knight Donde viven las historias. Descúbrelo ahora