CINCUENTA'

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Las misiones se habían vuelto más peligrosas y más complicadas con el paso de los eventos. La Juventud Vengadora se estaba convirtiendo en un equipo elite a cada día que pasaba, ninguno de sus integrantes desperdiciaba un día para mejorar sus habilidades individuales.

—James, ¿no te quedaras para la cena?— la voz de Nicole sonó rompiendo el silencio en el quinjet.

Habían terminado su décima misión juntos y aunque en parte fue exitosa, no trajo los resultados que ellos esperaban. Tras infiltrase en la base militar New Shore abandonada en Australia pensaron que esta vez encontrarían algo que los guiaría a hasta el paradero de Hale, pero siempre terminaban en un callejón sin salida.

—Creo que no. No me siento con lo ánimos. Lo siento— se disculpo James de la manera más amable que pudo usar.

Todos se conocían entre todos, y para este entonces ya se conocían muchos secretos entre ellos mismos.

—Vamos James. Será divertido. Aparte de que papá dijo que tenia una sorpresa para nosotros.— insistió Paige con una sonrisa poco entusiasmada.

Ninguno de los presentes quería admitirlo abiertamente, pero todos estaban desanimados y tristes por no haber encontrado a Hale. Esperaban saber algo de ella, conocer si estaba viva o muerta, tener una confirmación para alguna de las dos ya sea para rescatarla, o para buscar su cuerpo y darle una conmemoración debía a su persona. Pero hasta ese punto estaban con las manos vacías.

Todos miraron a James esperando que esta vez aceptara la invitación a cenar que casi siempre le hacían y siempre terminaba rechazando excusándose con las mismas frases de siempre; estoy cansado, no estoy de humor, solo quiero entrenar, pero esta vez decidió aceptar.

—¡Excelente!— gritó Edward desde el asiento del piloto.

El menor de los integrantes del equipo extrañaba en gran manera a James. No verlo por los pasillos de la mansión, como lo hacia en la torre en cierta forma lo deprimía. Todos se habían acostumbrado a la presencia de los tres en la torre, pero ahora con solo uno restante del equipo original de Hale, era todo muy distinto.

El quinjet aterrizo en el hangar de la mansión y mientras los cinco jóvenes descendían de él, varios trabajadores se acercaron para darle mantenimiento.

Si bien las misiones se volvían más peligrosas conforme ellos ascendían de nivel, también lo hacían los integrantes de este joven equipo.

James quien antes había casi jurado jamás herir a alguien a muerte, ahora le valía menos eso pues su principal objetivo era rescatar viva a Hale de esos lugares en que la tenían a como diera lugar.

Daven era el más capacitado para decapitar a alguien ya que su arma de preferencia era un hacha enorme que siempre cargaba con él en todas sus misiones.

Nicole que aunque era tierna y amable con todos, era letal cuando lanzaba sus cuchillos y disparaba sus flechas, nada ni nadie se escapada de ella.

Paige siempre mantenía el ojo en cada uno de sus amigos y compañeros manteniendo una vigilancia estricta sobre ellos, lo que menos quería era perder a sus hermanos o alguno de sus compañeros.

Edward era decidido y acertado, sus sentidos extremadamente capacitados era todo fruto de arduas horas de entrenamiento bajo rigurosos métodos que ahora le otorgaban una gran ventaja sobre sus enemigos.

—¡Los niños han vuelto!— grito Tony desde la segunda planta donde se encontraba la sala.

Todos se reunieron para recibirlos como siempre. Tal vez James ya no vivía por completo con ellos pero en cierta forma se sentía parte de la familia y más aun cuando Capitán América y Viuda Negra eran quienes lo recibían con los brazos abiertos como si de su hijo se tratara.

Hale Knight Donde viven las historias. Descúbrelo ahora